La población carcelaria en Estados Unidos creció en el último año a un ritmo de unos 900 presos semanales, con el mayor índice de personas tras las rejas en el territorio de Texas, reveló hoy un informe. El reporte, emitido por el Buró de Estadísticas de Justicia, indica que de junio de 2003 a junio […]
La población carcelaria en Estados Unidos creció en el último año a un ritmo de unos 900 presos semanales, con el mayor índice de personas tras las rejas en el territorio de Texas, reveló hoy un informe.
El reporte, emitido por el Buró de Estadísticas de Justicia, indica que de junio de 2003 a junio de 2004 uno de cada 138 ciudadanos en el país permaneció en prisión.
De acuerdo con el informe, el número de reos en Estados Unidos sobrepasó la cifra de dos millones.
En Texas, territorio del cual fuera gobernador el presidente George W. Bush, casi 170 mil personas permanecen encarceladas. Ello refleja que de cada 100 mil residentes más de 700 cumplen una condena.
Hasta 2003 Texas ocupaba el segundo lugar en cuanto a población penal, detrás de Louisiana.
En marzo último el diario The New York Times denunció que mientras el gobierno del presidente Bush restringe la atención médica a los reos, enfermedades como la tuberculosis y la hepatitis pululan entre los detenidos, con peligro para la vida.
En un editorial titulado La muerte detrás de las rejas, el influyente rotativo señaló que la población carcelaria del país era mayor que la de cualquier otra nación en el mundo.
Sin embargo, la política oficial tiende a reducir los gastos que ocasionan las cárceles, y algunos estados intentan hacerlo con la reducción del dinero que debe estar dedicado a la salud en los centros penitenciarios.
«Los presos son literalmente las personas más enfermas de nuestra sociedad», aseguró el Times, que además reveló que uno de cada seis reos padece «una enfermedad mental seria».
La atención de salud en el sistema correccional ve recortados sus fondos principalmente debido a que las reglas federales niegan a los prisioneros el acceso al programa de salud estatal Medicaid.
Esa privación está basada en la tesis gubernamental de que las personas que son sancionadas por la ley no merecen la ayuda pública.