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Discriminación judía

Fuentes: Rebelión

Palestinians son un pueblo no-reconocido, en un Estado no-reconocido, con unos Derechos Humanos no-reconocidos, sin ni siquiera tener el derecho a existir. Nadie les reconoce, y a pesar de ello, son el único pueblo en esta Tierra que están haciendo lo que los más poderosos de ella (p.e. el presidente Bush) tienen miedo a hacer: […]

Palestinians son un pueblo no-reconocido, en un Estado no-reconocido, con unos Derechos Humanos no-reconocidos, sin ni siquiera tener el derecho a existir. Nadie les reconoce, y a pesar de ello, son el único pueblo en esta Tierra que están haciendo lo que los más poderosos de ella (p.e. el presidente Bush) tienen miedo a hacer: se enfrentan a los Sionistas. Después de 60 años no han abandonado su larga y no violenta carrera contra los monstruos Z, y su protesta no violenta, como la del movimiento Gandhi, y el mundo sin saber nada sobre ellos.

Mary Sparrowdancer, 18-8-2007

http://www.rense.com/general77/iscond.htm

Para ir a visitar a este pueblo no-reconocido, pero que existe, hay dos maneras una por Jordania y otra por Israel. Como es habitual cogí un vuelo España-Israel, dado que existen convenios bilaterales que nos eximen de pago de visado, y nos consideran ciudadanos europeos con Embajada en dicho Estado, y con acuerdos preferentes en materia de Defensa y Seguridad, Cultura, Economía, Educación, etc

Llegar a Israel por BenGurión es toda una aventura, y cuando no es a la entrada lo es a la salida. Contaré solo la última experiencia, el 15 de Agosto de 2007, siendo las anteriores parecidas en humillación.

Como ya venimos denunciando, la «discriminación judía» consiste en colocar etiquetas de colores sobre el equipaje y pasaporte previo al paso de los escáneres, es decir, la persona es discriminada en función de su apariencia física, origen del apellido, nacionalidad, taxi en el que llegue al aeropuerto, etc. Para confirmar el color de la etiqueta una agradable muchacha generalmente interroga, constata y coloca al ciudadano que se presta a viajar en la categoría correspondiente. Hasta ahora la etiqueta roja era la «mala», es decir, presunto terrorista. La morada es para los Sionistas identificables, es decir, personal militar, de seguridad, y que hable hebreo; la azul es para los colaboradores, ciudadanos estadounidenses y británicos; la verde y la rosa son los dudosos, donde están los oscuros de piel, y generalmente los españoles. … y esto se hace en nombre del Estado Judío y de su Seguridad.

Bien, esta vez había leído un artículo comunicando la sustitución del sistema, pues se nota mucho la discriminación, así que para evitar quejas lo han sustituido por números, lo cual simplifica la explicación:

1.- El Pueblo Elegido: Hebreo, israelí, experiencia armada (ejercito, personal seguridad), judío.

2.- Los colaboradores: Estado Unidenses, británicos, también australianos, argentinos…

3 y 4.- Los dudosos: españoles, personas que han visitado otros países árabes, italianos,

5.- Presuntos Terroristas: cooperantes que han visitado los territorios ocupados; árabes israelíes, árabes con pasaporte de Estados Unidos

6.- Terroristas confirmados: palestinos, u origen palestino confirmado

Atentos a este código, pues la penúltima vez el personal de Seguridad del Aeropuerto me recomendó tomar un curso especial para entender el complejo código; y lo tendría que solicitar (me dio la información, amablemente). Este personal de seguridad cree que la gente no ve y no piensa. NO hace falta tomar un curso, es suficiente con observar los colores, o los números, y ver qué hacen con la gente. Las deducciones son fáciles, sus muchachos lo hacen muy bien, y las reglas se observan a simple vista.

Llegué y como era de adivinar me tocó el 5. Comienza el calvario, dos veces de chequeo, entrevistas sin fin, despojo de todo, análisis de cada mota de polvo de mi bolso, y de cada pen que llevaba…..chequeo personal, etcetc… Claro se puso algo peor porque en uno de los interrogatorios me negué a contar que había hecho en mis otros viajes a Tierra Santa, argumentando al gran jefe que ya había dado las oportunas explicaciones en este mismo aeropuerto; esta respuesta me valió un punto, y entonces fui etiquetada con el 6 (y porque no había mas).

Rodeada por mis seis agentes de seguridad llegó una chica diciendo que trabajaba en los Servicios de Seguridad, y solicita el número 1 para evitar pasar por los controles y chequeos. Le colocan sus etiquetas después de unos saludos en hebreo se marcha, yo seguía retenida, claro.

A partir de aquí viene lo más extraño; los botes de gel y cremas van en una caja aparte, no con el resto del equipaje; el portátil SIN FUNDA tiene que ir dentro de la maleta, con la ropa, puede ir junto al cable de conexión a la red, pero no con la conexión a internet. Los pendrivers tienen que ir en otra bolsa separados; y la bolsa del ordenador vacía siempre conmigo.

Igual tengo que tomar ese curso que me recomendaron, pues no puedo encontrar lógica a este estúpido comportamiento, salvo que fastidiar. Por ejemplo, el ordenador se puede romper si viaja en la maleta y no en la mano, me impiden trabajar durante el vuelo, ¿porqué no puede ir la conexión de Internet con el ordenador?, otro misterio, ¿porqué tengo que viajar con la bolsa del ordenador vacía al hombro? en fin…. que salí de allí con tres cajas, una maleta, una bolsa, y todas las dudas del mundo respecto a las conexiones de vuelo, y de si podría llegar a impartir la conferencia del día siguiente en la Universidad Menéndez y Pelayo en Santander. Lloré, lloré mucho, me llevé todo el vuelo llorando.

No podía dejar de llorar, la impotencia, la humillación, la incapacidad de hacer planes, de recuperar mi ordenador sano y salvo, que encontrase todos los cables y conexiones que me faltaban, que tuviese unas horas para preparar la conferencia, que pudiese coger el siguiente vuelo… y todo esto ¿por qué?. Pues porque el pueblo palestino se muere de hambre, sed y reconocimiento, y pretendo cooperar en la escuela, en la educación, donde aún se pueden recuperar muchas cosas. Solo por esto, por la paz, por los seres humanos, por ayudar, me veo privada de mi libertad y culpable de terrorista.

Pero mi llanto se hacía mayor cuando pensaba en los amigos de Jerusalén, con pasaporte israelí, pero palestinos de Jerusalén. Ellos pueden utilizar el aeropuerto, pero su numero por decreto es el 5 o el 6, y mis chequeos son cortos pero a ellos los pueden tener horas, y días retenidos para poder entrar o salir. Y ¿por qué?, porque han nacido en Jerusalén, y sus padres lo hicieron, al igual que sus abuelos….

El llanto era mayor cuando pensaba en los amigos de Cisjordania, ellos no pueden volar por Ben Gurion, tienen prohibido pisar tierra israelí. Salen por Jordania, después de días de viajes y maltrato y humillaciones por parte de Israel que sigue controlando también las fronteras. Y ¿por qué?, pues porque nacieron en Tierra Santa, y actualmente está ocupada por Israel. Mala suerte.

La pena se desbordaba cuando pensaba en mis amigos de Gaza, ellos no pueden salir a ninguna parte, y por ningún sitio. y… ¿por qué?, pues porque sobran en este mundo. El genocidio ya está en marcha.

Curiosamente me encontré a la chica del 1 a la llegada al aeropuerto de Barcelona; paralelamente presentamos nuestros pasaportes y sin la más mínima demora nuestros agentes de seguridad nos dejaron pasar, sin ninguna discriminación previa. Atento al dato, esta chica que habla hebreo, vive en Israel, pertenece a los cuerpos de seguridad, es del «pueblo elegido», es decir, es judía. Si a nuestro agente se le hubiese ocurrido discriminarla podría ser juzgado en España por anti-semitismo, privilegio que se han otorgado ellos, sin ni siquiera tener origen semita.

Pero la alcancé, le dije que si se había dado cuenta del trato que reciben en nuestro país, muy diferente al que ellos nos dan allí; se hizo la loca, no le interesaba oír. Mi grata sorpresa fue descubrir el gran descontento generalizado en todo personal del aeropuerto; en el momento que decías que venías de Tel Aviv todo eran favores, gracias a ellos recuperé mi ordenador sano y salvo, y pude coger todas mis conexiones a tiempo.

Las historias de otros compañeros y compañeras son mucho peores, con visados de una semana, con expulsión, o con explosión del portátil por lo que pueda contener, además de órdenes del Ministerio de Interior Israelí de no volver a pisar Tierra Santa. Esto es la discriminación judía, la diferencia entre ser clasificado numero 1 y ser clasificado como 5 o hasta 6.

Se repiten las mismas técnicas que utilizaron con el martirizado pueblo judío en centro Europa. Parece que han cambiado las víctimas, y que permanecen los verdugos.