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Duras negociaciones

Fuentes: Al-Ahram Weekly Online

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Como reacción a los «titubeos y la falta de decisión» israelíes, Hamas ha decidido aumentar el precio inicial que tiene que pagar Israel para garantizar la liberación del Gilad Shalit, un soldado israelí al que unos combatientes palestinos capturaron en un ataque fronterizo en Gaza hace más de dos años.

Altos cargos de Hamas en Gaza han declarado esta semana que su grupo pedía ahora la liberación de 1.500 prisioneros palestinos de cárceles y centros de detención israelíes a cambio de liberar a Shalit.

Las nuevas demandas de Hamas, que Israel rechaza por ser una «táctica de negociación», fueron transmitidas por altos cargos egipcios al ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, que visitó El Cairo la semana pasada. Barak afirmó que el gobierno israelí estaba haciendo denodados esfuerzos para liberar a Shalit lo antes posible y añadió que esperaba que se aceleraran las negociaciones con Hamas a este respecto.

Barak también sugirió que estas negociaciones con mediación egipcia se llevarían en secreto para garantizar su éxito.

La declaraciones de Barak se producen en medio de una creciente presión de la opinión pública israelí a su gobierno para que cierre el caso de Shalit antes de que el primer ministro israelí y dirigente del partido Kadima, Ehud Olmert, cese dentro de unas pocas semanas. Olmert, que se ha visto implicado en escándalos de corrupción y de soborno, y ha sido interrogado por la policía varias veces, decidió hace poco dimitir de su puesto de primer ministro.

La familia Shalit y muchos otros israelíes exigen ahora que Olmert haga los mayores esfuerzos para que el soldado israelí prisionero sea liberado antes de abandonar el cargo.

Existen varias razones por las que Israel puede estar ahora más deseoso de implicarse en una negociación seria con Hamas en relación al caso Shalit. Durante sus frecuentes incursiones y operaciones militares antes del alto el fuego con Hamas hace más de dos meses, el ejército de ocupación israelí y los servicios de inteligencia israelíes hicieron numerosas redadas entre los palestinos de Gaza para sacarles información que pudiera llevarles a descubrir el paradero de Shalit. Estos esfuerzos resultaron vanos.

Además, el movimiento Hamas ha demostrado un grado extraordinario de tenacidad y de paciencia desde el mismo momento de la captura de Shalit al negarse a ceder a las presiones del ejército israelí. En las últimas semanas algunos periódicos árabes con base en Londres han publicado artículos afirmando que Israel estaba planeando asesinar a dirigentes clave de Hamas en Gaza si Hamas insistía en sus demandas en relación a un posible intercambio de prisioneros. Altos cargos de Hamas han rechazado estos artículos calificándolos de mera desinformación y han arrojado el guante a los servicios de inteligencia israelíes.

Mientras tanto, Israel está empujando a Egipto a presionar a Hamas para que disminuya sus «exageradas demandas» en relación al número y calidad de los prisioneros palestinos que el grupo quiere que Israel libere a cambio de Shalit. Los medios de comunicación israelí han publicado artículos en los que se afirma que Egipto culpa a Hamas del «impasse» en el caso Shalit. Egipto, por su parte, no ha corroborado las afirmaciones israelíes.

Esta semana el portavoz de Hamas en Gaza, Fawzi Barhoum, declaró en una entrevista en la radio que Egipto estaba demostrando comprensión en relación a las exigencias de Hamas. «El problema no es con Egipto, que está haciendo unos encomiables esfuerzos para acabar con este problema. El problema es con el régimen de ocupación israelí que cree que Hamas cambiará de opinión bajo presión».

De hecho, el propio Hamas está experimentando una fuerte presión por parte de los familiares de los presos palestinos para que se adhieran a sus demandas, a saber, que Israel debería liberar a 450 presos veteranos cuyos nombre ya han sido transferidos a Egipto. La lista incluye a la mayor parte de los dirigentes políticos y de la resistencia de Hamas que están en prisiones israelíes. También incluye a muchos legisladores y ex-ministros afiliados a Hamas, así como a otros altos cargos electos que fueron secuestrados por Israel poco después de la captura de Shalit y que desde entonces mantiene en sus prisiones como moneda de cambio.

Hamas también pide que se libere a gran cantidad de mujeres y niños detenidos en las cárceles israelíes por resistir a la ocupación.

Hamas, un movimiento sunní, también parece deseoso de demostrar tanto a los palestinos como al conjunto de las masas árabes y musulmanes que no será en absoluto menos duro que Hizbollah, la organización chií libanesa que finalmente consiguió que Israel liberara de la custodia israelí a todos los prisioneros libaneses, incluyendo a Samir Al-Kuntar. Israel consideraba a Kuntar un «gran terrorista» por haber matado a colonos israelíes en el norte de Israel hace casi tres décadas.

Israel siempre ha tratado de justificar su negativa a liberar a presos palestinos condenados a duras penas de prisión alegando que sus manos estaban manchadas de sangre israelí. Sin embargo, tanto la liberación de Al-Kuntar hace dos meses como la reciente liberación de dos veteranos prisioneros palestinos con «sangre judía» en sus manos han demostrado que este mantra sacrosanto está perdiendo crédito y, quizá, viniéndose abajo.

Si Israel ha estado dispuesto liberar a «asesinos de judíos» a cambio de la repatriación de los cuerpos de israelíes muertos, entonces Israel debería estar aún más dispuesto a hacer lo mismo a cambio de liberar de su cautiverio a un soldado israelí que está vivo. Este es el punto de vista de Benyamin Benaliezer, ministro israelí de Infraestructura Nacional.

Durante una campaña para elecciones locales en la ciudad de Migdal Haeimek, Benaliezer dijo el martes 2 de septiembre que Israel debería estar dispuesto a pagar cualquier precio para conseguir la liberación de Shalit. «Por supuesto, el gobierno debería aprobar todo acuerdo de intercambio, pero debemos acabar con este problema», afirmó.

Benaliezer rechazó la idea de que la liberación de tantos prisioneros palestinos, incluyendo a los dirigentes de Hamas, debilitaría la posición del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. «Abbas ya es demasiado débil», afirmó.

Enlace con el original: http://weekly.ahram.org.eg/2008/913/re4.htm