Una escasez de tiopental sódico, anestésico usado en las inyecciones letales, complicó las ejecuciones en Estados Unidos: algunos Estados debieron suspender la aplicación de la pena capital, mientras otros obtuvieron el fármaco de fuentes dudosas. (Fuente AFP)
Sólo así, por una dificultad temporal de abastecimiento, el país que más ejecuciones letales práctica en todo el mundo se ve presionada a interrumpir su bien engranada maquinaria de penas de muerte sentenciadas, que pueden incluir mujeres, retrasados mentales y hasta probables inocentes.
La fuente informativa se detiene en la poca seguridad de las drogas sustitutas y el sufrimiento adicional que causa, casi como si se tratara nada más que de un inconveniente técnico del engranaje, pero fuera de cualquier otro cuestionamiento de fondo.
Sin embargo basta que en un país del tercer mundo apenas se considere un eventual castigo similar, y por muy probada que sean las causas, para que desde Europa se desate un descomunal escándalo, mientras el sistema letal estadounidense no parece merecer señalamiento alguno, ni siquiera en la retórica oficial sobre derechos humanos.
Fuente: http://www.cubadebate.cu/coletilla/2010/10/27/ejecuciones-letales-con-doble-discurso/