«Bless Me, Ultima» es el título de la excelente adaptación y dirección cinematográfica que Carl Franklin («Devil in a Blue Dress», 1995) ofrece sobre la aclamada novela de Rudolfo Anaya (Nuevo México, 1937), publicada en 1972 bajo el sello editorial Quinto Sol y reconocida con el Premio Mejor Novela Chicana. La producción expone con maestría […]
«Bless Me, Ultima» es el título de la excelente adaptación y dirección cinematográfica que Carl Franklin («Devil in a Blue Dress», 1995) ofrece sobre la aclamada novela de Rudolfo Anaya (Nuevo México, 1937), publicada en 1972 bajo el sello editorial Quinto Sol y reconocida con el Premio Mejor Novela Chicana.
La producción expone con maestría la realidad e idiosincrasia cultural y política que enfrenta una comunidad de origen latino en Guadalupe, Nuevo México, durante la Segunda Guerra Mundial.
«Bless Me, Ultima», se presenta a través de la mirada inquisidora de un niño de seis años, cuya visión sentimentalista del mundo eleva su protagonismo a un nivel prodigioso. Antonio (Luke Ganalon), pese a la inocencia e inmadurez que le otorga su escasa edad, cuestiona los valores inculcados y la realidad que le circunda.
La llegada de una curandera, Última (Miriam Colon), a la casa de los Marez-Luna, marca la transformación en la vida de esta familia. Pero sobre significa el comienzo del viaje espiritual de Antonio, el hijo menor, que desde su primer encuentro reconoce la existencia de un lazo que lo une a esta mujer que, con dedicación y paciencia, le compartirá su sabiduría.
La vinculación especial con Última define su aprendizaje del saber y de la vida. Antonio tiene que adaptarse a vivir en un ambiente que fusiona la cultura de los hispano y angloparlantes, mientras crece bajo los preceptos de la fe católica en comunión con las creencias ancestrales representadas en la figura de la curandera. En opinión de Anaya, Última «es una guerrera que ayuda a otros a restaurar la armonía del alma fragmentada».
La película, estructurada en escenas ligadas por la voz de un narrador en off, sigue un orden lineal en el tiempo. Conforme transcurre la trama se van abordando distintos temas que plantean conceptos universales como la libertad, la fe y la cultura.
Los diálogos y las acciones llenos de fuerza hacen de «Bless Me, Ultima» una exquisita muestra de lirismo y costumbrismo, bien representados en las actuaciones de Luke Ganalón y Dolores Heredia -padres de Antonio-, así como las de Benito Martínez, Cástulo Guerra y Joaquín Cosío, entre otros.
Igual que en la novela, el idioma es un elemento importante en la película. Se manifiesta mediante los diálogos entre los personajes que constantemente combinan el inglés con el español, respetando siempre aquellas palabras, oraciones de fe y discursos que, por su peso sociocultural, dicen en el idioma de los ancestros, el español.
La novela de Anaya ocupó el quinto lugar, según la American Library Association (ALA), en la lista de obras más controvertidas en los EEUU durante el 2008, por su contenido violento, lenguaje altisonante y referencia a temas sexuales. De igual forma, se encuentra entre los libros prohibidos por la ley de Arizona HB 2281.
A cuarenta años de ser escrita y, luego de superar la controversia demostrando su calidad literaria, llega a la pantalla grande para poner en perspectiva el permanente conflicto entre lo viejo y lo nuevo, lo bueno y lo malo que genera la mezcla de culturas e ideas. La novela ha tenido y sigue teniendo gran aceptación entre los lectores. Ahora se espera que esta adaptación cinematográfica tenga el mismo éxito derivado del apoyo y la simpatía que reciba por parte de la comunidad latina.
«Bless Me, Ultima» se estrenará el 22 de febrero en los cines Sundance Kabuki y Century San Francisco Centre 9 en San Francisco.