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Condoleezza Rice: La Secretaria que surgió de la Guerra Fría

Fuentes: Axis of Logic

Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens

En un artículo de opinión que apareció en diciembre en el Washington Post, la Secretaria de Estado de USA, Condoleezza Rice, establece un paralelo entre la configuración y la dinámica del mundo de hoy y el mundo al terminar la Segunda Guerra Mundial, en el que, bajo el presidente Harry S. Truman, el Secretario de Estado, Dean Acheson, junto con el Secretario de Defensa, George C Marshall, inspirados por la articulación de la doctrina de contención de George Kennan, establecieron la estructura mediante la cual frenarían a la Unión Soviética en su potencial expansión y dominación de los Estados recién derrotados y subyugados de Europa. Esta estrategia de contención consistía en la creación de la OTAN e incluía el despliegue de tropas usamericanas en Europa. También incluía el Plan Marshall que encaraba la necesidad de una Europa viable desde el punto de vista económico para asegurar una frontera para el imperio soviético que era fuerte económicamente y sano en sus instituciones y en su particular cultura y carácter.
El término contención era de Kennan; apareció en un artículo en Foreign Affairs que firmó simplemente como «X» y, aunque a Kennan le desagradaba la dependencia de USA de la amenaza con armas nucleares para disuadir una invasión soviética, que también consideraba poco probable, sin embargo describió posteriormente ese período de la diplomacia de USA como el más creativo en la historia de la política exterior usamericana.
Otros se le han sumado en esa descripción. Esa estrategia produjo sus frutos y demostró su viabilidad a largo plazo con el colapso de la Unión Soviética en el último decenio del Siglo XX después de mantener una paz fría durante cuatro decenios.
La Secretaria de Estado, Rice, ve ahora un mundo similar, sólo que la amenaza de la Unión Soviética ha sido reemplazada por la amenaza de terrorismo por parte de actores no-estatales, facilitada por la falta de libertad – el «déficit de libertad» – sobre todo en Oriente Próximo:
El «déficit de libertad» en Oriente Próximo, en el sentido más amplio del término, provee un terreno fértil para el progreso de una ideología de odio tan maligna y virulenta que conduce a la gente a atar bombas suicidas a sus cuerpos y a lanzar aviones contra edificios. Como los ciudadanos de la región no pueden hacer progresar sus intereses y corregir sus agravios mediante un proceso político abierto, se retiran desesperanzados a las sombras para ser explotados por hombres malvados con designios violentos…
Aunque el Oriente Próximo en general no tiene una historia de democracia, no es una excusa para no hacer nada…
La señora Rice se equivoca en ambos casos. La victoria definitiva e impresionante de Hamas en las elecciones palestinas (obteniendo 74 de 134 escaños en el Consejo Legislativo Palestino) mostró que la gente, especialmente cuando vive bajo una ocupación extranjera no rechazará necesariamente la estrategia de los ataques suicidas contra un ocupante extranjero cuando se le da una oportunidad clara e irrestricta para expresar sus preferencias en las urnas. Tampoco es más probable que acepte la inevitabilidad de una ocupación indefinida de su patria por militares extranjeros, ni que acceda a la transferencia continua de sus tierras a colonizadores extranjeros.
La señora Rice afirma que los ataques de Al Qaeda en suelo usamericano en septiembre de 2001 fueron el resultado de la falta de democracia en el mundo árabe, en lugar de ser un corolario o una reacción casi inevitable ante la política de USA hacia el Oriente Próximo que, en realidad, ha generado cólera y amargura en toda la región y en el mundo musulmán. La teoría de la señora Secretaria, no toma en cuenta que miembros de las numerosas naciones no-democráticas del mundo no lanzan regularmente aviones contra edificios usamericanos.
Si la señora Rice se hubiera compenetrado de los estudios más actuales sobre el tema del terrorismo suicida, como el estudio hecho en la Universidad de Chicago bajo el politólogo Robert Pape, habría comprendido que las campañas de ataques suicidas han tenido siempre el apoyo de la comunidad en función de cuyos intereses se realizan los ataques. Porque sus objetivos son reconocidos como válidos dentro de la comunidad nacional, la aceptación de sus medios varía, para un gran segmento de la comunidad, entre la aquiescencia y el apoyo directo.
Es uno de los resultados centrales del estudio de Pape. Este estudio, el más exhaustivo hecho hasta la fecha, compiló datos sobre todos los ataques suicidas ocurridos en el mundo entre 1982 y 2003. El estudio estableció que ocurrieron 315 ataques suicidas con la participación de 412 atacantes suicidas.
Un resultado crucial fue que la mayoría de los atacantes eran laicos y no religiosos. De los 41 atacantes suicidas en Líbano entre 1982 y 1986 (este período incluye el ataque suicida al complejo de los marines de USA en el que murieron 241 marines usamericanos), el estudio pudo establecer la afiliación religiosa de 38 atacantes. De estos, 30 estaban afiliados a grupos opuestos al fundamentalismo islámico. Veintisiete provenían de grupos comunistas o socialistas como el Partido Comunista Libanés, el Frente Nacional Libanés de Resistencia, el Frente Popular por la Liberación de Palestina, Amal, el Partido Baaz y otros – todos grupos laicos sin compromisos con el extremismo religioso. Tres eran cristianos, incluyendo a un profesor secundario. Sólo ocho estaban afiliados al fundamentalismo islámico.
En total, de 384 atacantes suicidas sobre los que el estudio pudo obtener datos, un 43% era religioso mientras que un 57% era laico.
Los practicantes más prolíficos de los atacantes suicidas son los Tigres Tamiles, un grupo laico de Sri Lanka, que son responsables de 76 de los 315 ataques suicidas durante este período. Sus ataques han incluido el asesinato de dos jefes de estado, incluyendo al Primer Ministro indio, Raji Gandhi.
El estudio estableció que un cincuenta y cuatro por ciento de los que cometieron ataques suicidas tenían alguna educación post-secundaria, comparado con sólo una pequeña fracción de su sociedad, mientras que sólo un 10% de los atacantes tenían únicamente una educación primaria o menos, en comparación con casi la mitad de sus sociedades en su conjunto. Por lo tanto, el promedio de los atacantes tiene mejor educación que sus pares.
El estudio de los atacantes suicidas árabes estableció que la mayoría provenía de clases trabajadora o media y pocas veces eran pobres o desocupados. Un setenta y cinco por ciento tenía puestos de trabajo manuales o de clase media – técnicos, mecánicos, policías, maestros- mientras que sólo un 17% estaba desocupado o en el segmento inferior de su escala de ingresos.
El doctor Pape señala:
En general, este estudio de las características demográficas fundamentales de los terroristas suicidas pone en duda las suposiciones prevalecientes de que los individuos que realizan estos ataques son sobre todo fanáticos religiosos, adolescentes irresponsables, o varones con frustraciones sexuales. Casi todos habían pasado la adolescencia hace tiempo, la mayoría eran laicos, y muchos – la abrumadora mayoría en algunos grupos – eran mujeres. Ninguno tenía las características patognómicas de una personalidad suicida – una historia pasada de intentos suicidas. Más bien, el hecho incómodo es que los terroristas suicidas son mucho más normales de lo que muchos de nosotros quisiéramos creer. («Dying to Win», Pape, p211)
Durante el período entre 1982 y 2003 ha habido nueve campañas suicidas. Todas con el objetivo de expulsar a los ocupantes extranjeros de lo que se percibía como la patria de los atacantes.
Pape señala, en contradicción directa con la señora Rice:
Casi todo el terrorismo suicida es emprendido como un esfuerzo estratégico dirigido hacia objetivos políticos especiales; no es simplemente el producto de un individuo irracional o una expresión de odios fanáticos. El propósito principal del terrorismo suicida es utilizar la amenaza de castigo para obligar al gobierno-objetivo a cambiar su político, y muy especialmente para llevar a los estados democráticos a retirar sus fuerzas del país que los terroristas perciben como su patria nacional. (Ibíd, p.27)
Los jefes de los que auspician campañas suicidas han suministrado numerosas explicaciones de los ataques suicidas contra ejércitos de ocupación o contra las sociedades que los apoyan, todas las cuales, al parecer, son ignoradas por la señora Rice. Sayeed Siyam, un líder de Hamas en Gaza ofrece una explicación semejante:
Nosotros, en Hamas, consideramos que los ataques suicidas con bombas dentro de las fronteras de 1948 son la carta que los palestinos pueden utilizar para resistir la ocupación… No poseemos helicópteros Apache, así que utilizamos nuestros propios métodos. Ante los métodos utilizados por Israel, consideramos que la puerta al infierno está abierta. Su política de asesinatos y los bombardeos – todo este escenario de guerra dentro de las aldeas y las casas palestinas – reaccionamos a eso con el intento de hacer que los israelíes sientan la misma inseguridad dentro de sus propias casas. (Ibíd, p32 )
Los que subyugan a otros y ocupan sus tierras no pueden esperar ser validados por sus víctimas en los resultados de elecciones realizadas en libertad y justicia.
Tampoco es verdad que el Oriente Próximo no tenga una historia de democracia. Líbano ha sido una nación democrática y elecciones razonablemente libres y representativas durante las últimas cuatro décadas. Turquía, Irán, Israel y Kuwait tienen democracias que pueden ser descritas como débiles, en diferentes grados. En el caso de Israel, las leyes que discriminan contra las minorías no-judías y, por cierto, el cautiverio de 3,5 millones de palestinos en los territorios ocupados, compromete su pretensión de ser igualitario, que desde luego es el objetivo final de una sociedad democrática, en la que elecciones libres no son más que un medio.
Egipto ha hecho experiencias con gobiernos constitucionales y la democracia durante los últimos cien años que, sin embargo, fueron comprometidos por sus ocupantes británicos cuyo interés en la expresión de la voluntad popular se enfrentaba con los límites de los intereses británicos.
 
El caso de Irán es instructivo. En 1951, un comité parlamentario bajo el miembro del Parlamento, Mohammad Mosaddeq, recomendó la nacionalización de la Anglo-Iranian Oil Company, que poseía derechos exclusivos a la producción de petróleo en Irán, y un sistema que diera un 16% de los beneficios a los iraníes. El popular Mosaddeq fue luego elegido Primer Ministro, mientras USA iniciaba simultáneamente esfuerzos clandestinos por promover la oposición a su liderazgo. En 1953, los militares iraníes realizaron un golpe organizado por el MI6 británico y la CIA que derrocó al Primer Ministro elegido, Mosaddeq, y restableció el régimen de Mohammad Reza Shah que rápidamente disolvió el Parlamento elegido.
Aunque la mayoría de los usamericanos, incluyendo sin duda a la señora Rice, no ven la recurrencia de la visita de la señora Rice el 15 de febrero al Comité de Relaciones Exteriores del Senado para pedir 75 millones de dólares para ayudar a «promover la democracia» y estimular la oposición política al gobierno de Irán, lo mismo no vale de ninguna manera para los iraníes para los cuales el golpe dirigido por la combinación de Gran Bretaña y USA en 1953 forma parte del plan de estudios básico de historia que se enseña en todas las escuelas iraníes.
La señora Rice escribe:
… si no hubiésemos hecho nada, consideren todo lo que habríamos perdido sólo en el año pasado: Un Líbano libre de ocupación extranjera y el avance de una reforma democrática. Una Autoridad Palestina dirigida por un líder elegido que llama abiertamente a la paz con Israel. Un Egipto que ha modificado su constitución para realizar elecciones multipartidarias… Y, por cierto, un Iraq que frente a una horrible insurgencia ha realizado elecciones históricas, ha redactado y ratificado una nueva carta nacional, y que irá nuevamente a las urnas en los próximos días para elegir un nuevo gobierno constitucional.
 
Parece que en este caso la señora Rice, como en otros sitios, ignora que Mahmoud Abbas no fue el primer jefe elegido de la Autoridad Palestina. Arafat ganó concluyentemente una elección semejante en 1996, bajo el control de inspectores internacionales, entre ellos el Centro Carter.
Tampoco es verdad que Abbas sea el primer jefe elegido de la Autoridad Palestina que haya llamado abiertamente a la paz con Israel. La señora Rice debería saber, pero posiblemente no lo sabe, debido a algo como el negacionismo, que la condición para el diálogo entre USA y la OLP iniciado en 1988 fue la enunciación pública por Arafat de la aceptación de la paz con Israel, basada en la Resolución 242 de la ONU, incluyendo el reconocimiento del derecho a existir de Israel dentro de las fronteras de 1967. Es una posición que Arafat y Fatah han mantenido consecuentemente desde entonces y ha sido incorporada a una Carta modificada de la OLP.
Si la Secretaria se hubiera tomado la molestia de leer el artículo de opinión de Arafat en el New York Times del 3 de febrero de 2002, habría leído:
Los palestinos tienen una visión de la paz: es una paz basada en el fin total de la ocupación y un retorno a las fronteras de Israel de 1967, la compartición de todo Jerusalén como una ciudad abierta y como capital de dos Estados: Palestina e Israel. Es una paz cordial entre dos pares que gozan de una cooperación económica y social mutuamente beneficiosa. A pesar de la brutal represión contra los palestinos durante las últimas cuatro décadas, creo que cuando Israel vea a los palestinos como iguales , y no como un pueblo subyugado al que puede imponer su voluntad, una tal visión puede realizarse. Por cierto, debe realizarse.
 
Este texto expresa un calor y humanismo del tipo que contrasta claramente con las constantes amenazas bombásticas de la Secretaria Rice. Es otro motivo por el cual ella debería haberse tomado la molestia de leer la pieza editorial de Arafat.
Condoleezza Rice goza de una relación particularmente estrecha con el presidente Bush, que por cierto debe encontrar en su Secretaria de Estado y antigua Consejera Nacional de Seguridad, una mina disponible de expresiones bien articuladas y pensadas de sus propias actitudes y sentimientos embrionarios e inarticulados. La señora Rice puede suministrar el soporte y la seriedad que precisa el modo de ser de Bush así como las justificaciones intelectuales para sus decisiones políticas. La Secretaria es una personalidad decidida y segura de sí misma con ideas definidas sobre cómo debiera conducirse la política exterior usamericana. No hay que pasar por alto o minimizar a la señora Rice como una importante conductora de la política en el gobierno de Bush, Puede ser perfectamente posible que la señora Rice haya capturado la mente, en uno u otro grado, del presidente Bush, que sería incapaz de rechazar muchos de sus argumentos.
Se puede obtener una cierta visión ulterior de la filosofía de la Secretaria si se considera su artículo: «Campaign 2000; Promoting the National Interest», que apareció en Foreign Affairs, enero/febrero de 2000, antes de la toma del poder del presidente Bush y temprano en la campaña presidencial de ese año.
En ese artículo, ella contrasta las políticas del gobierno saliente de Clinton con lo que considera la política adecuada. El artículo presenta una clara disposición al realismo político, una filosofía de conducta de la política exterior que ha estado presente en la literatura desde el escrito de Hans Morgenthau «Política de Poder entre las Naciones: La Lucha por el Poder y por la Paz», y posiblemente desde «El Príncipe» de Maquiavelo. Argumenta que el interés propio así como la maximización del poder – diplomático, moral, así como militar – es el objetivo apropiado de las acciones de un Estado. Contrasta con el legalismo y el idealismo. El primero es considerado como una elevación a un estándar superior de la búsqueda del cumplimiento con los principios o tradiciones del derecho internacional, incluso posiblemente a costas del interés propio y de la búsqueda de la maximización y de la proyección de la influencia. El segundo es considerado como la búsqueda, la proyección, y la implementación de principios morales – asociado frecuentemente con la política de Woodrow Wilson.
Rice dice:
El poder importa, tanto el ejercicio del poder por USA como la capacidad de otros de ejercerlo. Sin embargo, muchos en USA se sienten (y siempre se han sentido) incómodos con las nociones de la política del poder, las grandes potencias, y los equilibrios del poder. En una forma extrema, este malestar conduce a un llamado reflexivo en lugar de nociones del derecho y las normas internacionales, y a la creencia de que el apoyo de numerosos estados – o mejor aún, de instituciones como Naciones Unidas – es esencial para el ejercicio legítimo del poder. El «interés nacional» es reemplazado por «intereses humanitarios» o por los intereses de la «comunidad internacional.» La creencia de que Estados Unidos de Usamérica ejerce legítimamente el poder sólo cuando lo hace por cuenta de alguien o algo diferente estuvo profundamente arraigado en el pensamiento de Wilson, y existen ecos importantes en el gobierno de Clinton. Por cierto, no hay nada malo en que se haga algo que beneficie a toda la humanidad, pero eso es, en cierto modo, un efecto de orden secundario. La búsqueda por USA del interés nacional creará condiciones que impulsarán la libertad, los mercados, y la paz. Su búsqueda de los intereses nacionales después de la Segunda Guerra Mundial llevó a un mundo más próspero y democrático. Puede volver a ocurrir.
Incluso los que se sienten bien con las nociones del «interés nacional» siguen estando inquietos ante un enfoque en las relaciones del poder y la política de la gran potencia. La realidad es que unas pocas grandes potencias pueden afectar radicalmente la paz, la estabilidad, y la prosperidad internacionales. Esos Estados son capaces de causar alteraciones en gran escala, y sus ataques de cólera o actos de beneficencia afectan a cientos de millones de personas. Debido a su tamaño, posición geográfica, potencial económico, y fuerza militar, son capaces de influir en el bienestar usamericano para bien o para mal. Además, ese tipo de poder es usualmente acompañado por un sentido del derecho a jugar un papel decisivo en la política internacional. Las grandes potencias no se ocupan sólo de sus propios asuntos.
Estos dos párrafos constituyen la licencia que se otorga la señora Secretaria para echar por la borda el cuerpo del derecho internacional tal como se ha desarrollado durante los últimos 100 años, así como a Naciones Unidas. Lo que la señora Rice llama derecho es lo que J. William Fullbright llamó la arrogancia del poder.
Ella pasa luego a acusar al gobierno de Clinton de renunciar al interés de USA, a fin de ser multilateral, al impulsar la ratificación del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares y los Acuerdos de Kyoto que, argumenta, atan las manos de USA mientras no sirven sus intereses.
Es interesante notar que numerosos informes han concluido que los militares de USA, empantanados en Iraq y Afganistán, están cerca del fracaso. Pero Rice dijo sobre el gobierno de Clinton:
Pero más que nada fue simplemente imprudente multiplicar misiones en vista de una reducción continua del presupuesto. Los medios y la misión no se correspondían, y (previsiblemente) las fuerzas armadas que ya están cerca del límite de sus posibilidades llegaron de un punto de ruptura.
 
También acusa al gobierno de Clinton de falta de objetivos claros y definitivos de política exterior y de mantener un enfoque situacional o poco sistemático o reaccional, carente de integración general o de un principio o serie de principios de alcance general.
Argumenta que:
La paz es la primera y más importante condición para la prosperidad y libertad constantes. El poder militar de USA debe ser seguro porque USA es el único garante de la paz y la estabilidad globales.
Por lo tanto USA tiene un papel universal y singular que jugar en el mantenimiento de la paz del mundo, y una capacidad de jugar ese papel sin par entre otros estados u organizaciones internacionales como Naciones Unidas.
La perspectiva de que las fuerzas armadas deberían ser más ligeras, más eficientes, y más móviles ha sido atribuida frecuentemente a Rumsfeld. Pero apareció en el artículo de 2000 de Rice.
Las ventajas tecnológicas de USA debieran ser elevadas para construir fuerzas que sean más livianas y más letales, más móviles y ágiles, y capaces de disparar con precisión a gran distancia. A fin de hacerlo, Washington debe reasignar recursos, tal vez en algunos casos saltándose una generación tecnológica que dé saltos en lugar de mejoras incrementales de sus fuerzas.
La señora Secretaria propugna el derrocamiento de Sadam:
A medida que la historia marcha hacia los mercados y la democracia, algunos estados han sido dejados al borde del camino. Iraq es el prototipo. El régimen de Sadam Husein está aislado, su poder militar convencional ha sido severamente debilitado, su pueblo vive en la pobreza y el terror, y no tiene un sitio útil en la política internacional. Por lo tanto está decidido a desarrollar armas de destrucción masiva. Nada cambiará hasta que Sadam se haya ido, así que USA debe movilizar todos los recursos que pueda, incluyendo el apoyo de su oposición, para removerlo.
En este caso, la Secretaria no afirma que Sadam posea armas de destrucción masiva, más bien proyecta que Sadam querrá adquirirlas. Esto, y no la supuesta posesión de ADM, que fue con gran probabilidad sólo para consumo público, es la lógica que impulsó a la señora Rice a presionar para que se iniciara la guerra contra Sadam.
Pero la lógica se derrumba al considerar la efectividad del régimen de inspección de armas de la ONU, junto con el embargo que fue efectivo en la contención del líder iraquí.
No menciona, tampoco, que el pueblo de Sadam vivía en la pobreza gracias en gran parte a la campaña de sanciones dirigida por USA y patrocinadas por la ONU y a las frecuentes campañas de bombardeo de USA que destruyeron la infraestructura iraquí. En realidad, bajo Sadam, en los años ochenta, los iraquíes gozaron del mayor nivel de atención sanitaria y estándares educacionales del Oriente Próximo hasta que terminaron por ser debilitados por el programa de sanciones. En realidad, durante la década de los ochenta, incluso durante tiempos de guerra, la economía iraquí creó una amplia clase media y una fuerza laboral bien educada. La pobreza y la decadencia de la atención sanitaria y la puesta en peligro del agua potable se debieron todas a las sanciones auspiciadas por USA impuestas a Iraq que tuvieron el efecto de aumentar considerablemente la mortalidad infantil.
En ninguna parte de la Carta de la ONU está escrito que se prohíba la autodefensa de los estados, y posiblemente la autodefensa incluya ataques preventivos en casos en los que un inminente ataque enemigo es inequívoco. La ampliación ulterior al caso de la proyección de una intención de adquirir armas de destrucción masiva en algún tiempo indefinido en el futuro no es más que un despectivo abuso del principio central de la Carta de la ONU, y posiblemente del principio básico del propio derecho internacional.
Y, sobre Corea del Norte:
 
El régimen de Kim Jong Il es tan opaco que es difícil conocer sus motivaciones, aparte de que son malignas. Pero Corea del Norte también vive fuera del sistema internacional. Como Alemania Oriental, Corea del Norte es el gemelo malvado de un régimen exitoso ubicado al otro lado de su frontera. Tiene que temer su desaparición eventual por el puro poder y atracción de Corea del Sur. Pyongyang, también, tiene poco que ganar y todo que perder de su participación en la economía internacional. El desarrollo de ADM asegura por lo tanto la salida destructiva para Kim Jong Il.
… estos regímenes tienen los días contados…
E Irán, antes de la reciente elección del presidente Mahmoud Ahmadinejad :
Pero las tácticas de Irán han presentado verdaderos problemas para la seguridad de USA. Ha tratado de desestabilizar a estados árabes moderados como Arabia Saudí, aunque sus relaciones con los saudíes han mejorado recientemente. Irán también ha apoyado el terrorismo contra USA y los intereses occidentales y ha intentado de desarrollar y transferir tecnologías militares secretas.
Irán presenta dificultades especiales en Oriente Próximo, una región de interés crucial para USA y para nuestro aliado esencial Israel. El armamento iraní amenaza cada vez más directamente a Israel. Por importantes que sean los esfuerzos de Israel por llegar a la paz con sus vecinos árabes para el futuro del Oriente Próximo, no constituyen toda la historia en cuanto a la estabilidad en la región. Israel tiene un genuino problema de seguridad, así que la cooperación en la defensa con USA – particularmente en el área de la defensa contra misiles balísticos – es crítica. Eso, por su parte, ayudará a Israel a protegerse mediante acuerdos, así como a través de un poder militar reforzado.
Este artículo equivale a un patrón para la posterior política del gobierno de Bush. En él encontramos la expresión de la intención de derrocar a Sadam Husein en Iraq y a Kim Jong Il en Corea del Norte, así como la hostilidad general hacia Irán, que no fue atenuada de ninguna manera por la reciente elección de Ahmadinejad. No sorprende para nada la determinación de proteger a Israel contra amenazas.
El artículo también es importante por lo que no dice. Brilla por su ausencia en este documento toda mención ni del conflicto palestino/israelí ni de la introducción de la democracia a Oriente Próximo. Evidentemente, la introducción de la democracia al mundo incivilizado es una noción recientemente cultivada para la Secretaria y su articulación pública sigue secuencialmente al hecho de que no se hayan encontrado las tan anunciadas armas de destrucción masiva en Iraq. El ideal de llevar la democracia al mundo se ajusta muy mal al esquema realista, como es seguro que sabe perfectamente la señora Rice.
A pesar del impresionante conocimiento de la señora Rice sobre la antigua Unión Soviética y su alineamiento en el Este europeo, así como su articulación adecuada de la filosofía de la realpolitik, uno busca en vano en los escritos o declaraciones de la señora Rice alguna expresión profunda de conocimiento del Oriente Próximo. Sorprende su ignorancia de las numerosas variedades de democracia existentes o anteriormente existentes en Oriente Próximo. Otras declaraciones suyas revelan su ignorancia e información errónea sobre la historia de la formación de Israel y su historia de limpieza étnica y terrorismo. En realidad, la falta de conocimiento de la señora Rice sobre el Oriente Próximo podría ser descrita como pasmosa.
La señora Rice fue la Consejera Nacional de Seguridad del presidente Bush cuando el príncipe Abdullah de Arabia Saudí fue invitado del presidente Bush en su rancho en Crawford, Texas, poco después de que el príncipe presentara la Iniciativa Saudí para una Paz en Oriente Próximo en la que el príncipe propuso un retorno israelí a las fronteras de 1967 entre Israel y Cisjordania a cambio de tratados de paz con los estados árabes vecinos y su reconocimiento del derecho a existir de Israel. El príncipe descubrió que Bush apenas sabía del plan y que no había sido informado al respecto. El príncipe, que había invertido gran parte de su prestigio personal en el plan, dijo que se sentía insultado personalmente.
La señora Rice era la Consejera Nacional de Seguridad cuando el presidente Bush anunció al mundo, en lo que constituía una afrenta sustancial al pueblo árabe, que el primer ministro israelí Ariel Sharon era un «hombre de paz.» Ariel Sharon es mejor conocido ampliamente en el mundo árabe como «el carnicero de Beirut», y no sin motivo.
En otro sitio, la señora Rice reafirma la identificación de la democracia en Oriente Próximo con el interés usamericano:
Cuando la libertad está en camino, USA es más seguro – cuando la libertad está en retirada, USA es más vulnerable. Por eso el presidente ha roto con más de 60 años de excusas y acomodos para la falta de libertad en Oriente Próximo. Mientras el Oriente Próximo siga siendo una región de tiranía y desesperación y cólera, producirá hombres y movimientos que amenazan la seguridad de los usamericanos y de nuestros amigos.
Cuando los iraquíes vayan a las urnas el próximo año para elegir un gobierno dejando atrás su brutal historia, el poder de la democracia volverá a ser reafirmado. Esa oportunidad existe actualmente porque USA y una Coalición actuaron para remover uno de los regímenes más brutales y peligrosos en Oriente Próximo. (Dar al-Hayat, diciembre de 2004)
Esta identificación de la democracia con el interés de USA deriva sólo de la intuición de la señora Rice, pero por desgracia, no es confirmada por la experiencia.
Desde que fue escrita la declaración antes mencionada, ha habido dos elecciones en Iraq. En ambos casos el Consejo Supremo por la Revolución Islámica en Iraq [SCIRI, por sus siglas en inglés] obtuvo el mayor bloque de escaños, casi un 50%, el favorito de USA, Iyad Allawi, recibió un 12%, y el favorito de los neoconservadores, Ahmed Challabi, cerca de un 1%.
El SCIRI fue formado en los años ochenta en Teherán por exiliados chiíes iraquíes del régimen de Sadam Husein. Entre los exiliados de esa época se encontraba el primer ministro recientemente reelegido Ibrahim al Jaafari, y Abdul Aziz al Hakim, líder del SCIRI en Iraq.
En julio de 2005, Jaafari retornó a Teherán para colocar una ofrenda en la tumba de Ayatolá Khomeini y se reunió con funcionarios iraníes que ofrecieron suministrar capital para la construcción de tres oleoductos para conectar las partes meridionales de sus países y transportar 150.000 barriles de crudo liviano de Iraq para refinarlo en Irán y devolverlo en forma de gasolina, kerosén y petróleo. Además, Irán prometió suministrar electricidad, vender al gobierno iraquí 200.000 toneladas de trigo, ofreció el uso de puertos iraníes para embarcar bienes a Iraq, y mil millones de dólares en ayuda. Jaafari garantizó a Teherán que Iraq no permitiría que territorio iraquí fuera utilizado para ningún ataque contra Irán, refiriéndose claramente a USA. Como lo describió el historiador del Oriente Próximo, John Cole: «Irán ofrece tanto por tan poco que parece un tremendo caso de tráfico de influencias.»
Parece sorprendente que alguien en el gobierno Bush después de la invasión de Iraq no haya anticipado que elecciones libres en Iraq conducirían al poder a la mayoría chií que luego formaría una alianza más estrecha con sus correligionarios chiíes en el Irán adyacente, en lugar de los usamericanos que ocupan su país.
En realidad, los beneficiarios más evidentes de la invasión de Iraq y el derrocamiento de Sadam Husein han sido los iraníes que simultáneamente presenciaron la desaparición de una formidable amenaza regional, que había lanzado una invasión contra su país que duró ocho años y cobró las vidas de algo como un millón de iraníes, y la aparición de un gobierno amistoso y cooperativo al otro lado de la frontera.
La victoria de Hamas en Palestina ocupada no fue sólo un rechazo de la política de Bush sino un rechazo del proceso de Oslo bajo cuyo régimen los palestinos no sólo no han recuperado un solo centímetro cuadrado de su territorio sino han presenciado aún más transferencia de sus tierras a los asentamientos israelíes en expansión y un muro «de seguridad» que ha movido la frontera oriental de Israel hacia el este a costas de granjas y aldeas palestinas. Por cierto, Israel ha retirado sus colonos de Gaza, pero la Franja de Gaza está herméticamente sellada por Israel que mantiene el control total sobre ella.
Los palestinos también viven el estrangulamiento de su economía, crecientes restricciones de sus movimientos y el endurecimiento de la ocupación. El reconocimiento por la OLP de Israel no ha producido ni un ápice de ventajas y no ha detenido la continuación de la limpieza étnica de Palestina, que, por cierto, ha sido el programa sionista a partir del Siglo XIX.
En Egipto, una cierta liberalización del proceso electoral, bajo la presión de USA, resultó en importantes triunfos de la Hermandad Musulmana, lo que la señora Rice difícilmente puede pretender que beneficie a los intereses usamericanos.
En Irán, en un proceso electoral que fue más libre que el de Iraq, en el que los candidatos hicieron campaña libremente y los votantes sabían quiénes eran los candidatos y por quién votaban, eligieron presidente al encarnizado anti-usamericano, Mahmoud Ahmaddinejad,
The New York Times del 14 de febrero informó que USA e Israel estaban discutiendo maneras de desestabilizar un gobierno dirigido por Hamas y que quieren imponer privaciones a la AP, y por lo tanto al pueblo palestino que sufre bajo la ocupación, para provocar así el colapso del gobierno. The Times informa que esas discusiones han tenido lugar al nivel más alto del gobierno israelí y al nivel más alto del Departamento de Estado. Mientras escribimos este artículo, la Secretaria de Estado visita las capitales de Oriente Próximo advirtiendo que no financien un gobierno dirigido por Hamas. Ha advertido públicamente a Irán que no financie un gobierno dirigido por Hamas. «Irán tiene sus propios problemas con la comunidad internacional y le convendría pensar dos veces antes de aumentar esos problemas» financiando a Hamas,» dijo Rice. (AP, 17 de febrero).
La propugnación de la señora Rice del realismo político radical – que el ejercicio racional del poder en beneficio del interés propio tiene precedencia sobre lo que es legal y moral – implica una actitud semejante.
Los verdaderos colores del respeto de la señora Secretaria por la democracia y la voluntad popular ya fueron revelados en su actitud y el trato dado por USA a Arafat, el presidente de la Autoridad Palestina democráticamente elegido. Al insultar y humillar al líder palestino democráticamente elegido, Condoleezza Rice y George Bush, insultaron y humillaron al pueblo palestino que ya sufre insultos y humillación en su existencia diaria. Pero para aquellos que no se dieron cuenta antes, ahora quedó en evidencia que: la democracia en el exterior no es más que un instrumento para imponer los intereses usamericanos. En la medida en la que no produce los resultados deseados, el poder usamericano será utilizado para sabotear los resultados de las mismas elecciones que USA pide a gritos.
Pero la frase de la señora Rice citada anteriormente nos da una visión importante:
Cuando los ciudadanos de esta región no pueden hacer progresar sus intereses y corregir sus motivos de queja a través de un proceso político abierto, se retiran desesperanzados a las sombras.
Su error no es que no reconozca que la violencia pueda ser el único recurso para gente que no puede encontrar caminos legítimos para el remedio efectivo de motivos serios de queja sino que ubica la fuente de los caminos legítimos bloqueados dentro de las fronteras de un Estado o territorio, es decir, en el fracaso o la ausencia de las instituciones democráticas dentro de un territorio. En el caso de los palestinos, han vivido bajo una ocupación cada vez más dura por parte de un poder extranjero y el único remedio potencial reside en la comunidad internacional y en el derecho internacional. El que la comunidad internacional no haya correspondido a sus requerimientos resultantes de numerosos tratados internacionales deja a los palestinos prácticamente sin una solución pacífica que sea de alguna manera efectiva. El ostentoso desdén mostrado por USA, acompañado por poco más que gimoteos pusilánimes de los europeos o del Cuarteto, por la decisión de la Corte Internacional de Justicia que declaró que el «muro de seguridad» de Israel viola el derecho internacional, y exige su desmantelamiento y que se pague compensación a sus víctimas, es un mensaje a los palestinos de que una vez más se le cierra un camino pacífico para lograr justicia. Mientras USA impone un régimen de no-violencia y no-resistencia a los palestinos, no hace absolutamente nada por constreñir a su opresor; también les niega una solución efectiva bajo el derecho internacional.
Excepto para ser utilizada por la señora Secretaria como licencia para desdeñar el derecho internacional, la separación teórica clásica entre realpolitik, idealismo y legalismo puede ser más imaginaria que real. Nadie en la administración Clinton estaría de acuerdo con la afirmación de la señora Rice de que ni el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos, o los Acuerdos de Kyoto han servido los intereses de USA. Tampoco Wilson, a propósito, hubiera negado que sus Catorce Puntos sirvieron los intereses usamericanos.
Los realistas políticas nunca quisieron negar la distinción entre los que hace poco Joseph Nye llamó poder duro y poder blando, refiriéndose a las diferencias entre el poder basado en la fuerza militar y el poder que deriva de las cualidades más intangibles de la solidez monetaria de una nación, la consideración debida a la percepción de que las instituciones de un país son democráticas y que sus decisiones de política exterior son deliberadas y tomadas racionalmente, la consideración debida al respeto a otros participantes e instituciones en el campo internacional, la percepción entre otros Estados de que la nación está dispuesta a acatar los mismos tratados que espera que otros cumplan, y la expectativa de que esa nación no está dispuesta a sembrar la injusticia en el mundo por cuenta de ventajas a corto plazo. Los realistas no han negado generalmente que la proyección del poder blando es tan importante como la proyección del poder duro, ni que tanto el poder duro como el poder blando son expresiones de poder. Puede ser perfectamente posible que la distinción entre el poder blando y la combinación del legalismo y del idealismo constituya una distinción sin una diferencia.
El mantenimiento de la estructura del derecho internacional, en formación durante un siglo y forjado en los fuegos de las dos guerras mundiales y sus secuencias, fue diseñado y se ha desarrollado para proteger a todas las naciones, incluyendo a USA, que igual que cualquier otra, tiene interés en un mundo ordenado, en constreñir a otros a honorar los tratados y a abstenerse de acciones como, por ejemplo, ataques preventivos contra otras naciones.
La filosofía de realpolitik en la administración Bush es poco más que una racionalización estudiada para eliminar las limitaciones inconvenientes que la humanidad ha tratado de desarrollar para lograr un cierto semblante de orden internacional y para mitigar el sufrimiento y la miseria humanos y reducir a un mínimo la probabilidad del azote de la guerra.
Los Estados Unidos de Usamérica, igual que cualquier otra nación, tiene interés en el mantenimiento de un orden mundial que sea predecible y racional.
 
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Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.