El Álamo, filme norteamericano de l960 dirigido y actuado por John Wayne, es el caso de una película antigua y sin ningún valor artístico, pero vuelto a ver, es la expresión y hasta cierto punto una explicación de lo que vivimos hoy en día con el famoso muro de México: el desprecio y el odio […]
El Álamo, filme norteamericano de l960 dirigido y actuado por John Wayne, es el caso de una película antigua y sin ningún valor artístico, pero vuelto a ver, es la expresión y hasta cierto punto una explicación de lo que vivimos hoy en día con el famoso muro de México: el desprecio y el odio hacia el inmigrante y la superioridad blanca norteamericana mostrada crudamente casi de un modo fascista.
Se observa también la pérdida de los valores de convivencia de los mexicanos sin olvidar que son los dueños ancestrales de ese enorme y rico territorio que se llama México y del que se han ido apoderando y explotando, primero por el imperio español, más tarde por el imperio francés y hasta tuvieron un intento de monarquía austriaca con el emperador Maximiliano que pagó con su vida su intento de apoderarse de México.
Pero volvamos al filme «El Álamo» que cuenta un hecho histórico de una forma absolutamente imperial. En l836, un grupo de aventureros se dispone al asalto de una fortaleza llamada El Álamo que pertenece a México, situada en el riquísimo territorio de Tejas, cuyo nombre después de la anexión fue cambiado por Texas, uno de los estados más prósperos de los 50 que componen los Estados Unidos de América.
El filme narra según la propaganda de la productora, la heroica lucha de estos aventureros norteamericanos por resistir los ataques de ejército mexicano liderados por el general Santa Ana. Al final los intrusos pierden la pelea y El Álamo, la fortaleza convertida en un símbolo sigue siendo mexicana.
Pero con el paso del tiempo avanza la escisión y se debilita el ejército mexicano, el general Santa Ana que ha sido demonizado al igual que los mexicanos es hecho prisionero y ejecutado.
Entonces el rico territorio de Tejas, bajo el impulso de un notable político imperialista Samuel Houston, pasa a ser una república independiente, y poco después pasa a ser un estado más de los más ricos, de los expansionistas norteamericanos.
John Wayne, el alma cinematográfica a de este mediocre filme, fue quizás el más importante, actor públicamente reaccionario del cine norteamericano. Cuando hizo este filme tenía cincuenta tres años, pero hay que recordar que cuando llegó al cine en l936 en el filme la diligencia era un perfecto estereotipo del norteamericano imperialista: alto de complexión física fuerte y como había sido trabajador de una hacienda, montaba bien a caballo, era el héroe ideal con que soñara Sam Houston. Este filme le llega tarde a un Wayne envejecido, y su perfil -supuestamente heroico- es patético.
Como quiera que sea, este bodrio cinematográfico nos prefigura las relaciones del imperio expansionista con su vecino México. Texas pasó a ser una joya de la corona imperial: el descubrimiento de grandes fuentes de petróleo, convirtieron a Texas en uno de los Estados más ricos de la Unión, y los mexicanos en el mejor de los casos, despojados de sus tierras ancestrales, quizás trabajen como peones en la floreciente industria petrolera norteamericana o quizás esperen ser deportados como inmigrantes indeseables.
Para terminar por ahora con esta temática, es bueno recordar que la capital de estado de Texas es la ciudad de Austin, donde no hay una tumba, ni un monumento, a los mexicanos heroicos, la ciudad exhibe un aparatoso monumento imperial a la memoria de San Houston, el gran autor de esta lección de la historia.
Miguel Torres: reconocido director de cine y de televisión cubano, fue un connotado realizador del Noticiero ICAIC Latinoamericano. Ha sido profesor de la Escuela de Cine y de Televisión, tiene en su haber varios largometrajes y decenas de documentales.
Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/06/02/el-alamo-y-una-leccion-de-la-historia-video/