Cómo ha contribuido esta política estadounidense en la desestabilización del continente americano
El viernes 28 de abril el copresentador de Democracy Now! Juan González dió el discurso de apertura de una convención organizada por la American University con el nombre “Burying 200 Years of the U.S. Monroe Doctrine” (Acabar con 200 años de doctrina Monroe en Estados Unidos), que aporta una perspectiva revisionista en el 200° aniversario del establecimiento de dicha doctrina. Durante los últimos dos siglos, la doctrina Monroe se ha utilizado repetidamente para justificar decenas de invasiones, intervenciones y cambios de régimen impulsados por la CIA en el continente americano. Hablamos del tema con otras dos personas que participaron del evento, Medea Benjamin, de la organización CodePink, y Nick Estes, de la organización de resistencia indígena The Red Nation, quienes reflexionan sobre el brutal y duradero legado de la doctrina Monroe como parte del imperialismo estadounidense.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Juan González.
Este año se cumplen 200 años desde que Estados Unidos declaró que toda América Latina y el Caribe estaban, de facto, dentro de su esfera de influencia. El 2 de diciembre de 1823, el presidente James Monroe dio un discurso que daría pie a lo que se conoce como la doctrina Monroe, en el cual le advirtió a otras naciones que no intervinieran en el continente americano, y afirmó: “Debemos considerar cualquier intento por su parte de extender su sistema a cualquier lugar de este hemisferio como peligroso para nuestra paz y seguridad”. Durante los últimos 200 años, la doctrina Monroe se ha utilizado repetidamente para justificar decenas de invasiones, intervenciones y cambios de régimen impulsados por la CIA en el continente americano.
Este es el senador independiente de Vermont Bernie Sanders hablando el año pasado sobre la doctrina Monroe, poco antes de que Rusia invadiera Ucrania.
SENADOR BERNIE SANDERS: Señor presidente, Vladimir Putin puede ser un mentiroso y un demagogo, pero Estados Unidos asume una postura hipócrita al insistir en que nosotros, como nación, no aceptamos el principio de esferas de influencia. Durante los últimos 200 años, nuestro país ha operado bajo la doctrina Monroe, adoptando el principio de que, como potencia dominante en el hemisferio occidental, Estados Unidos tiene el derecho, según Estados Unidos, de intervenir contra cualquier país que pudiera amenazar nuestros supuestos intereses. Esa es la política de Estados Unidos. Y bajo esta doctrina, Estados Unidos ha socavado y derrocado al menos una docena de Gobiernos en toda América Latina, Centroamérica y el Caribe.
AMY GOODMAN: Ese era el senador Bernie Sanders hablando el año pasado.
Este 27 de abril, la American University de Washington D.C. organizará una conferencia de un día de duración llamada “Enterrando 200 años de la doctrina Monroe”. Juan González, copresentador de Democracy Now!, dará el discurso de apertura de la conferencia.
En el día de hoy nos acompañan dos invitados. Nick Estes es un historiador y escritor indígena, cofundador de la organización de resistencia indígena The Red Nation y miembro de la tribu siux de Lower Brule. Él es el autor del libro “Nuestra historia es el futuro: la lucha siux contra el oleoducto Dakota Access y la larga tradición de resistencia indígena”. Nick nos acompaña desde Minneapolis. También está con nosotros, desde Washington D.C., Medea Benjamín, cofundadora de la organización CodePink y coautora del nuevo libro “War in Ukraine: Making Sense of a senseless conflict” (La guerra en Ucrania: cómo comprender un conflicto incomprensible).
Les damos la bienvenida a ambos a Democracy Now!. Medea, comencemos con usted. Hable sobre los esfuerzos para realizar esta conferencia llamada “Enterrando […] la doctrina Monroe”.
MEDEA BENJAMIN: CodePink tuvo la iniciativa y consiguió que un grupo de aliados de todo el país se uniera a nosotros en la tarea de reconocer los inmensos cambios que están sucediendo en América Latina, los gobiernos progresistas que están llegando al poder en toda la región y la vibrante sociedad civil que existe. Y sin embargo, por otro lado, vemos que Estados Unidos intenta seguir imponiendo su voluntad sobre América Latina y el Caribe, ya sea a través de una presencia militar continua, o a través de las devastadoras sanciones económicas que se han impuesto a Cuba, Nicaragua y Venezuela, o a través de empresas estadounidenses que tratan de continuar la explotación de las minas, la explotación forestal, del litio, de los recursos, del petróleo. Así que existe una profunda desconexión.
Para nosotros es hora de que la política exterior de Estados Unidos reconozca que esto no es su patio trasero. Estados Unidos mira a América Latina como diciendo: “Dios mío, China se está convirtiendo en el principal socio comercial de todos estos países en América Latina”, y ahora quiere sacar a China del camino. Esa no es la actitud que queremos en las políticas estadounidenses. Queremos que Estados Unidos finalmente reconozca la soberanía de los países latinoamericanos, la realidad de que América Latina ha cambiado y que es hora de una política exterior que se base en el respeto mutuo.
JUAN GONZÁLEZ: Me gustaría traer a la conversación a Nick Estes, escritor, historiador, autor del libro “Nuestra historia es el futuro: la lucha siux contra el oleoducto Dakota Access y la larga tradición de resistencia indígena”. Nick, quería preguntarte sobre los paralelos entre la doctrina Monroe y la doctrina del descubrimiento, la cual muchos estadounidenses desconocen pero que a menudo se menciona en las leyes estadounidenses. Dicha doctrina es incluso cientos de años más antigua que la doctrina Monroe, y esencialmente permitía o autorizaba tratar a los pueblos originarios del continente americano como una raza inferior. Este año, sin embargo, el papa repudió finalmente la doctrina del descubrimiento. ¿Puede hablar sobre eso?
NICK ESTES: Casualmente, en 1823, el año en que se enunció la doctrina Monroe, también se produjo un fallo de la Corte Suprema, presidida por el juez John Marshall, que decidió que, a través del proceso de destierro del pueblo Cherokee, se facilitaría la afluencia de colonos blancos en el estado de Georgia. El presidente de la Corte Suprema, John Marshall, declaró que Estados Unidos había heredado la doctrina del descubrimiento, o el principio del descubrimiento, de anteriores potencias colonizadoras. Y en este caso, él vinculó [dicha herencia] a la Santa Sede o la Iglesia Católica.
Pero este tipo de proceso de colonización, y lo que sólo puede describirse como ideologías de la brutalidad, realmente tienen su origen ante todo en los Padres Fundadores. Ellos usaban este principio de la doctrina del descubrimiento como una especie de excusa inventada para colonizar a los pueblos indígenas. Pero si nos remontamos a alguien como Thomas Jefferson, cuando estaba debatiendo sobre cómo se imaginaba que sería este nuevo imperio de libertad, él visualizó que dicho imperio se expandiría a través del hemisferio occidental y tendría una influencia global.
Durante los debates sobre la forma que tomaría la Constitución, había dos tipos de enemigos principales que preocupaban a Estados Unidos en la década de 1880, mientras redactaba su Constitución. Esos enemigos eran las naciones indígenas en la frontera occidental, así como las potencias europeas rivales. Cuando Estados Unidos comenzó a formar su Ejército, utilizó un sistema de recaudación de impuestos para armar su ejército permanente. Esta era una idea de Alexander Hamilton, que vio las amenazas duales de la influencia europea así como de las naciones indígenas en la frontera occidental. Y esto dio pie a una especie de proceso de enfocarse, citando la Declaración de Independencia, en “los despiadados indios salvajes” de la frontera occidental, pero también en el resto del hemisferio. Los tratados que Thomas Jefferson firmó o que alentó a que fueran firmados con naciones indígenas esencialmente trataban de atarlas a Estados Unidos para que no pudieran hacer tratados con otras potencias europeas. Y ese mismo principio lo aplicaban al hemisferio occidental.
Es importante señalar que, en 1823, Estados Unidos era una nación relativamente pequeña en comparación con su forma actual. Entonces, en 1823, la doctrina Monroe estaba alineada con la doctrina del descubrimiento como una especie de ideología imperialista y expansionista, cuyos efectos podemos ver hoy.
AMY GOODMAN: Debo añadir, Nick, que usted es profesor en la Universidad de Minnesota en el programa de Estudios Indígenas Americanos. Vimos al papa repudiando la doctrina del descubrimiento. ¿Qué hay del Congreso y doctrina Monroe?
NICK ESTES: Sí. Es importante señalar que el propio papa, cuando el Vaticano repudió la doctrina del descubrimiento en su comunicado de prensa, indicó que en lo esencial la Santa Sede la había abolido en 1537. Y entonces hacen esta afirmación de que han estado reconociendo los derechos de los indígenas desde entonces, la cual creo que es una afirmación muy dudosa, especialmente teniendo en cuenta los recientes descubrimientos de que miles de menores nativos murieron a manos de la Iglesia Católica en estos brutales internados escolares de Canadá, así como descubrimientos similares en Estados Unidos.
Pero para que la doctrina del descubrimiento sea efectivamente extirpada de las leyes indígenas federales se requerirá de algo más que los tribunales. Y, de hecho, cuando uno viaja por el mundo, cuando uno habla del sistema de leyes federales indígenas, mucha gente todavía se sorprende de que Estados Unidos esté usando estas “bulas papales” del siglo XV para justificar la apropiación de tierras indígenas, cuando muchos países en todo el mundo —la mayoría de los países del mundo— han dejado eso muy atrás.
Y va a tomar mucho más que tan solo un repudio o unas palabras para que la doctrina del descubrimiento sea eliminada por completo de la implementación de leyes y políticas federales indígenas. Por otro lado, con respecto a la doctrina Monroe, John Kerry dijo en 2013 que Estados Unidos estaba dejando atrás la doctrina Monroe, pero, al mismo tiempo, Obama estaba imponiendo sanciones a Venezuela. Entonces, ¿cuál de las dos? Pueden pronunciar palabras grandilocuentes, pero las acciones no coinciden necesariamente con esas palabras.
AMY GOODMAN: Juan, quiero hacerle una pregunta. Usted es el copresentador de nuestro programa, por supuesto, como lo ha sido durante estos 27 años, pero también es el orador principal en la conferencia de la American University sobre el fin de la doctrina Monroe. Entre sus libros se encuentra uno que acaba de ser reeditado en edición de bolsillo, que se usa como libro de texto en muchas clases del país, se llama “La cosecha del Imperio: Historia de los latinos en EE.UU.”. ¿Puedes hablar de la conexión entre la doctrina Monroe iniciada hace 200 años y el éxodo de personas [de Latinoamérica] a EE.UU. y de cómo los trata el Gobierno de EE.UU.?
JUAN GONZÁLEZ: Sí, Amy. Es precisamente la implementación de la doctrina Monroe y la creación de lo que esencialmente se convirtió en el lugar de nacimiento del imperio estadounidense en América Latina lo que resultó en que tanta gente de América Latina llegara a Estados Unidos, especialmente a finales del siglo XX y el comienzo de este siglo. Y mucha gente no entiende esa relación. De hecho, son precisamente esos países de América Latina donde Estados Unidos llevó a cabo intervenciones, ocupaciones y cambios de régimen los que han producido la mayor cantidad de migrantes hacia Estados Unidos. Así que hay una relación directa entre la construcción del imperio de Estados Unidos en América Latina y la crisis migratoria que seguimos enfrentando en este país.
Y creo que la mayoría de los estadounidenses no comprenden realmente la enorme cantidad de intervenciones que nuestros Gobiernos han perpetrado en América Latina. Puedes pensar en 1965, cuando Lyndon Johnson envió miles de soldados estadounidenses para ocupar la República Dominicana. En esa época, Johnson dijo específicamente que Estados Unidos no tenía la intención de permitir que otro Gobierno comunista existiera en el hemisferio occidental. Ahora bien, en primer lugar, la revolución Dominicana no era una revolución comunista; fue una revolución contra los generales que habían instituido una dictadura. Fue una revolución democrática. Pero Estados Unidos sentía que tenía el derecho de invadir la República Dominicana y reordenar esa sociedad en base a la doctrina Monroe. Y podríamos hablar de Panamá en 1989; Guatemala en 1954; República Dominicana incluso antes, en 1916; México; Honduras; Nicaragua. Todos estos países fueron invadidos por las fuerzas armadas estadounidenses sobre la base del derecho establecido, al menos así lo entendía Washington, de que EE.UU. podía determinar lo que sucediera en su “patio trasero” o su imperio.
Y creo que eso es lo que está en juego y es algo a lo que finalmente se necesita renunciar, sobre todo teniendo en cuenta los enormes cambios en América Latina. América Latina ya no es servil a Estados Unidos, y sus Gobiernos ya no están subordinados a Estados Unidos del modo en que lo han estado en el pasado.
AMY GOODMAN: Juan, tú y yo nos conocimos por primera vez cubriendo Haití, un golpe de Estado tras otro, todos respaldados por Estados Unidos. Y está la ocupación de Haití por parte de las fuerzas armadas de EE.UU. en 1915.
JUAN GONZÁLEZ: Sí, Haití fue otro ejemplo, y también Granada. ¿Quién se acuerda de Granada? Un pequeño país a donde Estados Unidos sintió que tenía el derecho de enviar tropas para esencialmente cambiar el Gobierno. Hay tantos países en el hemisferio occidental que han experimentado esto que no es de extrañar que ahora, finalmente, no sólo los pueblos de estos países, sino los propios Gobiernos se hayan puesto en pie y hayan dicho: “No necesitamos permitir esto más”. Y ahora hay en toda Sudamérica, Centroamérica y el Caribe Gobiernos que están llegando al poder y que están diciendo: “Necesitamos una nueva relación, una relación más equitativa con Estados Unidos”.
AMY GOODMAN: Medea Benjamin, usted está en Washington D.C., ahora mismo, donde la conferencia va a celebrarse en la American University. Donde también está la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA). ¿Puede explicar la importancia de esta institución?
MEDEA BENJAMIN: Bueno, esta institución fue creada en 1948 y siempre ha estado dominada por Estados Unidos. Es una institución supuestamente para América Latina y el Caribe, pero es irónico que la sede principal está justo aquí en Estados Unidos. Y ha servido para que Estados Unidos ejerza su influencia en América Latina. En Latinoamérica, los sectores progresistas la ven cada vez más como una vieja institución, un dinosaurio, que necesita ser significativamente reformada o reemplazada. Esto es especialmente cierto después de que la OEA contribuyera decisivamente al derrocamiento del Gobierno de Evo Morales en Bolivia. Y el líder de la OEA, Almagro, es visto en toda la región como alguien demasiado cercano a Estados Unidos y que no representa a la nueva América Latina. Es por eso que se están poniendo muchos esfuerzos en fortalecer la alternativa, llamada CELAC, la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe. Y creo que la gente reconoce cada vez más que la OEA debería pasar a la historia, porque no representa a la nueva América Latina.
Y quiero recordar, para las personas que quieran unirse a nosotros, que todavía hay algo de espacio en las charlas de Washington D.C., y que pueden registrarse en AmericasPolicyForum.org si lo desean. Habrá cientos, si no miles de personas viendo el evento por internet, tanto en Estados Unidos como en toda América Latina, porque además se emitirá simultáneamente en español.
JUAN GONZÁLEZ: Quería preguntarle, Nick, sobre los enormes cambios que están sucediendo en los pueblos indígenas de América Latina y su impacto en los pueblos nativos de este país. ¿Podría hablar de esos cambios? Porque, obviamente, gran parte de la historia de América Latina es también la historia de sus pueblos indígenas, así como de la población africana y del comercio de esclavos africanos. ¿Puede hablar de los enormes cambios que están ocurriendo en los pueblos indígenas de América Latina?
NICK ESTES: Medea mencionó el golpe de Estado respaldado por EE.UU. que en 2019 derrocó al presidente indígena Evo Morales. Y Bolivia es un estado plurinacional y su proyecto [nacional] es realmente un faro de esperanza para muchos pueblos indígenas del continente americano, que les permite mirar más allá de esa forma singular y hegemónica de democracia liberal que tenemos en Estados Unidos y que realmente no privilegia la pluralidad, sino la homogeneidad. Y viendo los éxitos de ese movimiento y cómo en 2010 se lograron alcanzar los Acuerdos de los Pueblos en ese país, acuerdos que reconocían los derechos de la Madre Tierra y de la Pachamama, eso se vio reflejado en el proceso constitucional y el proceso de cambio que Bolivia ha experimentado en las últimas dos décadas. Y podemos ver cómo la doctrina Monroe intenta estrangular o ahogar esas alternativas. Y en este caso, una alternativa indígena para el hemisferio. No es sólo un proyecto nacional para Bolivia, es algo que fue visto como una especie de proyecto internacional o hemisférico para los pueblos indígenas.
Y vemos este mismo tipo de proceso en curso en un país como Brasil, que acaba de salir de una presidencia muy brutal con Bolsonaro y con la devastación de las tierras indígenas y las amenazas contra los derechos indígenas que hemos visto. Pero luego ves que los movimientos indígenas se fusionan en torno a este movimiento más amplio a favor de cambios progresistas, no sólo en el ámbito de la política doméstica brasileña, sino también a nivel internacional, con un trabajo en cooperación entre diferentes naciones y diferentes movimientos de todo el mundo, y cómo eso reduce el impacto y, en algunos casos, logra detener la devastación de las tierras indígenas dentro de esa región en particular.
Y también quiero señalar que los movimientos indígenas en América del Norte y el reconocimiento que se ha obtenido en las Naciones Unidas no hubiera sido posible sin el apoyo de algunos países del Sur Global, así como de nuestros hermanos indígenas del Sur Global. Así que cuando hablamos de la doctrina Monroe y pensamos en cosas como las sanciones contra Venezuela, sabemos que esas sanciones no solo afectan a funcionarios gubernamentales de alto nivel, sino también al pueblo y a los ciudadanos comunes. Y un aspecto de la sociedad venezolana que a menudo se olvida es la presencia de pueblos indígenas dentro de Venezuela, que han sufrido las consecuencias tremendamente perjudiciales del régimen de sanciones. Así que cuando hablamos de repudiar la doctrina del descubrimiento a nivel nacional dentro de Estados Unidos o de repudiar la doctrina Monroe, hay que tener en mente ese tipo de movimientos y ese tipo de aspectos de nuestra lucha, que no se limitan a asegurar victorias para los pueblos indígenas en Estados Unidos, sino que definitivamente es parte de este enfoque hemisférico.
AMY GOODMAN: Nick Estes, quiero darle las gracias por acompañarnos, escritor e historiador indígena, cofundador de la organización de resistencia indígena The Red Nation y ciudadano de la tribu Lower Brule. Además es profesor asistente en la Universidad de Minnesota en el Departamento de Estudios Indígenas Americanos. Muchas gracias por acompañarnos. Medea Benjamin, por favor quédese con nosotros. Después de la pausa vamos a hablar sobre la guerra en Ucrania. Quédense con nosotros.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.
Fuente: https://www.democracynow.org/es/2023/4/27/monroe_doctrine