2 de octubre «Y Dios me dijo, Georgito, ve y lucha contra los terroristas en Afganistán. Y yo lo hice. Y Dios me dijo, Georgito, pon fin a la tiranía en Iraq. Y yo lo hice. Y ahora, siento aún la palabra de Dios que me dice: da su Estado a los palestinos y a […]
2 de octubre
«Y Dios me dijo, Georgito, ve y lucha contra los terroristas en Afganistán. Y yo lo hice. Y Dios me dijo, Georgito, pon fin a la tiranía en Iraq. Y yo lo hice. Y ahora, siento aún la palabra de Dios que me dice: da su Estado a los palestinos y a los israelíes su seguridad y logra la paz en Oriente Medio. Y por Dios, yo lo haré».
3 de octubre
Con la nueva tarifa telefónica la llamada me va a salir carísima. Tendré que hablar con Cheney y ver qué puede hacer, o prohibir las llamadas a cobro revertido.
La verdad es que estoy un poco enojado por eso. Además, no es la primera vez que le digo a Dios que no me llame al rancho y que no dé nombres y mucho menos que me llame Georgito, que uno nunca sabe quién está oyendo, y lo de Georgito sólo se lo permito a Bárbara. Me molesta las confianzas que se está tomando por más Dios que se crea.
3 de octubre
Hoy he jugado con Dios al golf y le he ganado. Ya no tengo que limitarme a jugar con Bárbara para ganar. Cualquier día de estos le explicaré a Dios cómo lo hice… me refiero a lo de ganarle al golf, no a la forma en que me impuse aquella vez en las elecciones de la Florida.
4 de octubre
Me ha llamado Hertell, nuestro embajador en República Dominicana, para preguntarme si sigue siendo el embajador o si a partir de ahora va a ser el nuevo nuncio del Vaticano. Le explico que no hay que precipitarse, que todo llegará cuando llegue y que «el futuro siempre es mejor mañana». Además, «es más fácil triunfar con un éxito que con un fracaso».
5 de octubre
Si no fuera porque ya estoy acostado ahora mismo le llamara a Condoleezza y es que «necesito una pausa para ir al baño».
Siempre que me tomo un par de… galletas Prezzler me entran ganas de orinar. A Yeltsin también le ocurría lo mismo.
Como mañana no me llame Dios voy a resolver el problema de la madrecita esa que tengo frente a la casa a mi manera y es que «los terroristas son innovadores e ingeniosos, y nosotros también. Nunca dejan de pensar en nuevos métodos para perjudicar a nuestro país, ni nosotros tampoco». Suerte que «estoy preparado para cualquier imprevisto que pueda ocurrir o no» porque, «aunque la realidad es irreversible puede cambiar» y esto es así porque «un presidente nunca puede decir nunca», ni siquiera nunca.
6 de octubre
Estoy sopesando lo que dijo el secretario de Educación de mi padre el otro día, eso de que «para reducir la criminalidad lo único que hay que hacer es que aborten las negras». Imagino cómo se tuvo que sentir el pobre Bill Bennet, que siempre ha estado contra el aborto pero, así son las cosas. Yo lo he dicho siempre: «¿Quién es culpable de la criminalidad? Los criminales. ¿Quiénes tienen la culpa de las muertes? Los que mataron». Lo cierto es que si la propuesta de Bennet se llevara a cabo «tendríamos el pueblo americano más ilustrado del mundo».
7 de octubre
Ya hace cuatro días que no me llama Dios y no sé si ha descubierto cómo fue que le gané al golf. Creo que va a ser mejor que siga jugando sólo con Bárbara. Me preocupa que no me llame Dios porque no sé a quien más mandar a Nicaragua para que entren en razón. Mejor me tomo otro par de… galletas y espero la llamada de Dios.
(Las frases entrecomilladas son textuales)
Texto relacionado:
Diario íntimo de George W. Bush