California está produciendo adultos sin hogar al no proporcionar apoyo a la juventud en hogares de guarda para vivir como adultos independientes y poniendo fin a la ayuda estatal de manera abrupta, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Human Rights Watch dijo que el Estado debería proporcionar apoyo financiero, conexiones con adultos, […]
California está produciendo adultos sin hogar al no proporcionar apoyo a la juventud en hogares de guarda para vivir como adultos independientes y poniendo fin a la ayuda estatal de manera abrupta, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Human Rights Watch dijo que el Estado debería proporcionar apoyo financiero, conexiones con adultos, vivienda y otras redes de seguridad para los jóvenes mientras logran la transición hacia la independencia.
El informe de 70 páginas titulado «My So-Called Emancipation: From Foster Care to Homelessness for California Youth» (Mi supuesta emancipación: De hogares de guarda a personas sin hogar para los jóvenes en California) documenta la lucha de los jóvenes en hogares de guarda que se convierten en personas sin hogar después de cumplir los 18 años, o «crecer» fuera del cuidado del Estado, sin la preparación suficiente o apoyo para la edad adulta. El sistema de hogares de guarda de California acoge a 65,000 niños y jóvenes, una cifra mucho mayor que en cualquier otro estado. De los 4,000 que salen del sistema de cada año, la investigación sugiere, el 20 por ciento o más se queda sin hogar.
«Al no preparar a los jóvenes en hogares de guarda para la vida adulta y quitándoles abruptamente el apoyo cuando se convierten en adultos, California está fallando en su deber para con estos jóvenes», señaló Elizabeth Calvin, defensora principal de la división de derechos del niño de Human Rights Watch y autora del informe. «Estos jóvenes son capaces de lograr la transición con éxito, pero no pueden hacerlo sin la ayuda del Estado».
Este mes, el Estado está considerando recortes drásticos a los servicios de bienestar infantil, lo que eliminaría un programa existente de transición de vida, más de 400 trabajadores sociales y otros programas para la preparación de jóvenes en hogares de guarda para la vida adulta.
«Estos recortes presupuestarios propuestos menoscabarían la defensa principal de los jóvenes en hogares de guarda para evitar la vida en las calles,» dijo Calvin. «El Estado tendrá que solventar los gastos del resultado predecible – un incremento del número de personas sin hogar».
La mayoría de los niños que entran al sistema de hogares de guarda es porque el Estado interviene en su deber de protegerlos ante el abuso o el descuido sufridos en su propio hogar. El Estado se convierte en su padre y debe velar por que los niños tengan una alimentación, vestimenta, vivienda, atención a la salud y educación adecuadas. Pero es igualmente importante la responsabilidad de proporcionar la orientación y el apoyo necesarios para que los niños en hogares de guarda se conviertan en adultos independientes, señaló Human Rights Watch.
Human Rights Watch entrevistó a 63 jóvenes que se quedaron sin hogar después de salir de hogares de guarda en California. Sus historias arrojar luz sobre el complejo conjunto de factores que llevaron a su falta de vivienda: oportunidades perdidas para aprender habilidades, falta de capacidad para ganarse la vida, la escasez de segundas oportunidades, y el hecho de que a nadie le importó lo que pasara con ellos.
De los entrevistados, el 65 por ciento no se había graduado de la escuela preparatoria cuando salió por la fuerza del cuidado estatal; el 90 por ciento no tenía ninguna fuente de ingresos. Se espera que estos jóvenes sobrevivan por sí solos, aunque el Estado les ha proporcionado poca capacitación de habilidades para la vida adulta y no les proporcionó apoyo durante la transición. En estos casos, la falta de vivienda es un resultado predecible.
La legislación de California requiere que las agencias de bienestar infantil desarrollen, en conjunto con cada joven en hogares de guarda, un «plan de emancipación» sobre lo que el joven adulto hará al salir del hogar de guarda. Pero en la práctica, la planificación con frecuencia no se hace o no es realista, y no puede impedir a un joven quedarse sin hogar, dijo Human Rights Watch. Los jóvenes describieron a Human Rights Watch planes de emancipación que carecían de arreglos para vivienda o los ingresos necesarios para pagarla.
Human Rights Watch instó a California a proporcionar a los jóvenes en hogares de guarda con una variedad de opciones mientras que realizan la transición a la edad adulta, al igual que aquellas que gozan sus compañeros que crecieron en hogares propios. Estas podrían incluir más tiempo en casa antes de trasladarse a vivir por su cuenta, o algún lugar de acogida para determinados períodos, como durante las vacaciones de la universidad.
El Estado también debe mantener una gama de otras opciones para vivienda, tutoría y apoyo a los jóvenes en hogares de guarda, incluyendo programas de vivienda de transición, servicios de salud mental, servicios para las personas con problemas de aprendizaje, y servicios para mujeres embarazadas y de crianza para padres jóvenes, dijo Human Rights Watch.
«La ciencia del desarrollo de los adolescentes muestra que la niñez no termina abruptamente en una cierta edad», dijo Calvin. «En la mayoría de familias de los EE.UU., los jóvenes siguen recibiendo un espectro de apoyo – emocional y financiero – mientras logran la transición a la edad adulta, y la juventud de California en hogares de guarda no merece menos».
Testimonio seleccionados del informe:
El día que me gradué de la preparatoria, mi madre de guarda me dijo: «Te has emancipado. Ya no puedes vivir aquí». Mi trabajadora social llegó – yo todavía estaba en mi vestidito de graduación, con mis tacones, mis flores, mi birrete. Mi trabajadora social nunca había hablado conmigo. [Ella] me dijo: «Hice algunas llamadas y encontré un refugio para ti. Tendrás una cama durante cuatro meses».
– Karen D., de 21 años, San Francisco.
En el día de mi llamada emancipación, yo no tenía un diploma de preparatoria, un lugar para vivir, un trabajo, nada … El día que me emancipé – fue un día feliz para mí. Pero yo no sabía lo que me esperaba. Ahora que estoy en la calle, honestamente creo que hubiera sido mejor estar en un hogar abusivo con un padre que me golpeaba, al menos me habría enseñado a conseguir un trabajo y a pagar las cuentas.
– Roberta E., de 24 años, Los Ángeles
«Me gustaría haber tenido … a alguien que se preocupara por mí … por ejemplo alguien que me enseñara cómo separar la ropa blanca de la de colores [para lavarla.] Quizá lo hubiera odiado en su momento, pero quisiera haberlo tenido. Nunca me preguntaron: «¿Está todo bien? Háblame».
– Nikki B., de 18 años, Sacramento
«Si vas a poner a los niños en hogares de grupo, en hogares de guarda – hay que darles por lo menos lo que necesitan para sobrevivir y cuidarse a sí mismos. [Cuando cumplí los 18] se esperaba que yo supiera cómo conseguir un trabajo, comprar un carro, todo eso, pero … no tenía ni idea cómo hacer las cosas. Así que terminé en la calle».
– Tonny D., de 20 años, Berkeley