El mundo ha sido llevado a una situación de peligro sin precedentes por el criminal frenesí bélico del actual presidente de Estados Unidos. La llamada guerra contra el terrorismo de George W. Bush ha ocasionado la muerte de decenas de miles de civiles inocentes en Afganistán e Irak y aumentado, por vía de su aliado […]
El mundo ha sido llevado a una situación de peligro sin precedentes por el criminal frenesí bélico del actual presidente de Estados Unidos. La llamada guerra contra el terrorismo de George W. Bush ha ocasionado la muerte de decenas de miles de civiles inocentes en Afganistán e Irak y aumentado, por vía de su aliado Israel, la opresión y sufrimiento del pueblo palestino hasta extremos inauditos. Todo esto, irónicamente, en nombre de la democracia y la libertad.
La barbarie exhibida por el ejército israelí, en complicidad con Washington y Londres, en el reciente secuestro de los militantes palestinos internados en la cárcel de Jericó y los brutales bombardeos en los últimos días contra la población civil iraquí y afgana subrayan el significado real de la «guerra contra el terrorismo».
Bush destruyó lo que quedaba de infraestructura en Irak, estimuló la rivalidad religiosa y étnica en ese país hasta colocarla al borde de la guerra civil y barrió con muchos de los exponentes de su valiosísimo patrimonio cultural. El propósito es claro: aniquilar la identidad y la resistencia patriótica de un pueblo orgulloso de sus aportes a la cultura universal, para lograr lo cual las fuerzas ocupantes angloestadounidenses ejecutan también un sistemático plan de exterminio de cientos de académicos, artistas e intelectuales.
Pese a la meridiana oposición de la gran mayoría de la humanidad y del propio pueblo de Estados Unidos a la continuación de esta masacre, Bush amenaza en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional con extenderla a Irán, alegando sin pruebas que Teherán se propone fabricar armas nucleares. El guión recuerda las famosas armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas en Irak y el rosario de mentiras con que Washington ha intentado justificar la ilegal invasión del país árabe. Esta amenaza es más grave porque en la nueva doctrina militar del Pentágono se otorga libertad a los comandantes para decidir sobre el terreno el uso de las denominadas armas nucleares tácticas, capaces de provocar una destrucción similar a la acaecida en Hiroshima. Estamos a las puertas de un conflicto de potencialidades de aniquilación inimaginables.
Frente a este ominoso peligro para la humanidad los gobiernos europeos enmudecen o buscan acomodarse a la situación y los grandes medios de difusión callan, recordando la época anterior a la segunda guerra mundial, cuando actitudes semejantes propiciaron la pesadilla del nazi-fascismo.
Lejos de combatir el terrorismo, la guerra de Bush lo exacerba al infinito, sembrando además el odio a lo diferente, en especial a los árabes y musulmanes, todo lo contrario al diálogo fraterno entre culturas y civilizaciones que necesita el mundo.
Los abajo firmantes llamamos a los intelectuales y a los activistas y movimientos sociales de todos los confines a solidarizarse activamente con los pueblos de Irak, Palestina e Irán y a denunciar por todos los medios a su alcance a George W. Bush como el enemigo número uno del género humano, cuya existencia misma ha puesto en peligro como nunca antes.
Capítulo Mexicano de la Red Internacional en Defensa de la Humanidad.
Capítulo Cubano de la Red Internacional en Defensa de la Humanidad.
Adhesiones a: