Recomiendo:
0

El 11S en Cataluña. Notas de urgencia

Fuentes: Rebelión

¿Ha sido masiva-muy-masiva la movilización independentista del 11 de septiembre en Cataluña? Lo ha sido. ¿Se movilizaron los 1,6 millones de ciudadanos y ciudadanas a los que hacen referencia algunos medios informativos (y de agit-prop) catalanes? No es probable que la cifra sea exacta. Es otra batalla política, la batalla de las cifras, similar a […]

¿Ha sido masiva-muy-masiva la movilización independentista del 11 de septiembre en Cataluña? Lo ha sido. ¿Se movilizaron los 1,6 millones de ciudadanos y ciudadanas a los que hacen referencia algunos medios informativos (y de agit-prop) catalanes? No es probable que la cifra sea exacta. Es otra batalla política, la batalla de las cifras, similar a la del año pasado en torno al millón y medio de asistentes a la manifestación de Barcelona (Vale la pena insistir: la «cadena humana» de este año ha sido impresionante).

Dejando al margen grupos que rodearon Caixabank o colectivos afines, hablando del grueso central de la movilización, ¿los valores y finalidades que alimentaron la movilización del 11S tienen relación directa con aristas de las tradiciones emancipatorias catalanas? No, de ningún modo. Por ejemplo, ¿ondearon banderas o pancartas recordando el 11S chileno, homenajeando la figura de Salvador Allende? No. ¿El discurso central de la presidenta de ANC, Carme Forcadell, incluyó algún valor relativo a la fraternidad entre pueblos? Nada de nada. Hegemonía identitaria nacionalista en estado puro.

¿Agitó las aguas el president Mas en su mensaje previo a la diada del pasado 10 de septiembre? Lo hizo. ¿Habló en alocución dirigiéndose a todos los catalanes? En absoluto. Lo contrario es mucho más verdadero

TV3, la televisión pública catalana, ¿informó, intentó informar de manera plural y objetiva sobre la jornada? Nada más lejos de la realidad. Se convirtió, se ha convertido desde hace tiempo, en un instrumento de agitación «independentista». Sin ningún miramiento. Apenas 30 segundos para hablar de los ciudadanos que rodearon Caixabank; inexistencia de voces criticas contrarias a la movilización. Y lo que no aparece en TV3 no existe para muchos ciudadanos del país.

¿Se puso énfasis durante la jornada en el «derecho a decidir»? No. A excepción de algunos casos, en absoluto. Se habló, se insistió una y otra vez, en finalidades y lemas independentistas, y en la creencia de que los catalanes estarían mejor solos y sin la rémora de España.

¿Recibió Artur Mas a los convocantes? Sí, antes de la movilización. ¿Se ha usado alguna otra vez singular procedimiento? No.

¿Se ha hablado de ampliación del Estado de bienestar en el mismo momento que se intenta desmantelar la sanidad y la enseñanza públicas? En el mismo momento.

¿Hegemoniza la derecha catalana este movimiento social de enormes dimensiones sociales? Sin ninguna duda. Dictan agencia, tempo y objetivos (desbordados en ocasiones por la fuerza del movimiento que han ayudado a levantar). ¿Se atreven con Espriu y con una interpretación absolutamente falaz de algunos de sus versos más conocidos de «La pell de brau»? Se atreven, sin que el pulso les tiemble.

¿Debería decir algo la izquierda española no-catalana en estos momentos? Sí. ¿Debería decir algo también la izquierda catalana no independentista? Por supuesto. ¿Deberíamos seguir apoyando el derecho de autodeterminación? Sí, juntamente con la unión fraternal de todos los pueblos de Sefarad y la exigencia de unas condiciones democráticas e informativas adecuadas y justas para el ejercicio de ese derecho. No en estas condiciones.

¿Se habló de la corrupción en Cataluña? No. ¿Se habló del incremento de las desigualdades sociales? No. ¿Se habló del paro? No. ¿Se habó de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores catalanes? No. ¿Se habló del PIRMI y de la renta de inserción garantizada? No. ¿Estuvieron presentes las aristas sociales de la situación actual? No.

¿Qué cosmovisión de fondo ha abonado la movilización del 11S? Esta (son palabras de Andreu Mas-Colell, el poderoso conseller de Economía del gobierno catalán): «[estoy] dispuesto a ceder mucha soberanía a Bruselas, mucha, más que la que estoy dispuesto a ceder, en estos momentos, a Madrid. Conozco a Europa muy bien y sé que respetan la diversidad. Mi identidad, mi manera de ser, el ser catalán [1] no estará nunca en cuestión, pero no puedo decir lo mismo del Gobierno español».

¿Soberanismo, soberanía nacional? ¿Independencia? ¿Se habla de un país realmente independiente? Pues no lo parece.

PS: En el Parlamento italiano, jueves 12 de septiembre, los diputados de la «Lega Nord» han dado su apoyo a la independencia de Catalogna. Jordi Pujol recibió a su líder más destacado en el Palau de la Generalitat.

Nota:

[1] Félix Ovejero -«La otra responsabilidad de los intelectuales», El País, 12 de septiembre de 2013, p. 33- ironizaba con razón sobre la expresión «ser catalán»: «[…] bobadas desbocadamente reaccionarias que harían descoyuntarse de risa al mismísimo Heidegger».

Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.