El 26% de los soldados estadounidenses que cumplieron misiones en los conflictos armados de Afganistán e Irak han mostrado poseer muestran crecientes de trastornos mentales, según un estudio que realizó la revista New England Journal of Medicine
«Nacido el 4 de julio», de Oliver Stone mostraba las secuelas que la guerra deja en sus ex combatientes cuando vuelven a su patria luego de haber cometido y visto atrocidades y ante la indiferencia de los habitantes y gobiernos de su país.
La revista New England Journal of Medicine publicó un estudio que sostiene que el 20% de los ex combatientes de Afganistán e Irak acudió a los hospitales de la Administración de Veteranos (AV) en busca de tratamiento médico entre octubre de 2003 y febrero de 2005.
Al 26% de esos soldados los médicos le diagnosticaron problemas mentales, y de ellos el 10% padecía el llamado trastorno de estrés postraumático.
El 7% de los soldados que estuvieron en Afganistán e Irak y concurrieron a los hospitales de la AV tuvo un diagnóstico de depresión, el 6% mostró trastornos de ansiedad tales como fobias y pánico, y muchos de los ex soldados presentaban múltiples trastornos.
Las cifras de la AV muestran que a lo largo de 2004 hubo un incremento notable de los ex soldados a los que se diagnosticó trastornos mentales, pues si en febrero eran 13%, en junio pasaron al 19 y en diciembre ya alcanzaban el 26%.
Kang explicó a la revista que algunos factores sociales, más allá del mero estado de salud de los ex soldados, pueden influir en estos datos estadísticos.
Puso como ejemplo que los pacientes que concurren a los hospitales de la AV, aquellos que han permanecido en escenarios de conflicto y no los que han estado en sus bases en territorio estadounidense, a menudo carecen de seguro médico, situación que puede inducirlos a tener mayor riesgo de trastornos mentales.
El teniente coronel del Ejército Carl Castro, jefe de psiquiatría militar en el Instituto Walter Reed de Investigación, señaló, por su parte, que los soldados que han salido del servicio activo pueden ser más propensos al estrés mental que los que están movilizados.