El concepto de democracia bipartidista estadounidense -que se impuso en el globo terrestre como una metástasis incontenible durante los años dorados posteriores a la Segunda Guerra Mundial- ha quedado pulverizado.
“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”.Así comienza K. Marx su insuperable y clásico análisis del 18 brumario de Luis Napoleón, escrito en marzo de 1852, refiriéndose a los acontecimientos que rodearon al golpe de Estado dado por el sobrino del emperador Napoleón Bonaparte, llamado Luis Napoleón, aquel trágico 2 de diciembre de 1851. Esta es la imagen que inmediatamente viene a la memoria, viendo este 06.01. 20121, las imágenes en directo de la toma del majestuoso edificio del “Congreso de la Nación” en Washington, y de conocer los intentos coordinados y planeados de antemano para la toma de otros “Capitolios federales” de la Unión: en Nuevo México, Georgia, Oregón, Kansas, Hawái, Nevada, Arizona, Wisconsin, Colorado, Carolina del Sur, según lo informa la agencia noticiosa https://mundo.sputniknews.com/america_del_norte/202101071094047663-los-trumpistas-se-congregan-en-varios-capitolios-estatales-de-eeuu/
Una multitud de personas partidarias del presidente Trump, convocadas de antemano por él en esta fecha y con ese objetivo tumultuario, ataviadas con vistosos y llamativos ropajes, unos camuflados militares, armados y embozados, y otros, con el rostro libre, adornados con cuernos y pieles de búfalo o gorras de pioneros o tramperos y cazadores de pieles, exhibiendo banderas confederadas de esclavismo; al parecer miembros de las 76 milicias blancas registradas oficialmente en toda la Unión, que por su ideología supremacista blanca-racista y culto fetichista a las armas, recuerdan a los grupos paramilitares nazis de los Freikorps, acompañados también por ciudadanos hombres y mujeres del común y corriente, protagonizaron o pusieron en marcha una escena teatral o histriónica, inolvidable para la historia y para los espectadores del espectáculo global:
La toma del Capitolio de Washington, cúpula de arquitectura sofisticada terminada de construir en 1800, con la que se pretendió mostrar el poder emergente y poderoso de la democracia “bipartidista” estadounidense, ejemplo obligatoriamente compulsivo para cualquier otro país de este mundo global que pretendiese llamarse democrático y formar parte del sistema económico global del capitalismo que comenzaba a imponerse y expandirse o globalizarse por toda la humanidad. Quedó en claro que este 6 de enero 2021, el telón caía clausurando una larga escena de siglos para dar comienzo a otra acto cuya duración apenas se vislumbra, con la presencia de nuevos actores que pretenden desplazar al actor principal agotado y decrépito en su tan larga y sangrienta actuación hegemónica: China, Rusia, la Europa de la OTAN y Japón, Inglaterra con su “Commonwealth anglosajona”, Irán, los millonarios reyezuelos árabes más Israel, etc.
Al caer el telón de la farsa se anunciaba la escena trágica que se venía cuajando desde hace algún tiempo y se ha puesto en marcha: El Fascismo global liderado por ese histrión del espectáculo universal de peluquín dorado, sobretodo o abrigo y guantes negros, difundiendo, desde el podio de presidente de los EEUU en medio de un escenario amenazador e imponente, mentiras y falsedades o “fakes”; diseminadas lentamente como se esparcen los olores mefíticos y mortecinos o se coagula el fascismo, con el fin de agrandar el EJE DE PAISES DEL MAL, enemigos de la democracia made in USA creado en tiempos de guerras imperialistas anteriores por sus antecesores del partido demócrata unido íntimamente con el partido republicano, en su conocido consenso bipartidista y que hacía temblar de pavor a los pueblos de la periferia imperialista; pero esta vez agregándole a esa quimera, un “enemigo interno” tercermundista peor que el terrorismo fanático de los desiertos asiáticos, porque está cocinado en la caldera hirviente y vaporosa del Caribe macondiano: El CASTRO CHAVISMO BOLIVARIANO.
Ha quedado también claro que Trump y sus asesores, siguiendo el clásico libreto nazi fascista, le ha dado un golpe mortal pero conciente a la pseudo democracia del consenso bipartidista estadounidense, porque le estorba el afianzamiento definitivo de su proyecto nacionalista, racista y reaccionario del “América First”, con el globalismo trasnacional de hegemón universal que traía como ideología tradicional dominante durante años, el bipartidismo dominante.
Se ha roto (y parece por largo tiempo) la connivencia, complicidad y consenso de multimillonarios y oligarcas financieros trasnacionales entre demócratas y republicanos que se fraguaba precisamente en las salas de ese “Capitolio profanado” (que puede compararse simbólicamente con la destrucción del “Reichstag” o parlamento alemán, que el nazismo Hitleriano ordenó incendiar en 1933 para imponerse definitivamente).
Pues la sociedad política estadounidense ha quedado definitivamente polarizada, y por mas intentos que haga el nuevo presidente Biden por “reconstruir” la Unión, y volver hacia atrás, va a tener que contar con las dos consignas invencibles de Trump ha sabido insuflar de manera profunda y permanente en la mentalidad de sus seguidores: que hubo fraude electoral contra él, y la de hacer a América grande otra vez (“Make América great again»), seguidas fanáticamente por sus 74, 2 millones de votantes del 2020 (un aumento de 11, 2 millones respecto a la elección del 2016), que van a seguir siendo una pesadilla muy inquietante y amenazadora para el nuevo equipo gobernante de la Unión (escogido entre la flor y la nata del complejo militar industrial y financiero estadounidense) a la hora de tener que enfrentar en lo interior, una sociedad dividida, polarizada y en tremenda crisis económica, social y sanitaria en que se encuentran los EEUU en la actualidad, y en lo exterior, continuar siendo el sheriff global o hegemón de un mundo muy complejo como el actual, en ebullición y con diferentes conflictos en curso, asenso de potencias capitalistas altamente desarrolladas y rivales en el reparto de los territorios periféricos proveedores de materias primas y fuerza de trabajo, fundamentales para la producción y reproducción de sus economías centrales.
Y para mayor complicación, el concepto teórico y práctico de democracia bipartidista estadounidense que con el nombre de “american way of life” (forma de vida de Estados Unidos) se impuso en el globo terrestre como una metástasis incontenible, durante los años dorados posteriores a la Segunda Guerra Mundial, ha quedado pulverizado: Ya nadie, ni Bolsonaro, ni Piñera, ni Duque, o ese pobre mentecato de Almagro, podrá invocar como ejemplo o modelo a seguir en aquellos aquelarres de la OEA o del grupo de Lima donde a la manera de Trump se invoca un fraude electoral irreductible para dar golpes de Estado fraudulentos en Nuestramérica o, para imponer un presidente autodesignado de una ínsula más imaginaria que la misma Barataria del sufrido Sancho Panza; nadie repito, nadie puede ya discernir cuando es farsa o cuando es tragedia; cuando es tragedia y cuando se ha convertido en farsa. Pues el viejo topo de la historia ha vuelto a sacar a la luz su pequeño hocico, para darle la razón una vez más al profeta de Tréveris.
Foto de portada: Jake Angeli se toma el Capitolio, 6 de enero de 2021.