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Cada vez menos latinos quieren morir en Iraq

Fuentes: IPS

Ya suman 215 los integrantes «latinos» del ejército estadounidense muertos en Iraq. Según ex soldados y activistas, esa mala noticia es acompañada por otra buena: cada vez son menos los jóvenes de origen latinoamericano que se alistan en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

«Me alegro que el ejército ya no logre reclutar tanto soldado y que más personas alcemos la voz contra esta invasión criminal», dijo a IPS Camilo Mejía, ex sargento de origen nicaragüense que invocó una «objeción de conciencia» para abandonar Iraq. Estados Unidos lo declaró desertor y lo hizo cumplir una condena de nueve meses de prisión.

El año pasado, 9.477 personas que residen en Estados Unidos pero no nacieron en ese país se alistaron en su ejército, 2.352 menos que en 2003, según datos oficiales del gobierno encabezado por el presidente George W. Bush.

«Hay mucha gente que está muriendo en esta guerra insensata y criminal, así que ir a la cárcel por objetarla o rechazar el ingreso a la Army (Ejército), no son sacrificios muy grandes cuando se los compara con el de tanto inocente que muere en la guerra». señaló Mejía, quien estuvo en Iraq cinco meses en 2003.

«Yo no quería morir en una guerra que no me pertenece, que es injusta e inmoral, por eso me entregué a mis superiores», declaró el ex sargento, hijo del cantante nicaragüense Carlos Mejía Godoy, cuya música acompasó la revolución sandinista de 1979.

Desde que comenzó la ocupación de Iraq en marzo de 2003, 1.653 soldados de Estados Unidos han muerto en ese país. Cerca de 15 por ciento de ellos eran de origen latinoamericano por nacimiento o ascendencia, indican datos recogidos por «Guerrero Azteca», movimiento que exige en Estados Unidos el retorno de los soldados enviados a Medio Oriente.

El porcentaje de los fallecidos, que en su mayoría eran soldados rasos, es superior a la proporción de «latinos» en las Fuerzas Armadas estadounidenses, que es 9,2 por ciento.

Para alistarse en el ejército de Estados Unidos sólo hace falta ser residente legal. El gobierno de Bush promete a quienes se sumen como soldados agilizar la concesión de su ciudadanía y el otorgamiento de becas de estudios.

Este lunes se conmemoró en Estados Unidos el Día de los Caídos, fecha instituida para rendir tributo a los soldados que perdieron la vida en las guerras emprendidas por ese país.

Con ese motivo, el presidente Bush declaró que «cuando honramos a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas que murieron por nuestra libertad, también honramos a quienes hoy defienden nuestras libertades».

«La libertad, la verdadera y no la que vende el señor Bush, nos obliga a decir que la invasión a Iraq es un engaño gigante y que lo mejor es salir de allí», declaró a IPS el mexicano Fernando Suárez, líder de «Guerrero Azteca».

«Las bajas de latinos en Iraq siguen aumentando y las lloramos porque son absurdas, pero gracias al movimiento contra la guerra y la prolongación de la ocupación, el interés por sumarse a la invasión va en franca caída, y eso es una buena noticia», manifestó.

El activista, cuyo hijo Jesús se alistó como soldado estadounidense y murió en Iraq al inicio de la ocupación, aseguró que «la guerra irracional» en Medio Oriente «se está cayendo a pedazos por su inmoralidad».

Suárez fue entrevistados vía telefónica desde una escuela pública del sudoccidental estado estadounidense de California, donde dictó una charla contra la ocupación, y Mejía, por la misma vía, pero desde su residencia en el estado de Georgia.

Ambos son residentes legales en Estados Unidos, pero no tienen nacionalidad de ese país, que recorren para hablar contra la guerra y demandar el retorno de los soldados.

«Por haber visto la guerra, por haber visto lo que estamos haciendo como ejército, me siento con la responsabilidad y la obligación moral de crear conciencia para que la gente sepa realmente lo que está pasando y tratar de parar esa guerra», declaró Mejía.

«He recibo muchas cartas de familiares de soldados caídos que estuvieron en contra de la guerra, pero que fueron por miedo y porque no se sintieron lo suficientemente fuertes como para pararse frente a sus superiores y decir que no querían participar», relató.

«Murieron en contra de sus principios y eso es muy triste. Pero yo les digo a esos familiares que apoyen a los que allá (en Iraq) siguen y que no quieren la guerra. Que les digan que no tengan miedo, pues la cárcel por deserción no significa nada cuando uno sigue a su conciencia», añadió.

Mejía, al igual que el hijo de Suárez y cientos de jóvenes de origen latinoamericano, ingresó a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos llevado por promesas de ayuda.

«En ese momento (1995) buscaba afianzar raíces, pues había vivido en Nicaragua, Costa Rica, Cuba y también Estados Unidos y quería ser parte de algo», explicó el ex sargento que ahora integra la organización no gubernamental «Veteranos de Iraq en contra la guerra».

Pero ir «a la guerra no era lo que buscaba y era muy crítico de la invasión», expresó.

«Fui a Iraq y estando ahí logré tomar más conciencia para alzar la voz y decir que es una guerra criminal, lo que me costó una Corte Marcial y cárcel por nueve meses», indicó Mejía.

Según el nicaragüense, que permaneció detenido hasta febrero en una base militar en Estados Unidos, decenas de soldados «latinos» no quieren estar en Iraq pero siguen allí por miedo a la cárcel y a la acusación de deserción.

«Esa ocupación va a acabar, pues cada vez habrá más soldados que se atreverán a hablar, porque ya no nos pueden engañar», sentenció.