Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyes
En un mundo perfecto, un periodista habría preguntado a Bush, en presencia de su principal aliado europeo, en la conferencia de prensa de la semana pasado de George Bush y Tony Blair, si cree que la Unión Europea es el Anticristo.
Aunque suena como el tipo de locura de Pat Roberston que lleva hasta a los chiflados a salir corriendo a la salida más cercana, habría que obligar a Bush a responder a esa pregunta. Bush y otros importantes republicanos se han alineado tras un creciente movimiento de sionistas cristianos para los que el Anticristo europeo ocupa un lugar prominente en el guión del Fin de los Tiempos. Así deberían verse obligados a explicar al resto del mundo por qué tratan de conquistar los votos de gente que cree que nuestros aliados son el diablo en persona. ¿Será que el requerimiento central para el Apocalipsis que esperan con tanta ansiedad – que USA enfrente a Irán – encaja maravillosamente con el orden del día bélico neoconservador?
En el centro de todo está el pastor John Hagee, un televangelista popular que dirige la Iglesia Cornerstone en San Antonio, Texas, de 18.000 miembros. Aunque Hagee ha profetizado hace tiempo el Fin de los Tiempos, reforzó su retórica este año con la publicación de su libro «Jerusalem Countdown,» [Conteo regresivo en Jerusalén] en el que argumenta que una confrontación con Irán es una condición previa necesaria para el Apocalipsis y la Segunda Venida de Cristo. En su gran éxito de ventas, Hagee insiste que USA debe unirse a Israel en un ataque militar preventivo contra Irán para realizar el plan divino para Israel y Occidente. Poco después de la publicación del libro, lanzó Cristianos Unidos por Israel (CUFI, por sus siglas en inglés), que según sus declaraciones causará un «terremoto político.» como versión cristiana del poderoso Comité USA-Israel de Asuntos Públicos (AIPAC).
El banquete de lanzamiento de CUFI en el Washington Hilton, al que asistieron más de 3.500 miembros, expresó claramente el apoyo republicano al esfuerzo de Hagee y a su agitación a favor de la guerra contra Irán. El presidente del Comité Nacional Republicano, Ken Mehlman, declaró al grupo que «ningún régimen es más central en la yihád global» que Irán. Sólo dos días antes, Newt Gingrich y John McCain visitaron los talk shows dominicales haciendo resonar el mismo mensaje, lo que condujo a Benny Elon, miembro del parlamento israelí, a comentar en el Jerusalem Post que sus observaciones tuvieron su origen en Hagee. Rick Santorum y Sam Brownback también se dirigieron al grupo, y Bush envió su apoyo a la reunión. Republicanos, e incluso algunos demócratas, hablaron en eventos del CUFI para mostrar su «apoyo a Israel.» Pero mientras la atención del público y de los medios de información se concentraba en los combates entre Israel y Hezbolá, Hagee mantuvo su concentración en Irán.
En tanto que la crisis en la frontera Israel-Líbano atrajo más atención de los medios dominantes a las actividades del CUFI, los seguidores de Hagee saben de largo que importantes republicanos están a la escucha. El rabino Daniel Lapin, destacado aliado judío de la derecha evangélica (y amigo de Jack Abramoff) ha dicho que Hagee es escuchado «sin duda, sí, por supuesto» por la Casa Blanca. La Noche para Honrar a Israel en su iglesia, repetida todos los años, ha atraído a destacados republicanos, incluyendo a Tom DeLay, que fue el orador central en 2002.
Aunque los republicanos jamás lo admitirán – afirman que su apoyo para sionistas cristianos como Hagee se basa en su propio apoyo a Israel – es evidente que saben que necesitan los votos de sus electores para ganar. Tal como Karl Rove cortejó a los evangélicos conservadores en 2004 apelando a su homofobia, la retórica electoral republicana para 2006 y 2008 ya ha mostrado señales de que va a apelar a votantes que han estado escuchando durante meses el bombo belicista favorable a una guerra contra Irán – en la iglesia.
En tanto que los círculos informados en Washington se preguntan lo que significa que republicanos como Mehlman y los aspirantes a presidente Gingrich y McCain apunten a Irán como el participante central en un épico choque de civilizaciones, Hagee ya ha pasado meses movilizando a sus guardias de asalto en apoyo a otra guerra. Mientras diplomáticos, expertos y eruditos discuten cuántos años necesitará Irán para desarrollar armas nucleares viables, Hagee dice que los ulemas ya poseen los medios para destruir a Israel y USA. Y aunque Bush insiste en que todavía existen opciones diplomáticas, Hagee ha rechazado la pusilánime diplomacia y ha preparado a sus partidarios para una conflagración.
Hagee blande un «inmenso megáfono» que llega «a un grupo muy grande de personas», dice el rabino James Rudin del Comité Judío Usamericano, que ha estudiado a la derecha cristiana durante 30 años. Con CUFI, el pastor ha expandido exponencialmente el alcance de su megáfono más allá de su audiencia televisiva. Gracias al mercadeo viral posibilitado por cientos de dirigentes evangélicos que se han registrado en su nueva organización, su belicismo se ha extendido a través de mega-iglesias en todo USA durante meses. Hagee califica a los pastores de «generales espirituales de USA,» una frase adecuada en vista de la confianza que deposita en ellos para que unan a sus tropas tras su mensaje.
El consejo de directores del CUFI incluye al reverendo Jerry Falwell, ex candidato presidencial republicano y al activista de la derecha religiosa Gary Bauer, así como a George Morrison, pastor de la Capilla Faith Bible en Arvada, Colorado, de 8.000 miembros, y presidente del consejo de Promise Keepers. Rod Parsley, el televangelista de Ohio que se está convirtiendo rápidamente en un importante actor político de la derecha cristiana, fue reclutado como director regional.
Es probable que su influencia en Washington sea menos importante para el nuevo proyecto de Hagee que su ascendiente sobre su audiencia. Con el peso de sus oyentes, puede servir a los halcones de Bush al infundir ímpetu al apoyo en la base para un ataque militar contra Irán. Más de 700.000 personas compraron su libro, «Jerusalem Countdown,» e innumerables más lo han escuchado cuando lo promueve en los programas cristianos de radio y televisión. Los oyentes de medios cristianos han escuchado una publicidad dramática, apocalíptica, así como los programas de radio de Sean Hannity y Bill O’Reilly. Las páginas de «Jerusalem Countdown» presentan una mezcla peculiar de profecía bíblica, destilada junto con información filtrada de funcionarios gubernamentales israelíes y una lección confusa, reducida, de física nuclear.
«Escribí este libro en abril de 2005, y al leerlo la gente pensará que lo escribí tarde ayer por la noche después de las noticias de FOX News,» dice el autor sin un ápice de ironía. «Es tan cercano a donde nos encontramos y va más lejos.»
Hagee habla simultáneamente a dos audiencias sobre la capacidad nuclear de Irán: una que teme un ataque terrorista de Irán, y otra que adopta un Apocalipsis prescrito por la Biblia. Para impresionar a los temerosos, imita los engaños de Bush sobre la capacidad de Iraq para atacar a USA con armas de destrucción Masiva, las advertencias de Condoleezza Rice sobre nubes en forma de hongos, y la hipocresía de Dick Cheney sobre una alianza entre Sadam Husein y Al Qaeda. Comparando al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad con Hitler, Hagee arguye que hay que detener el desarrollo de armas nucleares de Irán para proteger a USA e Israel de un ataque nuclear.
Aprovechando las legítimas preocupaciones sobre el terrorismo, e invocando el 11-S, describe vívidamente un supuesto plan dirigido por Irán para hacer estallar simultáneamente bombas en valijas en siete ciudades usamericanas, o de utilizar un artefacto de pulso electromagnético para crear «un Hiroshima usamericano.»
Cuando se dirige a públicos abiertos a la profecía de las Escrituras, sin embargo, Hagee acepta la confrontación por venir. Argumenta que un ataque contra Irán llevará a las naciones árabes a unirse bajo la dirección rusa, como lo describen los capítulos 38 y 39 del Libro de Ezequiel, conduciendo a un «infierno que estallará en todo Oriente Próximo, sumergiendo al mundo en el Apocalipsis.» En las palabras de Hagee, Israel no tiene otra alternativa que atacar las instalaciones nucleares de Irán, con o sin la ayuda de USA. El ataque llevará a Rusia – que quiere el petróleo del Golfo Pérsico – a dirigir un ejército de naciones árabes contra Israel. Entonces Dios eliminará a todo el ejército dirigido por los rusos, menos un sexto, mientras el mundo contempla «con conmoción y pavor,» dice, otorgando una cualidad divina a la frase del gobierno de Bush o una cualidad similar a Bush a la cólera divina.
Pero Hagee no se detiene allí. Agrega que Ezequiel predice el fuego «sobre los que viven confiados en las costas lejanas.» De esta oración, concluye que se juzgará a todos los que permanecieran como espectadores mientras las fuerzas dirigidas por los rusos invadían Israel, y lanza una enérgica advertencia a USA para que intervenga: «¿Podría ser que USA, que se niega a defender a Israel de la invasión rusa, sufrirá la guerra nuclear en nuestras costas orientales y occidentales?» Dice que sí, citando a Génesis 12:3, donde Dios dijo a Israel: «Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré;»
Para llenar el vacío del poder dejado por la masacre divina del ejército ruso, el Anticristo – el jefe de la UE – regirá «un gobierno del mundo, una moneda del mundo y una religión del mundo» durante tres años y medio. (Hagee agrega que «basta con ser un observador accidental de los eventos actuales para ver que todas estas tres cosas se están convirtiendo en realidad.» El «demoníaco líder mundial» será entonces enfrentado por un falso profeta, identificado por Hagee como China, en Harmaguedón, el Monte de Megiddo en Israel. Mientras se preparan para la batalla final, Jesús retornará en un caballo blanco y lanzará a ambos villanos – y presumiblemente a todos los no-creyentes – a un «lago de fuego ardiente de azufre,» marcando así el comienzo de su reino milenario.
Hagee no teme una conflagración nuclear, sino la cólera de Dios contra los que se mantengan al margen mientras Irán ejecuta su presunto plan para destruir a Israel. Una confrontación nuclear entre USA e Irán, que según él es presagiada en el Libro de Jeremías, no llevará al fin del mundo, sino más bien a la renovación divina del Jardín de Edén. Pero, en última instancia, a Hagee le preocupa menos el destino de Israel o el de los judíos que una agenda teocrática de la derecha cristiana. Cuando Jesús vuelve, para su reino milenario, dice a su audiencia en la televisión: «los justos van a gobernar a las naciones de la tierra. Cuando Jesucristo vuelva, no va a preguntar a la ACLU [siglas en inglés de la Unión Usamericana de Libertades Civiles] si orar está bien, no va a preguntar a las iglesias si pueden ordenar a obispos y sacerdotes pedófilos, no va a preguntar si está bien colocar los Diez Mandamientos en las municipalidades. No va a apoyar el aborto, va a dirigir el mundo siguiendo la palabra de Dios. El mundo nunca se acabará. Se convertirá en el Jardín de Edén, y será gobernado por Cristo.»
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Sarah Posner ha informado sobre la derecha religiosa para The American Prospect, The Gadflyer, y AlterNet. Este artículo fue adoptado de «Pastor Strangelove,» que apareció en la edición de junio de 2006 de The American Prospect.
Fuente: http://www.alternet.org/story/39748/
Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.