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Cuatro pistas rápidas para salvar Egipto

Fuentes: Al Masry al Yaum

Tras la resaca de las celebraciones de la caída de Mubarak, creo que el sentimiento que predomina en las fuerzas revolucionarias es el lamento por su pasividad durante los peores veinte años del gobierno de Mubarak. Está claro que el régimen era más débil de lo que creíamos, pero al mismo tiempo, era más complejo […]

Tras la resaca de las celebraciones de la caída de Mubarak, creo que el sentimiento que predomina en las fuerzas revolucionarias es el lamento por su pasividad durante los peores veinte años del gobierno de Mubarak. Está claro que el régimen era más débil de lo que creíamos, pero al mismo tiempo, era más complejo de lo que pensábamos.

Las redes de corrupción no eran solo un séquito, como fue en el caso del rey Faruq, sino cuatro séquitos relacionados con la madre, los hijos y el padre, en este orden. Sin duda, es un día triste para los séquitos, porque el régimen con el que se aliaron ha caído ante una revolución, juzgaron más débil de lo que era.

La revolución ha logrado acabar con la familia y los peces gordos que ahora están en proceso de identificación por parte de las autoridades encargadas de la investigación, pero los partidarios del régimen: fuerzas de seguridad, medios de comunicación y partidos de papel siguen trabajando después de cambiar la máscara. El Partido Nacional sigue en pie, es decirو el diente con caries ha sido abierto pero sus raíces siguen vivas. Este es un asunto muy peligroso al que debemos prestar atención, especialmente en el caso de los medios de comunicación, porque siempre están a la vanguardia de las fuerzas que participan en cualquier cambio político.

Los medios de comunicación gubernamentales y los medios de los hombres de negocios lucharon ferozmente contra la revolución en sus primeros días, pero Dios protegió a la revolución de su veneno gracias al antídoto de los medios de comunicación extranjeros.

El grupo del «pero» empiezan sus conversaciones con elogios baratos a los jóvenes que desataron la revolución, para decir luego: «pero lo que se ha logrado es más que suficiente».

La Seguridad Central de la Prensa no ha cambiado, tampoco las reservas sobre la persona de Anás al Faquí. Todo lo que ha cambiado ha sido que las caras más feas han desaparecido, pero, eso sí, dejando su teléfono en manos de las nuevas caras para que sigan llevando a los mismos invitados, mientras que los jóvenes de la revolución siguen estando lejos de las cámaras. Solo aparecen a través de las viejas caras representadas en:

• Los partidos de oposición que aceptaron desempeñar el papel de intermediarios desde su constitución hasta hoy día, contentándose con colocar a sus presidentes en el Parlamento o hacerse con algunos privilegios menores.
• La antigua elite cultural corrupta que rápidamente ha cambiado de bando para unirse a las filas de la revolución.
• Los nuevos periodistas que Safuat Sharif y Anás al Faquí lograron colocar en los medios de comunicación audiovisuales y escritos de los hombres de negocios. Los representantes de este grupo pueden ser los más peligrosos porque han construido un puente de confianza con la gente a través de un acuerdo tácito con el régimen depuesto permitiéndoles ejercer de oposición contra un determinado ministro o primer ministro, a cambio de que estén a su servicio cuando se trate de la seguridad del régimen en su conjunto.

Lo que escribo hoy es una solicitud de proyectos de cambios en la legislación para que sean presentados por las fuerzas fieles de la calle. Estas propuestas son:

• Un proyecto de reforma económica y administrativa que recoja rápidamente la demanda del salario mínimo, y que sea financiado, en virtud de la reforma administrativa y económica, del dinero recuperado de los corruptos.
• Un proyecto de reforma constitucional y legislativa que englobe la reforma del Parlamento, junto con los artículos y las leyes de las elecciones presidenciales.
• Un proyecto de reforma que modifique la ley de los partidos políticos, paralice todo apoyo a los partidos expropiando las sedes que han conseguido como herencia del partido socialista.
• Un proyecto de reforma de los medios de comunicación para cambiar la fórmula de la propiedad de la televisión y las instituciones periodísticas, y se sustituya a los redactores jefes redactores por otros profesionales.

Si se ejecutan estas cuatro pistas rápidamente, la revolución estará a salvo de ser objeto de un peligroso hurto de consecuencias desconocidas. Lo fieles no deben cometer el pecado de la lentitud, que acabó con el régimen depuesto.

Traducido por Alfanar Traductores: http://www.boletin.org/control/product/~category_id=ESP_ROOT/~product_id=MASR-0615-02-11

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