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Economía del bien común: Otros objetivos, motivaciones y valores para la humanidad

Fuentes: Rebelión

XVII Jornada Desigualdades Sociales y Salud
Municipios, salud y desigualdades sociales
Cádiz, a 27 de Mayo de 2017

Agradecer a la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) la posibilidad de participar en esta ya XVII Jornada de Desigualdades Sociales y Salud, para hablar de la Economía del Bien Común, que surge en este tiempo que estamos viviendo y protagonizando: el cambio más profundo de toda la historia de la humanidad, el nacimiento de la ciudadanía universal como nuevo poder soberano sobre el que construir un gobierno mundial democrático, legítimo y transparente.

No podemos perder de vista el mundo en el que vivimos, el de una humanidad que se encamina hacia el abismo si no sustituimos el actual sistema-mundo del capitalismo agonizante por otra forma de vivir en armonía con el planeta y su biodiversidad, con otra economía para las personas y la vida, la economía del bien común. El cambio más profundo en toda la historia de la humanidad:

Elevar la conciencia de pertenecer a una gran familia que es la humanidad, que somos fruto y la parte consciente de la Vida con mayúsculas en este sistema integrado que es nuestra aldea común, Gaia, que tenemos que defender y respetar. Surgen dos conceptos jurídicos nuevos que lo cambiaran todo: 1) Ciudadanía universal 2) Reconocimiento de la Madre Tierra como persona jurídica sujeto de derechos.

Estamos transitando como humanidad un cambio de época. La idea de que otro mundo es posible, necesario y urgente se ha extendido desde 2001, unida a la universalización del conocimiento que ha supuesto internet. Este conocimiento se ha transformado con los sentimientos, emociones y valores en el corazón de las personas a través de las revoluciones latinoamericanas, árabes, 15-M, Occupa Wall Strett, Nuit Debout, etc. Hay que desarrollar los ejes esenciales de una economía por y para la vida, y como elemento esencial de ella los fundamentos de un sistema productivo y financiero alternativo para el buen vivir. Y aquí aparece la economía del bien común como propuesta holística, como un nuevo paradigma completo de objetivos, motivaciones y valores, que de sentido y coherencia a todas las propuestas que surgen dispersas fruto de las luchas parciales. Por último, la elaboración de las nuevas leyes, otras constituciones en los Estados-nación, regionales y la primera constitución del mundo. Ya hemos visto surgir las constituciones de Bután, que mide la felicidad bruta de sus habitantes; las de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Constituciones del vivir bien o buen vivir; y recientemente el cambio constitucional para reconocer los derechos jurídicos del río Whanganui en Nueva Zelanda [i].

Hemos pasado de una economía productiva para satisfacer necesidades sociales y el sector financiero al servicio de la economía productiva, a una economía productiva estrangulada por el sector financiero y las necesidades sociales supeditadas a un crecimiento del PIB que carece de sentido común y de valores éticos. Las causas han sido esencialmente tres:

1. La constitución del sistema-mundo del capitalismo que rompe el equilibrio entre lo político (libertad) lo social (igualdad) y lo económico (fraternidad) de los Estados-nación al sobrepasar el capital internacional sus límites. El desequilibrio entre estas tres dimensiones lleva a la desigualdad y polarización social mundial nunca antes vista, al cambio climático y las amenazas a la biosfera y la Vida en el planeta, y a la dictadura del capital financiero internacional. Al superar la movilidad del capital los límites de los Estados-nación sin contrapesos sociales y políticos la humanidad ha perdido su libertad, igualdad y fraternidad.

2. Financiarización de la economía. En 1971-73 el sistema financiero internacional rompe el tipo de cambio fijo dólar-oro y se desregulariza.

3. La ideología neoliberal que justifica la desigualdad y polarización social cambiando los valores sociales imperantes a partir de la década de los setenta del S. XX.

La teoría económica que necesitamos para el diseño de alternativas reales de salida a la crisis, para el bien común, debe recuperar e impregnarse de perspectiva ética. No habrá salida a la crisis si no se reduce la desigualdad y polarización social en el mundo y dentro de cada país. No habrá salida a la crisis si no producimos bienes duraderos en lugar de bienes perecederos, que bajaran el PIB pero que procuraran más satisfacción respetando los recursos naturales. No habrá salida a la crisis si no cambiamos el paradigma energético reduciendo el consumo y desarrollando energías alternativas renovables, que bajaran el PIB al reducir el transporte internacional de petróleo y carbón pero que incrementará la soberanía alimentaría y solucionará el hambre y la pobreza extrema. No habrá salida a la crisis si no eliminamos la especulación financiera sobre bienes alimentarios, energéticos, deudas soberanas de los países y sobre toda la economía productiva, que reducirá el PIB aumentando la estabilidad financiera y la satisfacción de las necesidades de la humanidad. No habrá salida a la crisis si no profundizamos la democracia en todos los ámbitos implicando a la sociedad civil en el diseño, implantación y evaluación de las políticas públicas.

A los objetivos, motivaciones y valores del capital financiero internacional se le contraponen los objetivos, motivaciones y valores de las personas y los pueblos. Al crecimiento del beneficio del capital, autonomía para sus gestores y supervivencia del sistema del capital financiero especulativo internacional, desde la EBC se le contrapone la supervivencia de la Vida, la humanidad y las personas, la seguridad y tranquilidad en el futuro sostenible y la participación en la determinación de sus vidas con la democracia participativa. Al deseo de acumular riquezas y poder en un individualismo competitivo irreal y suicida como motivación del sistema del capitalismo financiero internacional le contraponemos la motivación de una sociedad inclusiva e integradora de personas felices y cooperadoras que comparten la satisfacción de sus necesidades con bienes y servicios públicos gestionados y compartidos democráticamente. A los valores de egoísmo, avaricia y vanidad del sistema actual se le contraponen los de dignidad, solidaridad, cooperación y respeto.

Estos nuevos valores e incentivos pueden ir en la dirección de los que Christian Felber plantea en sus libros «Nuevos valores para la economía» [ii] (2008) y «La economía del bien común» [iii] (2010) Presenta un modelo económico alternativo al capitalismo . Se trata de introducir una nueva escala de valores sobre la que referenciar la economía en general y del funcionamiento de las empresas en particular, alejándose del valor monetario para enfatizar el valor social. Los mismos valores que hacen florecer nuestras relaciones interhumanas: confianza, cooperación, aprecio, co-determinación, solidaridad y acción de compartir. Estos valores y las buenas relaciones que promueven son los factores que más contribuyen a la felicidad y la motivación de los seres humanos.

El objetivo que se plantea Christian Felber, tras escribir varios libros sobre las amenazas de la situación que vivimos, es imaginar e ir implantando la economía del mañana, para ir sembrando las semillas de la economía, sociedad y política del futuro. Nuestro anagrama son semillas volando al viento. Para que germinen tiene que llover. En el debate surgió el tema de la violencia en las transiciones. Ya hoy hay violencia, crímenes contra la humanidad y genocidio, de pueblos y de especies. Cuando pase la tormenta las semillas germinaran. Pero tienen que estar ahí. De la misma forma que tras los cinco años de la II Guerra Mundial, donde la humanidad demostró lo peor de si misma, Europa vio nacer el estado del bienestar, lo más avanzado de la civilización humana hasta el momento; cuando pase la actual tormenta se verá germinar el estado del bienestar a nivel mundial y, con ello, el verdadero comienzo de la historia de una única humanidad. Tenemos que clamar por la paz, en este tiempo donde cada vez se oyen más los tambores de la guerra provocada por los beneficiarios de un sistema que agoniza y no aguanta más. La paz es el elemento esencial del mundo porvenir y que entre todas las personas tenemos que construir.

Tenemos un enfoque abierto. La EBC no es el único modelo imaginable para el futuro. No está completa ni cerrada. Pretende enriquecerse y enriquecer a otros modelos alternativos, de los que se siente «amigo»: economía social y solidaria; economía feminista; los bienes comunes; la democracia económica; la economía circular; la economía azul; el decrecimiento; etc. La actual propuesta de EBC no es un modelo cerrado, sino un punto de partida. La idea concreta es que la ciudadanía libre y soberana se reúna en el ámbito local o regional y debata los elementos claves del futuro orden económico. Las propuestas nacionales e internacionales han de volver al pueblo soberano para ser votadas.

La EBC persigue tres objetivos principales: 1) Ofrecer una alternativa completa y coherente al actual modelo económico; 2) Proceso de implementación democrática abierto a la combinación y cooperación con otras alternativas y con aquellas partes del sistema actual que funcionan bien; y 3) Brinda a toda persona, empresa, organización e institución una forma de co-crear la transición hacia una economía más social, sostenible, humana y democrática.

Nuestro enfoque es holístico: El pensamiento económico dominante se ha desconectado de sus contextos cultural-ético, político-democrático y natural-ecológico. La ciencia económica clásica se ha desprovisto de alma. La EBC se basa en la reconciliación del pensamiento económico con sus contextos, y en consecuencia con la economía real o productiva.

Tres accesos al contenido: 1) Quiere resolver la contradicción de valores entre economía y sociedad. 2) El objetivo de la EBC debe implantarse en el orden económico legal de forma consecuente; y 3) El éxito económico deja de medirse por los recursos (medios) para medirse por objetivos. «Producto del bien común» para medir el éxito de una economía nacional. «Balance del bien común» para medir el éxito de una empresa. «Examen del bien común» para determinar si una inversión concreta contribuye a la EBC o la contradice. El lema: «Con ética al éxito».

La EBC no suprime los balances financieros ni prohíbe que las empresas privadas busquen beneficios. Pero este ya no es un fin sino un medio para aportar lo más posible al bienestar general. El objetivo de la EBC es que mediante la nueva regulación legal de las empresas aumente la libertad de las personas.

La EBC no inventa nada. Aporta un nuevo paradigma a la nueva realidad que surge desde el seno de la que muere. Lo nuevo, consciente de las raíces de los actuales retos les da respuestas imposibles desde los valores de la vieja sociedad que muere, transformándolos en posible e inaugurando con ello un nuevo tiempo y una nueva realidad que nace para la humanidad. El capítulo VII del libro habla de los ejemplos que ya existen y son afines a la EBC y modelos a seguir. Entre los precedentes en España menciona: La economía social y solidaria, las redes de economía alternativas; sociedades laborales y cooperativas, el complejo cooperativo de Mondragón es un ejemplo mundial y global, grupo NER en el País vasco y Tenor en Valencia; banca ética (FIARE y Triodos bank) comercio justo. Estas prácticas son acompañadas por pensamiento crítico y alternativo. Y entre los precedentes en el mundo: Sekem (Egipto) Göttin des Glücks y Craft Aid (Mauricio y Austria) SEMCO (mundial 3.000 puestos de trabajo) Regionalwert AG (Alemania) John Lewis (Reino Unido) Agricultura sostenida por la comunidad (EE UU y todo el mundo) etc.

Matriz del bien común para las empresas

Los objetivos que se pueden medir son los que consiguen las personas, empresas y sociedades. La EBC propone clasificar a las empresas conforme a unos criterios más sociales, según la matriz del bien común, que establece una serie de valores que se puntúan y se miden: Dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social, democracia y transparencia; Estos valores se analizan por cada uno de los grupos de interés (proveedores, clientes, personal asalariado, propietarios, administraciones públicas, asociaciones cívicas, medioambiente, etc.) y se asignan una serie de puntos, con un máximo de mil, que determinarán la clasificación de la empresa. Siguiendo estos criterios se establece una clasificación de las empresas que será la que las haga merecedoras de mayores o menores incentivos que permitirían hacer que las empresas más justas fueran competitivas frente a aquellas que pasan por encima de reglas y valores y compiten de manera desleal, con trabajadores explotados y salarios miserables. El balance económico y financiero, la obtención de beneficios monetarios, deja de ser la prioridad. Actualmente existe una red de 2.233 empresas adheridas y que están implementándolo repartidas por diferentes países, entre los que se encuentran Alemania, Austria, Francia, Suiza, Italia, España, México y Brasil. El jueves 25 de mayo 2017 se han reunido en Paris representante de campos de energía de 70 países. El movimiento comenzó en octubre de 2010. En España en 2012.

Matriz del bien común de los ayuntamientos

Los ayuntamientos no buscan maximizar el beneficio por que son administraciones públicas, pero son las que están vinculadas a las poblaciones enraizadas en sus territorios. La EBC ha creado para ellos una matriz específica y una red de municipios del bien común, cuyo objetivo es el compromiso de promover entre sus vecinos y empresas los valores de la EBC, mediante la inclusión de cláusulas sociales y medioambientales en la contratación pública; decisiones basadas en la transparencia y participación democrática; etc. La contratación pública supone entre el 20% y el 30% de la actividad productiva de los territorios.

Matriz de la ciudad del bien común 

En la actividad de co-crear que incentiva la EBC, desde el Campo de Energía de Cádiz y a propuesta del arquitecto Fernando Visedo, se ha desarrollado la matriz de la ciudad del bien común. Partiendo del derecho a la ciudad de toda la ciudadanía y utilizando la misma metodología de la matriz del bien común, se crea una matriz cuyos valores son 1) cohesión social 2) derecho a la vivienda 3) derecho a servicios públicos y 4) sostenibilidad medioambiental. Y como grupo de interés A) Socioeconómico B) Sociocultural C) Político y D) Espacial. Se conforman en el cruce 16 campos de interés, que marcan el bienestar de la población que vive en el territorio, y que disponen de 67 indicadores. Es una herramienta de diagnóstico y gestión para los responsables políticos; de transparencia y de empoderamiento de la ciudadanía si sus indicadores se hacen público de forma periódica.

Notas:

[i] EFE Sydney 16.03.2017 http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/16/actualidad/1489685532_492954.html

[ii] Felber, Christian. «Nuevos valores para la economía» Deuticke. 2008

[iii] Felber, Christian. «La economía del bien común» Deuticke. 2010 http://www.cma.gva.es/comunes_asp/documentos/agenda/Cas/72319-Economia_del_bien_comun_Felber.pdf

Fernando Moreno Bernal – Campo de Energía de Cádiz

http://www.fadsp.org/index.php/salud-2000-numero-151

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