Wikileaks ha ofrecido a varios medios de comunicación occidentales documentos militares relativos a los informes de 779 personas detenidas desde 2002 en la prisión de la base naval que EEUU tiene en Guantánamo, y que revelan que algunos de ellos fueron detenidos sobre la base de información a menudo incorrecta, sobre todo cuando era obtenida […]
Wikileaks ha ofrecido a varios medios de comunicación occidentales documentos militares relativos a los informes de 779 personas detenidas desde 2002 en la prisión de la base naval que EEUU tiene en Guantánamo, y que revelan que algunos de ellos fueron detenidos sobre la base de información a menudo incorrecta, sobre todo cuando era obtenida de detenidos enfermos o torturados, según el diario «The New York Times».
A la vez, otro documento publicado por «The Daily Telegraph», señala que el cerebro de los atentados del 11 de setiembre, Khalid Cheikh Mohammed, afirmó en sus interrogatorios que Al-Qaida había ocultado una bomba nuclear en Europa lista para desencadenar un «cataclismo nuclear» si se apresaba o mataba a Osama Bin Laden.
Según el mismo testimonio, Al-Qaida preparaba también reclutar empleados del aeropuerto londinense de Heathrow para llevar a cabo un atentado y había planeado un vertido de cianuro en los conductos de ventilación de edificios públicos en Estados Unidos.
Al igual que en ocasiones pasadas, Wikileaks ha suministrado estos documentos a varios medios: «The New York Times», «The Daily Telegraph», «El País», «Le Monde», «Der Spiegel», «La Repubblica» y la radio estadounidense NPR. Estos textos confirman una situación que ha sido ampliamente descrita por la prensa internacional.
Liberados
Alrededor de 200 detenidos, que habían sido definidos como de «alto riesgo» porque podían constituir una «amenaza futura contra Estados Unidos o contra los intereses de Estados Unidos» fueron liberados o extraditados a otros países, según «The New York Times».
Otros 220 eran considerados como «peligrosos extremistas», según «The Daily Telegraph», mientras que 380 no eran sino «militantes de base», pertenecientes al movimiento talibán o que habían viajado a Afganistán. Al menos 150 eran afganos o pakistaníes inocentes, detenidos y transferidos a Guantánamo, sobre la base de informaciones recogidas en zonas de guerra, a veces referidas a otra personas o simplemente se encontraban en el lugar y el momento equivocados.
En decenas de casos, altos oficiales estadounidenses indican que «no hay fundamento para la extradición del detenido» a Guantánamo. En al menos dos casos, según NPR, los responsables de la prisión reconocieron por escrito que personas inocentes permanecían detenidas.
Pero estos inocentes necesitaron varios meses más para volver a su país. Según «Le Monde», varios mineros se encontraban en Guantánamo aunque no tenían ninguna relación con los talibán.
Escapan 500 presos de la prisión de Kandahar
Unos 500 presos se fugaron ayer de la prisión de Kandahar, bastión de la insurgencia talibán en el sur de Afganistán, a través de un túnel de más de 300 metros que fue excavado durante cinco meses. La fuga fue confirmada por la oficina del Gobernador de Kandahar, que cifró en 475 el número de huidos y añadió que las autoridades han puesto en marcha un dispositivo de búsqueda para localizarlos.»Hemos capturado ya a trece de ellos. Algunos tenían chalecos explosivos. En el penal de Kandahar había en total 1.000 prisioneros», dijo a Efe el portavoz de Kandahar, Zalmai Ayubi. En otro comunicado los talibanes precisaron que los insurgentes excavaron el túnel desde el exterior hasta llegar al bloque donde estaban presos los «convictos políticos». «Hemos liberado a 541 talibanes presos en esa sección», se felicitó en un comunicado un portavoz insurgente, Zabiullah Mujahid. Según el portavoz, los insurgentes iniciaron la construcción del túnel al sur del penal y tardaron unos cinco meses en llegar hasta el bloque político. Añadió que desplegaron un comando de «suicidas» alrededor de la prisión para el caso de que las fuerzas afganas descubrieran el plan e intentaran hacerlo fracasar. «La puesta en libertad comenzó a las 23.00 y sólo tres presos conocían el plan. Fueron despertando a sus compañeros uno por uno. El último de ellos salió a las 3.30 de la madrugada», precisó Mujahid. El portavoz de la oficina presidencial afgana, Waheed Omar, calificó la fuga como un «desastre» que «señala una vulnerabilidad». En 2008, huyeron de la misma cárcel en torno a 900 presos después de que los insurgentes destrozaran las puertas mediante la explosión de una bomba. Fawad PEIKAR