Traducido por Yasnay Houelly Pérez y revisado por Yulaima Favier Horruitiner
Se considera que aproximadamente el 90 por ciento de las unidades de la Guardia Nacional del Ejército de los Estados Unidos «no están preparadas», fundamentalmente debido al déficit de equipos con un valor equivalente a miles de millones de dólares, por lo cual peligra la capacidad de esta institución para hacer frente a las crisis dentro y fuera del país, informó una comisión del Congreso que hiciera público ayer un informe preliminar sobre el estado de las fuerzas militares de reserva de los Estados Unidos. El informe reveló que los grandes despliegues de la Guardia Nacional y la reserva hacia las guerras en Iraq y Afganistán desde 2001, así como otras misiones antiterroristas, han agudizado las carencias, han hecho necesario acudir a la improvisación de unidades y han afectado el reclutamiento. «No podemos mantenerlas (a la Guardia Nacional y a la reserva) en las condiciones en que estamos», dijo Arnold L. Punaro, presidente de la Comisión para la Guardia Nacional y la Reserva, formada por 13 miembros y creada por el Congreso en 2005. La comisión independiente, formada fundamentalmente por antiguos militares de alto rango y funcionarios civiles designados por ambos partidos, se dedica a estudiar la misión, el nivel de preparación y la remuneración de las fuerzas de reserva. Según se dice en el informe de la comisión, «El Departamento de Defensa no está preparando adecuadamente a la Guardia Nacional para sus misiones internas». En dicho informe se culpaa al Pentágono de la falta de presupuesto para brindar «apoyo a la población civil» en casos de emergencia dentro del territorio nacional y se critica la «suposición viciada» de que en la medida en que el ejército esté preparado para afrontar una guerra de gran envergadura, lo estará para enfrentar un caso de desastre o de emergencia en el marco interno. Desde Virginia y el Distrito de Columbia hasta Indiana y Nuevo Méjico, las unidades de la Guardia Nacional carecen de miles de camiones, Humvees, generadores, radios, gafas de visión nocturna y otros artículos que podrían ser indispensables para enfrentar un desastre, un ataque terrorista u otros casos de emergencia de gran envergadura en el país, según funcionarios de la Guardia estatal. La escasez de equipamiento se extiende hasta los estados de la Costa del Golfo, tales como Luisiana y Mississippi (devastados por el Huracán Katrina en 2005), donde las unidades de la Guardia sólo tienen una parte de lo que necesitan para enfrentar otro desastre de gran escala. La Guardia de Luisiana, cuyo equipamiento se ha reducido debido a la guerra en Irak y el paso del Katrina, carece de Humvees y camiones tales como vehículos anfibios, indispensables a la hora de realizar grandes evacuaciones. «Estamos muy preocupados por los vehículos», dijo el Teniente Coronel Pete Schneider, vocero de la Guardia de Luisiana. Luego agregó: «Puede que tengamos los recursos necesarios para enfrentar fenómenos de pequeña magnitud; quizás podamos manejar el azote de una tormenta tropical categoría 1, evento que no implica grandes inundaciones o grandes operaciones de búsqueda y rescate». Pero en el caso de desastres mayores, Luisiana necesitará la ayuda de otros estados». El estado de Mississippi carece de camiones y depende de contratistas para suplir la necesidad de vehículos de ingeniería, informó el auxiliar general de la Guardia del estado, Mayor General Ike Pylant. «Nos la arreglaremos con lo que tengamos», dijo. En Washington, los oficiales de la Guardia se preocupan por la posibilidad de un ataque devastador. En caso de «un incidente químico, biológico o nuclear de gran envergadura dentro del área de la capital nacional, necesitaría utilizar todo vehículo que se me autorice, y eso no lo tenemos», dijo el Coronel Robert Simpson, director del personal adjunto de la Guardia Nacional de Virginia. «Definitivamente carecemos de camiones, de todo tipo de vehículos con ruedas», así como de radios, bulldozers y otros medios, dijo Simpson. La Guardia del estado pudiera enfrentar contingencias normales, como «condiciones invernales adversas», dijo. Otros directivos de la Guardia estatal se hicieron eco de las mismas preocupaciones. «Lo que me quita el sueño es que, aunque creo poder recuperarme de un desastre común, si necesitara desplegar a todos mis soldados y aviadores, estoy convencido de que no cuento con el equipamiento necesario», dijo el Mayor General R. Martin Umbarger, jefe de la Guardia Nacional de Indiana. Según un informe reciente de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, las unidades de la Guardia Nacional del Ejército en los Estados Unidos solamente tienen como promedio cerca de la mitad de sus reservas autorizadas de equipos de doble uso, necesarios para afrontar las guerras y las misiones nacionales. La Guardia Nacional calcula que se necesitarían 38 000 millones de dólares para adquirir el equipamiento necesario para restituir plenamente el nivel de preparación de las unidades de la Guardia Nacional Aérea y del Ejército. Hasta el 2011, el Ejército prevé emplear 21 000 millones de dólares para reforzar el equipamiento de la Guardia. Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, ha aumentado el uso de reservistas militares estadounidenses desde aproximadamente 12,7 millones de días de servicio en 2001, hasta cerca de 63 millones de días en 2006. Con el actual aumento del número de soldados estadounidenses en Iraq, se espera que sea necesario movilizar a nada menos que cuatro brigadas de combate de la Guardia Nacional, a partir de principios del año próximo. Sin embargo, a pesar de que la reserva escogida, formada por 830 000 soldados, representa un tercio del ejército, esta recibe solamente un 3 por ciento del presupuesto destinado a la adquisición de equipamiento y un 8 por ciento del presupuesto del Departamento de Defensa, decía el informe. Según este, en el año 2006 las unidades de la Guardia Nacional del Ejército que se preparaban para ser desplegadas tuvieron que pedir prestado, como promedio, cerca de un tercio de sus soldados y el 60 por ciento de su equipamiento a una docena de unidades, por lo que disminuyó el nivel de cohesión de sus fuerzas. Las unidades de la Guardia Nacional desplegadas en Irak y Afganistán han tenido que abandonar gran cantidad de equipamiento en el campo de batalla. Como resultado de esto, en parte, el 88 por ciento de las unidades de la Guardia en los Estados Unidos están tan pobremente equipadas que se consideran «no preparadas», según datos de la Guardia Nacional y el informe, que citó las palabras del Teniente General H. Steven Blum, jefe del Buró de la Guardia Nacional. Según datos de la Guardia Nacional, el 45 por ciento de las unidades de la Guardia Nacional Aérea también se consideran «no preparadas». La comisión exigió que se les concediera mayor autoridad a los gobernadores para enfrentar casos de emergencia, especialmente que se les permitiera tener el mando no sólo de las fuerzas de la Guardia Nacional, sino también de las tropas federales encargadas de dar respuesta a situaciones de emergencia en sus estados. Exigió además que se ascendiera al grado de General de cuatro estrellas al jefe del Buró de la Guardia Nacional. Al comentar sobre la ley conocida como National Guard Empowerment Act (ley que reconoce las contribuciones de la Guardia Nacional a la estabilidad del país y aboga por que se le otorgue mayor autoridad), la comisión dijo no estar de acuerdo con la propuesta de que el jefe de la Guardia Nacional se hiciera miembro de los Jefes Adjuntos de Personal (Joint Chiefs of Staff), en parte porque esto complicaría la cadena de mando. Los legisladores que están a favor de la ley calificaron tales recomendaciones de poco entusiastas. En el informe también se dice que, pese a los logros obtenidos el año pasado, las posibilidades de reclutamiento y retención en la Guardia Nacional continúan siendo un asunto «altamente problemático». Durante los últimos 10 años, han sido menos los antiguos militares activos que se han sumado a la reserva; su número equivalió al 38 por ciento del total de reclutas de la Guardia Nacional del Ejército el año pasado, en comparación con el 61 por ciento en 1997. Según el informe, los datos de las encuestas realizadas a jóvenes y a sus padres muestran que, desde noviembre de 2001, han disminuido las opiniones favorables en cuanto al servicio en la Guardia o la reserva. Se prevé que la comisión haga público su informe final en enero. ____________________________
Fuente: http://www.michaelmoore.com/words/latestnews/index.php?id=9333
Yasnay Houelly Pérez y Yulaima Favier Horruitiner pertenecen al Equipo de Traductores de Cubadebate y Rebelión.