Los latinos, electorado clave en la estrategia republicana de los últimos ocho años y las familias militares, bastión de apoyo de todo comandante en jefe en tiempos de guerra, están abandonando al presidente George W. Bush como resultado de las políticas antinmigrantes por un lado y la guerra en Irak, por otro, revelan nuevos sondeos. […]
Los latinos, electorado clave en la estrategia republicana de los últimos ocho años y las familias militares, bastión de apoyo de todo comandante en jefe en tiempos de guerra, están abandonando al presidente George W. Bush como resultado de las políticas antinmigrantes por un lado y la guerra en Irak, por otro, revelan nuevos sondeos.
Eso preocupa a candidatos políticos republicanos -tanto quienes aspiran a la presidencia como a puestos legislativos- al arrancar el año electoral nacional de 2008.
La reciente tendencia del electorado latino aflojando su histórica lealtad con el Partido Demócrata y ofreciendo mayor apoyo al Republicano -algo que los estrategas republicanos habían promovido como un objetivo clave a lo largo de esta década, y que culminó con la captura de casi 40 por ciento del voto latino por Bush- se está revirtiendo, según un nuevo sondeo nacional del Pew Hispanic Center.
Ahora, 57 por ciento de los votantes empadronados latinos se considera fiel al Partido Demócrata mientras sólo 23 por ciento se alinea con los republicanos, lo cual significa que hay una brecha de 34 puntos en la afiliación partidaria entre los latinos. Esa misma brecha era de sólo 21 puntos en julio de 2006.
De acuerdo con la encuesta, una pluralidad considera que las políticas del gobierno de Bush han sido dañinas a los latinos. Expertos, como el Foro Nacional de Inmigración, subrayan que en gran medida esto demuestra los costos del fracaso de la aprobación de una reforma migratoria promovida por Bush como las subsecuentes políticas antinmigrantes (redadas, mayor concentración de fuerzas en la frontera, el muro fronterizo, etcétera).
Todo esto es significativo, ya que los latinos son la minoría más grande y de mayor crecimiento en este país, un total de 46 millones o 15 por ciento de la población nacional. Aunque su poder electoral está limitado por el hecho de que sólo representan 9 por ciento del electorado, y su tasa de participación es inferior a esa. Sin embargo, el Pew Center, y estrategas políticos señalan que están concentrados en áreas potencialmente decisivas en el mapa electoral estadunidense.
Por ejemplo, constituyen una porción significativa del electorado en cuatro de los seis estados que ganó Bush por menos de cinco puntos en la elección de 2004: Nuevo México, donde los latinos representan 37 por ciento del electorado; Florida, donde son 14 por ciento; Nevada, donde suman 12 por ciento, y Colorado, donde también son 12 por ciento del electorado. Se pronostica que estos cuatro podrían ser clave nuevamente a la hora de determinar la elección nacional, señala el Pew.
Por otro lado, una nueva encuesta del Los Ángeles Times/Bloomberg dada a conocer hoy por el rotativ
La opinión de la comunidad militar -incluyendo integrantes de las fuerzas armadas, veteranos militares y sus familiares- ahora se parece a la de población en general, en que una mayoría se opone a la política bélica del presidente. Casi seis de cada 10 familias militares desaprueban de la gestión de Bush y la manera en que ha llevado a cabo la guerra (poco menos que la población en general)
Los Ángeles Times encontró que 60 por ciento de los militares que han servido en Irak o Afganistán dice que la guerra no vale el costo. La guerra en ambos países ya ha cobrado casi 3 mil 900 vidas de militares estadunidenses, más 29 mil heridos, y ha durado más que la participación estadunidense en la Segunda Guerra Mundial.
Casi siete de cada 10 estadunidenses favorecen un retiro para el próximo año y las familias militares muestran sólo un poquito más de paciencia: 58 por ciento desean ver las tropas de regreso dentro de un año o menos.
La encuesta demuestra que la desaprobación al comandante en jefe se está trasladando también a su partido; 39 por ciento de las familias militares opinan que los demócratas son más confiables en manejar los asuntos, y sólo 35 por ciento opina lo mismo de los republicanos.
Al parecer, la ola de acciones antinmigrantes que ha nutrido un clima hostil para la comunidad latina, junto con una guerra que cada día se vuelve menos convincente hasta para los que están directamente involucrados, se está traduciendo en un costo político para el presidente y su partido.
Al empezarse a pagar las cuentas de estas políticas, crece el nerviosismo entre los estrategas electorales republicanos justo al arrancar el año electoral que culminará con los comicios nacionales en noviembre de 2008.