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Don Núñez Feijoo y la patraña ética

Fuentes: Rebelión

Cinco son los pilares del compromiso ético que Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, dijo asumir con la sociedad gallega en su discurso de investidura; es hora, pues, de contrastar el discurso con la realidad. Recordemos cuales eran estos cinco principios y qué consecuencias prácticas presuponían en su acción de gobierno : […]

Cinco son los pilares del compromiso ético que Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, dijo asumir con la sociedad gallega en su discurso de investidura; es hora, pues, de contrastar el discurso con la realidad. Recordemos cuales eran estos cinco principios y qué consecuencias prácticas presuponían en su acción de gobierno :

1- La «unión de todos los gallegos en torno a una idea conjunta y compartida del país que queremos»; dicho de un modo sencillo: apelación a la unidad y a la voluntad colectiva de materializar una idea conjunta de Galicia.

2- La «superación de estériles antagonismos y disensiones ideológicas».

3- Trabajar conjuntamente a favor de la «cohesión social».

4- La «recuperación, tanto en lo público como en lo privado, del sentido auténtico del derecho y las leyes».

5- La «formación de un gobierno fuerte, auster y cohesionado en torno a un único lider».

Estos son los cinco pilares de ese milagroso compromiso ético que Feijoo quiso asumir con la ciudadanía gallega, y estos son los hechos:

En menos de 14 meses de gobierno, el modo caciquil de hacer política reapareció de nuevo con más fuerza en la maquinaria neoliberal de Feijoo. En lo que se refiere a la Diputación de Orense, está demostrado que el partido popular ha enchufado a más familiares y cargos del partido que nunca. 34 enchufados, para ser exactos, entre hijos, hermanos y nueras de alcaldes -las de 4 alcaldes y 2 ex alcaldes, para ser más exactos-. Además, sumemos 120 candidatos, 99 conselleiros, 10 ex conselleiros, 5 miembros de la Diputación y el ex secretario de la institución. José Luís Baltar, presidente de la Diputación, cuya trayectoria política ha discurrido íntegramente en el ámbito gallego, sigue, por supuesto, en su línea: cuatro familiares trabajando en la Diputación y el ex secretario de la institución han pasado ya a formar parte de su particular lista de elegidos a dedo.

En Gondomar, el jurado popular declaró culpables de soborno a dos concejales del PP por financiación ilícita del partido y tráfico de influencias.

En la Diputación de Pontevedra, el jefe político de los concejales de Gondomar, Carlos Silva, fue condenado por corrupción urbanística.

A Agustín Hernández, conselleiro de política territorial, el Tribunal Superior de Justicia le imputa un presunto delito de falsificación de documento público.

Corina Porro, recientemente nombrada candidata a Vigo, actual presidenta del puerto de Vigo -y por lo tanto, alto cargo del gobierno de Feijoo-, suma una imputación por un presunto delito de prevaricación en las obras de ampliación del Arenal.

Álvarez Campana, presidente de puertos de Galicia, también alto cargo del gobierno de Feijoo, está imputado por un presunto delito de prevaricación por la aprobación de la piscifactoria de Rilo.

Rogelio Martínez, Delegado territorial de la Xunta en Ourense, está siendo juzgado por los delitos de malversación de fondos públicos, falsedad documental y prevaricación.

Ana María Díaz, directora de colocación y formación de la Xunta de Galicia, fue condenada por contratar irregularmente a una empleada del hogar.

El festival, por supuesto, seguirá, pero creo que es mejor que dejemos a los espectadores en suspenso hasta el segundo acto. Mientras, el partido popular, aliado con la macabra fábrica de difamación, desprestigio y mentiras –La Voz de Galicia-, sigue la estrategia de inventarse supuesta tramas agrarias del partido socialista gallego basadas en un supuesto financiamiento ilegal de los sindicatos agrarios. No hay datos. No hay pruebas. Tampoco hacen falta: con inventarse historias y vomitarlas en la opinión pública, confiando en que el ciudadano-consumidor las consuma y se las crea, el trabajo ya está hecho.

Además del robustecimiento de las redes clientelares, de las constantes denuncias, irregularidades y aprovechamiento ilícito y anti-democrático de las instituciones, podemos certificar, también, la conexión del partido popular con las redes de narcotráfico; en concreto, Evaristo Juncal, mantuvo innumerables negocios con personas vinculadas al narcotráfico local, concretamente los históricos Miñanco, Dorado o Pablo Vioque.

Por si no bastase con estas conexiones con el narcotráfico, el gobierno de Feijoo tendrá que responder ante la opinión pública por la llamada Trama Gurtel. Se sabe que su gobierno pagó, en 2001, una factura por importe de 150.000 euros a la empresa Special Events. Quien dio la orden de pago fue el actual jefe territorial de la consellería de política territorial en A Coruña, Xosé Antonio Álvarez Vidal, entonces secretario general de la consellería de Agricultura.

Para terminar, en Hacienda, dos cargos fueron examinados por sus compañeros de tribunal. El presidente del tribunal que estaba examinando a estos dos cargos de hacienda era el mismo presidente del tribunal del que formaban parte estos mismos cargos. Evidentemente, esta solapación interesada de cargos son posibles gracias a que el Director general de la función pública, Xosé María Barreiro, es a su vez secretario general del partido popular en A Coruña.

A la luz de los hechos, lo único que nos queda es preguntar, no sólo al gobierno de Feijoo, sino también a la ciudadanía gallega y al resto de partidos representados en la cámara, lo siguiente:

1- ¿Cuáles de aquellos 5 principios que enumeró Feijoo en su discurso de investidura pueden considerarse como principios realmente inspiradores de su gestión política?

2- ¿A qué tipo de unión se refiere Feijoo y a qué idea de país hace referencia en su primer principio?

3- ¿Qué sentido tiene la superación de estériles antagonismos, como él mismo dijo en el punto 2, en una sociedad, la gallega, aún larvada por el virus sociológico y moral del caciquismo que ellos mismos retroalimentan?

4- ¿A qué tipo de cohesión social se refiere Feijoo : a la cohesión social de la sociedad civil gallega o a la cohesión social de sus redes clientelares?

5- ¿Qué sentido tiene hablar de la importancia, pública y privada, del derecho y las leyes, cuando ellos mismos reproducen, en lo privado y en público, técnicas de gestión antidemocráticas y contrarias a la ley?

Don Núñez Feijoo debería responder a estos interrogantes ante la opinión pública.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.