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Claves del ciclo político

Fuentes: Público

¿Qué es lo que induce a los partidos políticos a renunciar a sus ideales y a traicionar promesas electorales? Algunas consideraciones enunciadas hace tiempo por Maquiavelo explican este proceder. La maquiavélica idea de que la acción política no tiene más regla de conducta que la de acaparar y conservar el poder subordina otras metas que […]

¿Qué es lo que induce a los partidos políticos a renunciar a sus ideales y a traicionar promesas electorales? Algunas consideraciones enunciadas hace tiempo por Maquiavelo explican este proceder.

La maquiavélica idea de que la acción política no tiene más regla de conducta que la de acaparar y conservar el poder subordina otras metas que en principio justificaban la intervención política de los partidos. A esta lamentable constatación añade Maquiavelo la recomendación de que quien llega al Gobierno apoyado por el pueblo debe congraciarse con los poderosos y viceversa, pues «debe saber no menos contentar a su pueblo que asegurarse a los grandes». En democracia los partidos hacen gestos y promesas al pueblo para conseguir los votos necesarios para gobernar y cuando son elegidos tratan de congraciarse con las elites económico-empresariales.

Nuestra historia reciente ilustra este tipo de ciclos. Empezando por la llamada Transición, en la que los partidos antifranquistas, con tal de ser admitidos en la nueva legalidad democrática, fueron abandonando sus antiguas exigencias republicanas y socialistas para acabar sirviendo a la monarquía impuesta por Franco y al statu quo capitalista. Así lo atestigua la fiebre privatizadora de la era González, aderezada con corrupción y terrorismo de Estado, que fue mermando su apoyo electoral hasta expulsarlo del Gobierno. Le sucedió lo mismo a un Aznar dialogante y moderado en su primera legislatura, que derivó en la segunda hacia un despotismo ultramontano que acabó expulsando a su partido del Gobierno. El bandazo de Zapatero sacrificando al pueblo en favor de los poderosos, y con ello su propio apoyo electoral, culmina este proceder. Pero no estamos ante un gobernante que busca su derrota, sino ante una conversión tardía apremiada por la Europa del capital y los inquisidores del neoliberalismo, frente al fuego de la crisis.

Tras fallar los remedios keynesianos iniciales, el Gobierno abrazó la vulgata neoliberal creyendo ingenuamente que los sacrificios humanos favorecerían el repunte económico dentro de la legislatura. Craso error que promueve una vez más la alternancia política, en la que formaciones que se dicen de izquierdas hacen tareas propias de la derecha y facilitan que esta vuelva al poder dándoselas de social y dialogante. Son las dos caras de una clase política que es a la vez instrumento y parte de la oligarquía imperante.

 

Fuente: http://blogs.publico.es/delconsejoeditorial/1122/claves-del-ciclo-politico/