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La enorme influencia del lobby israelí en la política exterior estadounidense

Diez razones para rezar por el declive de la AIPAC

Fuentes: Common Dreams

Traducido del inglés para Rebelión por Sara Plaza

Como judía seglar, no rezo demasiado. Pero esta semana, con el lobby israelí AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) celebrando su convención anual en Washington D.C., estoy rezando para que este año marque el principio del fin de su control sobre la política exterior de EE.UU.

Entre el 1 y el 3 de marzo, más de 10.000 simpatizantes de la AIPAC se presentarán en la capital del país. El encuentro llega en un momento en el que la relación entre el presidente Barack Obama y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu toca su punto más bajo. La invitación del presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el congresista republicano John Boehner, a Netanyahu para pronunciar un discurso en una sesión conjunta del Congreso, inmediatamente después de participar en la conferencia de la AIPAC, es vista por la Casa Blanca como un intento directo de debilitar al presidente y socavar las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear. En una acción sin precedentes, 50 valientes congresistas han decidido saltarse el discurso de Netanyahu en el Congreso.

El apoyo de la AIPAC al primer ministro israelí pasando por encima del presidente estadounidense está convirtiéndola en un lobby a favor de los republicanos, lo cual, con un poco de suerte, podría resultar fatal para su influencia futura en Washington. He aquí diez razones por las que esto podría ser bueno para la paz mundial:

1. La AIPAC quiere sabotear las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear. La AIPAC -como el gobierno israelí- no tiene ninguna fe en las complejas negociaciones que están teniendo lugar entre Irán y EE.UU. (junto con sus cinco socios) para impedir que Irán consiga armas nucleares. Quiere que se impongan mayores sanciones a Irán sabiendo que -como dijo el secretario de Estado, John Kerry- esas nuevas sanciones pondrían en peligro la vía diplomática. La AIPAC, que ejerció una influencia determinante en la imposición de durísimas sanciones económicas a Irán por parte de EE.UU. en el pasado, está ignorando las advertencias de la Casa Blanca y durante su reunión de este año presionará a favor del proyecto de ley Kirk-Menéndez , que Obama ha prometido vetar. Si las conversaciones sobre el programa nuclear fracasan, la violencia que azota Medio Oriente aumentará y arrastrará a EE.UU. por la peligrosa pendiente de la guerra.

2. La AIPAC promueve los asentamientos israelíes en contra del derecho internacional. Durante el pasado año se alcanzó la cifra más alta de israelíes viviendo en asentamientos ilegales, aproximadamente 350.000. A pesar de que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reclamó la retirada de todos los asentamientos en Cisjordania y su suspensión sin condiciones, la construcción de éstos ha aumentado en un 40% bajo el primer ministro Netanyahu.  Los asentamientos israelíes violan la Convención de Ginebra y pueden ser investigados por la Corte Penal Internacional como «violaciones manifiestas de las normas internacionales de los derechos humanos y violaciones graves del derecho internacional humanitario». No es de extrañar que la AIPAC no quiera que Palestina sea miembro de la CPI  

3. La AIPAC apoya las terribles invasiones y el asedio a Gaza. Aduciendo que Israel estaba obligado a defenderse de Hamás, la AIPAC apoyó la ofensiva israelí denominada «Operación Borde Protector» durante el verano de 2004. El ataque provocó miles de muertos (entre ellos más de 500 niños), redujo a escombros 6 escuelas y hospitales de la Naciones Unidas, destruyó 18.000 viviendas y desplazó a 108.000 personas de sus hogares. Robert Cohen, el presidente de la AIPAC, justificó la ofensiva israelí en una reunión del Congreso el 23 de julio. La AIPAC también había apoyado las dos invasiones anteriores de Gaza y el bloqueo que ha sumido a 1,8 millones de gazatíes en la pobreza y la miseria.

4. La llamada de la AIPAC a apoyar incondicionalmente al Gobierno israelí amenaza nuestra seguridad nacional.  El apoyo unilateral de EE.UU. a Israel, exigido por la AIPAC, ha reforzado de manera significativa el sentimiento antiestadounidense en todo Oriente Medio, sembrando las semillas de posibles nuevos ataques terroristas contra nosotros. El prestigioso general caído en desgracia, David Petraeus, admitió que el conflicto israelí-palestino «fomenta el sentimiento antiestadounidense debido a una percepción de favoritismo de EE.UU. hacia Israel». Irán, por ejemplo, podría convertirse en un aliado fundamental de EE.UU. en Oriente Medio en la lucha contra el EI. Sin embargo, debido al odio de Israel a Irán y a la enorme influencia (léase, dinero) que ejerce sobre nuestros políticos, nuestra política exterior refleja mejor los intereses de Israel que los nuestros.  

5. La AIPAC convierte a EE.UU. en un paria dentro de las Naciones Unidas. La AIPAC describe a las Naciones Unidas como un organismo hostil al estado de Israel y ha presionado al Gobierno estadounidense para que se oponga a aquellas resoluciones que comprometan a Israel. Desde 1972, EE.UU. ha vetado al menos 45 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenando los actos de violencia de Israel contra Palestina. En 2011, la AIPAC ayudó a convencer a 446 miembros del Congreso para copatrocinar resoluciones en contra de la petición de Palestina de obtener el estatus de Estado observador de las Naciones Unidas. Haciendo caso omiso de las objeciones de EE.UU (y de la AIPAC), en 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una moción que reconocía a Palestina como «Estado observador no miembro» con 138 votos a favor y 9 en contra. Más recientemente, en respuesta a la solicitud de Palestina de formar parte de la Corte Penal Internacional (CPI), la AIPAC ha estado presionando a la administración Obama para que retirara su apoyo financiero a la Autoridad Palestina. A pesar de la oposición estadounidense, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, confirmó la adhesión de Palestina a la CPI a partir del 1 de abril de 2015, un movimiento muy controvertido que permitirá a Palestina presentar demandas por crímenes de guerra contra Israel.

6. La AIPAC facilita a los funcionarios del gobierno estadounidense una visión distorsionada sobre el conflicto israelí-palestino. La AIPAC ofrece a los representantes estadounidenses golosos viajes a Israel, viajes que son prácticamente obligatorios para todos los nuevos miembros del Congreso. La AIPAC regala a los congresistas -y a muchas de sus esposas- viajes pagados a Israel para que vean precisamente lo que Israel quiere que vean. Es ilegal que los lobbies se lleven de viaje a los congresistas, pero la AIPAC elude la ley recurriendo a una falsa fundación educativa, la AIEF (American Israel Education Foundation), que es la que se encarga de «organizar» los viajes. Las oficinas y el personal de la AIEF son los mismos que los de la AIPAC. Estos viajes consolidan los vínculos entre la AIPAC y el Congreso, sobre el que la primera ejerce una influencia indebida.

Para comprobar que la AIPAC tiene en el bolsillo a la mayoría del Congreso solo hace falta fijarse en cómo alardea de su conferencia política, en la cual «participarán más miembros del Congreso que en ningún otro acto, salvo una sesión conjunta del Congreso o un discurso sobre el Estado de la Unión».

7. La AIPAC ataca a los políticos que cuestionan el apoyo incondicional a Israel.  La AIPAC exige que el Congreso dé el visto bueno a la legislación elaborada por su propio personal. Además lleva un registro de las votaciones de los miembros del Congreso, que sirve a los donantes para hacer aportaciones a los políticos que votan bien, en tanto que los miembros del Congreso que no apoyan la legislación propuesta por la AIPAC corren el riesgo de no ser reelegidos. Es lo que les sucedió a los senadores Adlai Stevenson III y Charles H. Percy, y a los representantes Paul Findley, Pete McCloskey, Cynthia McKinney y Earl F. Hilliard. Recientemente muchos demócratas que han hecho pública su negativa de asistir al discurso de Netanyahu en marzo han sido el blanco directo de los partidarios de la AIPAC. El representante del magnate del juego Sheldon Adelson dijo que « si estos demócratas prefieren poner la política partidista por delante de los principios y dejar plantado al primer ministro de Israel, entonces tenemos la obligación de decirlo» . Quienes desde la derecha apoyan a Adelson y Netanyahu prometen emplear su riqueza y sus enormes recursos para castigar a los demócratas que se salten el discurso.

8. La AIPAC intenta silenciar las críticas a Israel tildando a los críticos de «antisemitas», «deslegitimadores» o «judíos que se odian a sí mismos».  Periodistas, think tanks, estudiantes y profesores han sido acusados de antisemitismo por el mero hecho de mantener posiciones críticas hacia las políticas del Gobierno israelí. Estos ataques ahogan las discusiones y debates críticos que constituyen la esencia de la política democrática.

9. La AIPAC presiona para que miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses vayan a Israel en vez de a la reconstrucción de EE.UU.  Mientras las comunidades de todo el país recortan drásticamente los presupuestos del profesorado, los bomberos y la policía, la AIPAC presiona para conseguir más de 3.000 millones de dólares para Israel. Este dinero va a parar a manos del ejército israelí para mantener a la última el régimen de apartheid que oprime a los palestinos.

10. El dinero para Israel sale de los fondos de ayuda a los pobres del mundo. Israel ocupa el puesto 24 entre las economías más grandes del mundo, pero gracias a la AIPAC, consigue más dólares de los contribuyentes estadounidenses que ningún otro país. En un momento en el que el presupuesto para la ayuda exterior está siendo recortado, el que Israel siga acaparando la mayor parte de la ayuda exterior significa que se están deduciendo fondos de programas que son esenciales para proporcionar alimentos, alojamiento y ayuda de emergencia a las poblaciones más pobres del mundo.

El resultado final es que la AIPAC, que es un agente de facto de un gobierno extranjero, influye en la política estadounidense de manera absolutamente desproporcionada en comparación con el número de estadounidenses que apoyan sus políticas. Cuando un pequeño grupo como este tiene un poder desproporcionado perjudica a todo el mundo, incluyendo a los israelíes y a los judíos estadounidenses.

Tanto si hablamos de impedir una guerra catastrófica con Irán como de solucionar finalmente el conflicto israelí-palestino, un punto de partida obligatorio es acabar con el control de la AIPAC sobre la política estadounidense. Ese es el motivo por el que estoy rezando estos días, para que el desaire al presidente Obama y la ofensa a los congresistas demócratas lleven a la AIPAC hacia su propia desaparición.

Medea Benjamin ([email protected]), es cofundadora de Global Exchange y CODEPINK: Women for Peace, y la autora de Drone Warfare: Killing by Remote Control. Entre sus libros anteriores se encuentran Don’t Be Afraid Gringo: A Honduran Woman Speaks from the Heart , y Stop the Next War Now (Inner Ocean Action Guide) (con Jodie Evans) .

 

Fuente original: http://www.commondreams.org/views/2015/02/27/10-reasons-pray-aipacs-decline