En la prisión que Estados Unidos mantiene en la base de Guantánamo se desarrollan nuevos métodos de tortura para destruir el espíritu humano, según un libro recientemente publicado sobre el tema en este país. El sitio digital Counterpunch informa hoy de la publicación de la obra Guantánamo: lo que el mundo debe saber, que resultó […]
En la prisión que Estados Unidos mantiene en la base de Guantánamo se desarrollan nuevos métodos de tortura para destruir el espíritu humano, según un libro recientemente publicado sobre el tema en este país. El sitio digital Counterpunch informa hoy de la publicación de la obra Guantánamo: lo que el mundo debe saber, que resultó de una entrevista realizada a Michael Ratner, prominente abogado y presidente del Centro por los Derechos Constitucionales (CCR). Esa institución retó legalmentre a la administración del presidente George W. Bush por las ilegales e inhumanas condiciones de detención en Guantánamo de quienes Washington considera rehenes de su alegada cruzada antiterrorista. «Guantánamo es también un laboratorio, donde son desarrollados constantemente nuevos métodos para destruir el espíritu humano», se asevera en el referido libro. Ratner denuncia las torturas y el encarcelamiento indefinido y sin un debido proceso de los detenidos en la base que el Pentágono ocupa en ese enclave situado en la porción suroriental de Cuba. El presidente del CCR también recuerda los abusos a los refugiados haitianos enfermos de SIDA confinados allí en los años 90. Desde entonces, explica, el gobierno estadounidense insistió en que ninguna corte tenía jurisdicción sobre Guantánamo, querían esa prisión como una «zona fuera de la ley», expresó. Ratner describe las jaulas en que se mantienen encerrados como animales a los presos de la agresión a Afganistán, a quienes Washington niega su condición de prisioneros de guerra. Allí WAshington mantuvo a menores de edad y a por lo menos un anciano de más de 90 años. En el libro se critica la postura de la Casa Blanca de negar a los encarcelados en Guantánamo derechos como el habeas corpus o a tener representación legal. Allí, sostiene, se violan las convenciones internacionales que proscriben la tortura. Horrendas condiciones y sádicas prácticas definen a Guantánamo, se concluye en el libro, en el cual también se narran los maltratos cotidianos y las vejaciones durante los interrogatorios. Quienes no cooperaban debían dormir en el suelo, y se les negaba la ropa, atención médica y los medicamentos, según la publicación.