El asesinato de Michael Brown, un joven de 18 años de edad, el pasado 9 de agosto por el policía blanco Darren Wilson, encendió un levantamiento de casi dos semanas en Ferguson, Misuri. Liderada por jóvenes negras/os, esta rebelión inició el proceso de enfocar las profundas atrocidades que han tenido lugar dentro y fuera de […]
El asesinato de Michael Brown, un joven de 18 años de edad, el pasado 9 de agosto por el policía blanco Darren Wilson, encendió un levantamiento de casi dos semanas en Ferguson, Misuri. Liderada por jóvenes negras/os, esta rebelión inició el proceso de enfocar las profundas atrocidades que han tenido lugar dentro y fuera de los departamentos de policía en todo EUA durante muchas décadas. El centro actual de este levantamiento es Baltimore.
Aunque el Departamento de Justicia (DJ) a principios de marzo no pudo acusar a Wilson por violaciones a los derechos civiles en el asesinato de Brown debido a «causa probable», emitió un informe condenatorio el 4 de marzo que confirmó el racismo rampante en el Departamento de Policía de Ferguson. Este informe no habría salido tan rápidamente si no fuera por la heroica rebelión que expuso allí la militarización de la policía.
Abayomi Azikiwe escribió sobre el informe del DJ para este periódico: «Los datos recopilados por el Departamento de Policía de Ferguson del 2012-2014 demuestran que las/os afroamericanos representan el 85 por ciento de los vehículos detenidos, el 90 por ciento de las citaciones, y el 93 por ciento de las detenciones efectuadas por agentes de DPF, a pesar de que comprende sólo el 67 por ciento de la población. Las/os afroamericanos tienen más del doble de probabilidad que los conductores blancos de ser registrados durante una parada del auto – aún después de evaluar las variables no basadas en la raza – como la razón de la detención del vehículo. Sin embargo, a éstos se les encuentran en posesión de contrabando un 26 por ciento menos frecuentemente que a los conductores blancos, lo que sugiere que los oficiales están considerando la raza como factor para determinar si se debe inspeccionar». (workers.org 10 de marzo)
Este informe se produjo a menos de cuatro meses después de que un gran jurado secreto en Misuri fracasara en acusar a Wilson por el asesinato de Brown. Además, el jefe de la policía blanco de Ferguson, Thomas Jackson – al parecer un simpatizante de la Confederación racista del sur – se vio obligado a renunciar una semana después. Pero el escándalo policial de Ferguson fue sólo el comienzo.
Atrocidades sin fin
El 4 de diciembre, después de dos años de investigación, el DJ emitió un informe sobre el Departamento de Policía de Cleveland, declarando que, «el uso irracional e innecesario de fuerza» es sistémico. El informe reportó que no sólo se utilizan armas de fuego de manera indiscriminada por un departamento de policía 65 por ciento blanco contra una población 53 por ciento negra, sino que también que utilizan armas Taser, agentes químicos en aerosol y golpizas. El informe también encontró que la policía había utilizado fuerza excesiva contra personas con discapacidad mental y emplearon tácticas que escalaron encuentros potencialmente no-violentos en confrontaciones peligrosas. (New York Times, 4 de diciembre)
Este informe se produjo a menos de dos semanas después del fatal tiroteo de la policía contra el niño de 12 años de edad, Tamir Rice en un parque de Cleveland el 22 de noviembre. El niño portaba una pistola de juguete cuando le disparó el policía blanco de quien se sabía que tenía un historial de violencia que le había forzado a dimitir de otro departamento de policía. El tiroteo de Rice fue captado en video.
La policía se negó a que la hermana de 14 años de edad, Tajai, fuera inmediatamente en su ayuda después del tiroteo. Por el contrario, la tiraron al suelo y la esposaron. Su hermano menor mientras tanto, murió desangrándose en la parte trasera de un coche de la policía.
El 7 de mayo, la oficina del Fiscal de Distrito de San Francisco anunció una investigación amplia sobre el abuso policial en esa ciudad. Las/os afroamericanos comprenden sólo el 5 por ciento de la población de la ciudad, pero constituyen el 50 por ciento de las/os detenidos y encarcelados, así como más del 60 por ciento de las/os menores detenidos.
Siete de 14 agentes de la policía de San Francisco fueron suspendidos el 3 de abril por enviarse entre ellos mensajes de texto racistas y anti-homosexuales, pidiendo incluso el linchamiento de personas de color. Se recomendó el despido de los siete; un octavo oficial renunció y los otros seis recibieron medidas disciplinarias. La indagación reveló también que agentes del alguacil organizaban apuestas entre los guardias de la prisión que implican luchas de gladiadores forzadas sobre los prisioneros. Se reportó que algunos oficiales amenazaban con retener los alimentos y agredir a los presos que se negaban a golpearse mutuamente. Y esto es sólo la punta del témpano.
Y ahora Baltimore…
Luego vino la reciente investigación federal del departamento de policía de Baltimore a la luz de la muerte por tortura de Freddie Grey, que entró en coma después de que su médula espinal fue cercenada el 12 de abril mientras estaba bajo custodia policial. Seis agentes policiales, tres blancos y tres negros, han sido acusados por la muerte ocurrida el 19 de abril.
La recién nombrada Fiscal General de Estados Unidos Loretta Lynch, anunció el 8 de mayo que su oficina realizará una investigación para determinar si el departamento de policía de Baltimore «emplea discriminación sistemática, viola los derechos civiles y usa la fuerza excesivamente». Lynch visitó Baltimore días antes de hacer el anuncio.
Una rebelión por toda la ciudad liderada por jóvenes negros surgió en Baltimore después del funeral de Freddie Grey el 27 de abril. La respuesta del Gobernador de Maryland fue imponer un toque de queda de cinco días y llamar a miles de Guardias Nacionales. Al menos 500 personas fueron detenidas entre el 27 de abril y el 2 de mayo, cuando el toque de queda fue cancelado. Muchos de las/os detenidos aún siguen en la cárcel sin el debido proceso.
La policía de Baltimore es conocida por su brutalidad contra la población afroamericana. Desde 2012, el departamento ha pagado alrededor de $6 millones en compensación a las familias de las víctimas que pusieron demandas contra la policía.
Investigaciones de escándalos policiales también se están llevando a cabo en otras ciudades, como Seattle, Los Ángeles y Filadelfia, y muchas otras.
Rebelión juvenil expone injusticia económica
La rebelión de Ferguson encendió el movimiento La Vida de los Negros Importa (Black Lives Matter (BLM), iniciado por mujeres negras y personas negras transgénero. Este movimiento dinámico tuvo sus raíces en el año 2012 antes y después de que George Zimmerman fuera absuelto de asesinar a Trayvon Martin de 17 años, en Sanford, Florida.
Desde el levantamiento nacional en Staten Island, Nueva York, el 03 de diciembre, luego de que un gran jurado no acusara al policía que estranguló a Eric Garner, el movimiento ha cerrado carreteras, centros comerciales, puentes, empresas, etc., de costa a costa. Estos cierres han ido acompañados de marchas masivas en las calles por militantes jóvenes, a veces durante muchas horas.
La lucha BLM ha ayudado a exponer la causa raíz de este terror policial endémico: el aumento del desempleo juvenil, sobre todo para las/os jóvenes de color. Mientras se dispara el desempleo y subempleo juvenil a un 40 por ciento y hasta un 60 por ciento o más, aumenta también la violencia policial y el encarcelamiento en masa.
El 11 de mayo se reportó que dos presos murieron durante una rebelión en la Institución Correccional Estatal Tecumseh en Nebraska. Los presos se habían estado quejando de hacinamiento, entre otras condiciones inhumanas que se ven obligados a soportar. Las cárceles están repletas de trabajadores tras las rejas que resisten el aislamiento.
Se han anunciado mucho las investigaciones sobre el abuso de la policía a nivel municipal, del condado, estatal o federal, pero esto no detendrá la epidemia de asesinatos policiales y otras formas de brutalidad, especialmente contra las/os jóvenes negros y latinos.
Las autoridades tienen la esperanza de que estas investigaciones de alguna manera retrasen o detengan totalmente la rebelión juvenil anti-policía que está permeando al país. Sin embargo, estas investigaciones no son más que intentos inútiles para poner remedios que no curan el cáncer maligno, ya que es el propio sistema capitalista el que engendra el terror racista, pobreza, guerras y ocupaciones.
Éstos jóvenes son prueba de que donde hay represión, hay resistencia. Otras/os en la clase obrera seguramente seguirán su ejemplo porque la policía no es amiga de las/os trabajadores, especialmente las/os trabajadores en huelga o las/os que luchan por $15 y un sindicato.
Exigir el encarcelamiento de policías asesinos o cualquier policía brutal es un primer paso importante. El siguiente paso es llevarlo a un nivel político más alto, exigiendo el desarme y la abolición de la policía. En su lugar debe haber grupos de autodefensa, organizados y controlados por la comunidad para proteger a las personas contra cualquier forma de opresión.
Deshacerse de la policía capitalista debe ser cada vez más un llamado de las/os jóvenes, quienes ya están levantando la consigna de ‘Cerrar todo el sistema’.
Fuente: http://www.workers.org/articles/2015/05/19/de-ferguson-a-baltimore-carcel-para-policia-asesina/