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Hablan comicios y encuestas

Bush y Blair al basurero

Fuentes: Rebelión

La última encuesta del periódico Los Angeles Times, el más importante en el oeste de Estados Unidos, anunciada hace unas pocas horas, otorga una clara victoria a John Kerry en las elecciones generales del próximo noviembre. El 51% ha declarado su intención de voto a favor del candidato demócrata, en esta consulta nacional, mientras que […]

La última encuesta del periódico Los Angeles Times, el más importante en el oeste de Estados Unidos, anunciada hace unas pocas horas, otorga una clara victoria a John Kerry en las elecciones generales del próximo noviembre. El 51% ha declarado su intención de voto a favor del candidato demócrata, en esta consulta nacional, mientras que solamente el 44% se inclinó por Bush. Esta indagación ha tenido una gran repercusión porque es la primera vez que Bush sale tan nítidamente fracasado.

Los dos aspectos que más desagradan a los votantes son Irak y la economía. En ambos, Bush ha demostrado su conocida incapacidad. El 56% de los interrogados declaró que Estados Unidos necesita moverse en una nueva dirección. Está sumamente claro que los vientos soplan en la dirección del aumento vertiginoso de la popularidad de Kerry.

La encuesta demuestra que aún si Ralph Nader participara, pese a los votos que apartaría de la candidatura demócrata, Kerry triunfaría. Esta encuesta está enviando una clara señal a Washington de la desaprobación con que son vistas la política agresiva, y autoritaria seguida por la camarilla Cheney-Rumsfeld y demás halcones. Esa tendencia ha alcanzado un inmenso rechazo nacional y ha concitado la animadversión de la opinión pública internacional, de manera aplastante, contra los actuales gobernantes de Washington. En la encuesta dos tercios de los entrevistados admitieron que aún desconocen muchos aspectos de la política que llevaría a cabo Kerry de ser electo, pero aún en esa ignorancia lo prefieren a Bush.

Los partidarios de Bush afirman que esas encuestas por electores no significan nada porque en Estados Unidos son los votos por estados los que cuentan. Ello explica por qué Al Gore ganó las últimas elecciones presidenciales con medio millón de votos de ventaja sobre Bush y los republicanos –aparte de las sucias maniobras de fraudes, influencias y manipulación de tribunales–, obtuvieron el espurio triunfo debido a los votos electorales por estados.

Del otro lado del Atlántico el sumiso Tony Blair ha obtenido una aplastante paliza electoral al quedar su Partido Laborista en último lugar en las elecciones municipales efectuadas el pasado día 10 de junio. Es la primera vez en la historia que los laboristas quedan como tercera fuerza política por debajo, no solamente de los Tories, conservadores sino de los Demócrata-liberales. Los Tories obtuvieron un 38% de los votos, los Liberales un 30% y los Laboristas solamente el 26%.

Áreas tan importantes como Manchester y Liverpool fueron ganadas por los Liberales. Los Conservadores barrieron en las ciudades del centro y norte de Gran Bretaña. Una encuesta previa de la BBC reveló que los conservadores habían aumentado un 3% en sus preferencias públicas y los liberales en un 2% y que el laborismo había descendido en un 5%. Pero de acuerdo con los cómputos que están arrojando las urnas, ese estimado se quedó corto. Los Tories estaban ganando, según los últimos recuentos de votos, doscientas posiciones locales en toda la nación. Los laboristas solamente obtuvieron una victoria con la reelección del alcalde de Londres, Ken Livingstone. Estas elecciones se efectuaron para cubrir 6000 curules en 166 municipios de Inglaterra y el país de Gales, así como 78 escaños en el Parlamento europeo.

Según los analistas, si las elecciones generales señaladas para el año próximo hubiesen tenido lugar el día 10, los laboristas habrían perdido su mayoría de 161 escaños en el Parlamento y el Primer Ministro habría tenido que renunciar. Tony Blair, presente en la Cumbre del G-8, reconoció que la participación en la guerra en Irak, a la cual él ha arrastrado a su país, le ha costado una considerable pérdida de apoyo popular. Un cónclave íntimo de los principales líderes laboristas había acordado previamente que de serles adversos estos comicios se inclinarían a decapitar a Blair antes de las elecciones generales del 2005, para intentar una recuperación anticipada.

La encuesta de Los Angeles Times, y las elecciones municipales en Gran Bretaña, son dos importantes indicadores de la inmensa repulsa que merecen Bush y Blair de sus conciudadanos.

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