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El alcance total de los acuerdos armamentísticos de Estados Unidos con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos

Fuentes: Middle East Eye

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

El presidente estadounidense, Donald Trump, y el entonces vicepríncipe heredero, Mohammed bin Salman, se dan la mano en la Casa Blanca en marzo de 2017 (AFP)

Los acuerdos comerciales rastreados por un supervisor del armamento demuestran que Estados Unido está mucho más involucrado en la guerra del Yemen de lo que se sospechaba.

Estados Unidos ha alcanzado al menos los 68.200 millones de dólares en acuerdos sobre armas de fuego, bombas, sistemas de armamento y entrenamiento militar con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos desde el inicio de su guerra en Yemen, miles de millones más de lo que se había informado con anterioridad, según los datos recopilados por un think tank estadounidense.

Esa suma colosal incluye, por vez primera, los acuerdos comerciales y gubernamentales relativos a armamento e indica que la participación de Estados Unidos en esa desastrosa guerra puede ser mayor de lo que se sospechaba. De hecho, ese gasto en armamento podría haber financiado diecisiete veces el llamamiento humanitario hecho por las Naciones Unidas para el Yemen para el año 2019 -un total de 4.000 millones de dólares-.

Según los datos recopilados por el observatorio del comercio del armamento, el Security Assistance Monitor (SAM), de los que se informa aquí por vez primera, las compañías estadounidenses han llegado a acuerdos por un valor de al menos 14.000 millones de dólares con emiratíes y saudíes desde marzo de 2015, fecha en la que la coalición intervino en el conflicto.

Las ventas del gobierno se centran en los grandes equipamientos, como aviones de combate, tanques, bombas y barcos, algunos de los cuales tienen más probabilidades que otros de ser utilizados en el Yemen, debido en parte a que puede llevar años ultimar estos acuerdos, y que son los que con frecuencia acaparan los titulares.

Pero es el armamento más pequeño, como las armas de fuego y las bombas vendidas en ventas comerciales, el que los expertos dicen que es muy probable que se utilice en el conflicto y cause daños significativos.

William Hartung, director del proyecto de armas y seguridad del Center for International Policy, un think tank progresista en Washington DC, que alberga al SAM, dijo que los datos comerciales muestran que la huella de EE. UU. en el Yemen se ha «subestimado considerablemente» porque las ventas comerciales «se examinan raramente frente a los acuerdos grandes y ostentosos, como los relativos a aviones de combate».

La estimación del SAM fue casi confirmada por un funcionario del Departamento de Estado de EE. UU., quien, hablando «aparte», dijo que el valor general de los acuerdos de armas estadounidenses con la coalición liderada por Arabia Saudí en el Yemen ha alcanzado, desde marzo de 2015, la cifra de 67.400 millones de dólares.

Los nuevos detalles sobre los acuerdos de armas están saliendo a la luz en medio de los continuados intentos en el Congreso estadounidense de poner fin a la participación de Washington en la guerra en el Yemen, que ha desplazado a millones de personas y ha provocado enfermedades y desnutrición generalizadas.

En febrero, el Senado aprobó un proyecto de ley para retirar el apoyo militar estadounidense a la coalición, y la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, votó por 247-176 a favor de la resolución el pasado jueves 4 de abril. Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con vetar el acuerdo.

«El presidente Trump tendrá que decidir si vamos a continuar ayudando a los militares saudíes a matar a miles de civiles y a bloquear la ayuda humanitaria al Yemen», dijo a Middle East Eye el senador Chris Murphy, uno de los tres legisladores detrás del proyecto de ley bipartidista.

Algunos de los acuerdos se cerraron solo días después de que la coalición liderada por Arabia Saudí utilizara armas fabricadas en Estados Unidos en ataques aéreos que mataron a civiles, incluidos escolares de excursión, invitados a una boda y toda una familia, excepto una niña de cinco años, en su hogar en Sanaa.

«Es difícil imaginar un ejemplo más dramático de las consecuencias negativas de la venta de armas de Estados Unidos», dijo Hartung.

«Están apoyando a regímenes que asesinan civiles y crean catástrofes humanitarias… Esto es un baldón para Estados Unidos».

Las armas incluidas en el negocio abarcan desde sistemas de defensa con misiles hasta lanzagranadas y armas de fuego, pero la mayoría fueron ofrecidas directamente por los fabricantes de armas estadounidenses a los gobiernos de Arabia Saudí y los Emiratos.

Y es por eso que, hasta ahora, las cifras totales utilizadas por periodistas e investigadores para esos acuerdos alcanzados en Estados Unidos han sido engañosamente bajas: a diferencia de los acuerdos gubernamentales, los datos sobre acuerdos comerciales son difíciles de obtener y los detalles completos solo se hacen públicos mucho después de que se notifiquen al Congreso, a veces incluso 18 meses después, dijo Christina Arabia, la directora del SAM, que recopiló los datos utilizados en este artículo y es la única organización que rastrea ambos tipos de ventas.

Sin las armas estadounidenses, los expertos dicen que la lucha de la coalición en el Yemen, liderada por Arabia Saudí y que incluye a los Emiratos Árabes Unidos, sería en gran medida incapaz de proseguir esa guerra. A partir de 2017, tres de cada cinco armas importadas por la coalición fueron fabricadas en Estados Unidos, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).

Algunas de esas armas se han utilizado en más de 100 ataques aéreos y ataques con bombas de racimo de la coalición que han matado a civiles o atacado hospitales y aldeas desde marzo de 2015, según han venido informando varias ONG y medios de comunicación.

La coalición liderada por Arabia Saudí es responsable de las 4.764 muertes de civiles informadas desde 2016, según el Armed Conflict Location & Event Data Project ( ACLED ).

Sin embargo, en los últimos cuatro años se han seguido negociando sin cesar todo tipo de acuerdos armamentísticos. «La mayoría de los acuerdos con Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos o cualquier otro lugar siguen básicamente transitando por el Congreso sin una palabra de desaliento y mucho menos un voto en contra», dijo Hartung.

Rastreando la pesadilla

La principal razón por la cual el valor total de los acuerdos de armas de Estados Unidos para la coalición liderada por Arabia Saudí se ha infravalorado públicamente, dijo Arabia, se debe a la forma complicada y opaca en que los acuerdos comerciales se rastrean e informan.

El gobierno estadounidense publica detalles sobre los acuerdos de armas alcanzados con otros gobiernos -a través del programa » Ventas militares al extranjero «- siempre que la administración lo apruebe. Pero rastrear los acuerdos entre fabricantes estadounidenses de armas comerciales y los gobiernos extranjeros -«Ventas comerciales directas»- es complicado.

Algunos acuerdos aparecen incluidos en conjunto como destinados a varios países, ocultando a los verdaderos destinatarios de las armas o cualquier importe en dólares. Otros acuerdos no indican tipos específicos de armas, solo categorías aproximadas como «armas de fuego y municiones».

También hay determinados umbrales, lo que significa que al Congreso no llega la información de ciertos acuerdos de menor valor (por ejemplo, cualquier acuerdo de armas de fuego por debajo del millón de dólares), y algunos acuerdos solo se valoran por la cifra del umbral cuando en realidad valen mucho más.

El Departamento de Estado estadounidense presentó recientemente un acuerdo de exportación de armas a Arabia Saudí para trabajos relacionados con el sistema de defensa aérea Patriot -por un valor de «50 millones, o más, de dólares». Los datos del SAM muestran que en realidad valía más de 195,5 millones de dólares.

¿Las consecuencias de este tipo de información turbia? El público se queda in albis sobre dónde, cuántas y a quién se venden las armas estadounidenses, dijo Arabia.

«Puede que aparezca algo de información sobre el tipo de armamento en el informe de un comité», dijo. «Luego, otro informe de ese comité dirá el nombre del país, y después tengo que contactar con otro comité para conseguir el monto en dólares de la venta».

En ocasiones, dijo Arabia, solo consigue las cifras porque ha establecido relaciones con miembros del personal de un comité específico. Ella dice que desde las elecciones de medio mandato en Estados Unidos de noviembre, cuando los demócratas tomaron el control de la Cámara de Representantes, no ha podido conseguir su flujo de información habitual.

Sin embargo, poco a poco, Arabia ha ido creando una base de datos sobre los acuerdos comerciales con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.

Combinando cifras tanto de los acuerdos del gobierno como de los comerciales que ha rastreado, los totales de Arabia muestran que EE. UU. ha acordado más de 54.100 millones de dólares en armas y entrenamiento con los saudíes y más de 14.000 millones de dólares con los EAU desde la intervención de la coalición en la guerra.

Sus cifras solo se remontan a 2015, por lo que es imposible saber cuántas armas vendió Estados Unidos comercialmente a la coalición con anterioridad a la guerra. Los programas de ventas comerciales y gubernamentales comenzaron en 1976.

Aunque el Departamento de Estado atestigua la precisión de los números que presenta, Arabia sospecha que todavía puede tratarse de varios miles de millones de dólares por debajo.

Ataques seguidos de acuerdos

Ahora está claro, con los datos del SAM, que Estados Unidos aprobó acuerdos de armas con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos solo unos días después de que se demostrara que la coalición utilizó bombas estadounidenses para matar civiles en el Yemen, y también después del brutal asesinato del columnista del Washington Post y del Middle East Eye Jamal Khashoggi.

Más recientemente, el 6 de diciembre, dos meses después de que Khashoggi fuera desmembrado en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, el gobierno de Trump aprobó un acuerdo comercial por más de 195,5 millones de dólares para mejorar el sistema de defensa de misiles Patriot saudí.

Los saudíes han utilizado el sistema Patriot para defenderse de los ataques con cohetes de los hutíes .

Los acuerdos alcanzados poco después de los ataques de la coalición con armas estadounidenses incluyen:

· El 9 de agosto de 2018, una bomba de la coalición impactó sobre un autobús escolar en el norte del Yemen que llevaba niños de excursión. Mató a 54 personas, incluyendo 44 niños. Una semana después, al Congreso se le notificó un acuerdo comercial con los E.A.U. por un valor de 344,8 millones dólares en piezas de repuesto para un sistema de defensa de misiles Patriot.

· La CNN informó el 17 de agosto que la bomba utilizada en el ataque sobre el autobús escolar había sido fabricada por la firma estadounidense Lockheed Martin, el mayor fabricante de armas del mundo. Tres días después de la emisión del informe de la CNN, el gobierno de Donald Trump llegó a un acuerdo con los E.A.U. por 10,4 millones dólares para piezas de rifle.

· Los pilotos de la coalición liderados por Arabia Saudí bombardearon una boda al noroeste de la capital yemení, Sanaa, el 22 de abril de 2018, matando a 33 personas, incluida la novia. Días después, Bellingcat demostró que la firma estadounidense Raytheon había fabricado parte de una bomba encontrada en la escena del ataque. La administración Trump aprobó un acuerdo comercial con los saudíes el 21 de junio por 2,1 millones de dólares en rifles y lanzagranadas.

· El 25 de agosto de 2017, una bomba guiada por láser impactó sobre una zona residencial en Sanaa, matando a una pareja y a cinco de sus seis hijos. Una foto de Buthaina , la única niña de cinco años que sobrevivió, tomada poco después del ataque se convirtió en viral. En ella, hinchada y magullada, apenas puede abrir los párpados. Amnistía Internacional demostró un mes después que Raytheon fabricó una parte de una bomba encontrada en medio de las ruinas. Semanas más tarde, el 6 de octubre, EE. UU. autorizó un acuerdo para enviar a Riad un sistema de defensa de misiles THAAD por valor de 15.000 millones de dólares.

Ataques similares de la coalición liderada por Arabia Saudí y acuerdos de armas con EE. UU. estuvieron produciéndose a lo largo de 2015 y 2016, cuando el expresidente estadounidense Barack Obama todavía estaba en la Casa Blanca.

Los saudíes y los emiratíes encabezaron una coalición de países árabes en la guerra civil yemení en marzo de 2015 para sofocar un levantamiento hutí. Los saudíes dicen que los hutíes son un representante de Irán, mientras que los analistas dicen que los E.A.U. parecen estar intentando aplastar a los grupos de la oposición para así ganar territorio en el Yemen, especialmente a lo largo del Mar Rojo.

 

Niño yemení rezando ante la tumba de uno de los escolares asesinados en el ataque perpetrado por la coalición liderada por los saudíes en agosto de 2018 (AFP)

Justo antes de que Obama dejara el cargo, su gobierno, que autorizó 117.000 millones de dólares para acuerdos de armas con los saudíes en ocho años, detuvo la venta de municiones de precisión debido a la preocupación por los derechos humanos a causa de los ataques llevados a cabo por la coalición liderada por los saudíes.

Pero en mayo de 2017, Donald Trump, cuando se encontraba en Arabia Saudí en su primera visita al extranjero como presidente, anunció que anularía esa suspensión.

Como consecuencia del conflicto en curso, Yemen, que era ya uno de los países más pobres de Oriente Medio, «ha dejado casi de existir» según la ONU , añadiendo que el país enfrenta ahora «la peor crisis humanitaria provocada por el hombre de nuestro tiempo».

Canales no oficiales

Pero aunque los acuerdos comerciales y gubernamentales de armas con los países de la coalición liderada por Arabia Saudí suman decenas de miles de millones de dólares, muchas de las armas fabricadas en Estados Unidos también llegan también a las partes en conflicto en Yemen a través de canales no oficiales.

Un comerciante de armas en el norte del Yemen, zona controlada por los hutíes, ofreció vender un rifle M4 por 4.500 dólares a un periodista de ARIJ que se hizo pasar por comprador a principios de este año.

El periodista, que pidió permanecer en el anonimato por motivos de seguridad, dijo que es común ver armas de fuego y granadas estadounidenses en los mercados de armas del Yemen, y que se pueden encontrar tanto en el norte como en el sur.

Cuando los combatientes hutíes atacan posiciones de la coalición, llevan a menudo armas estadounidenses, dijo. Hay también un mercado negro donde una red de comerciantes compra y vende armas.

«Es muy normal encontrar armas estadounidenses en Yemen», dijo Nadwa al-Dawsari, directora para el Yemen del Center for Civilians in Conflict, una ONG con sede en Washington, DC.

De hecho, la presencia de armas de fabricación estadounidense en todo el país «no supone sorpresa alguna para ningún yemení».

Eso se debe en parte al hecho de que EE. UU. apoyó expresidente yemení Ali Abdullah Saleh en la llamada guerra contra el terrorismo después del 11 de septiembre, dijo al-Dawsari. Un exembajador de Estados Unidos en Yemen dijo en 2018 que Estados Unidos había gastado más 115 millones de dólares en equipar a las fuerzas de Saleh entre 2002 y 2009.

En 2015, el Pentágono perdió también el rastro en el Yemen de 500 millones de dólares en armas de fuego, aviones y otros equipos militares.

Ahora, la coalición liderada por Arabia Saudí parece estar desviando vehículos blindados de fabricación estadounidense a las milicias locales, una violación del acuerdo de armas, según un informe de ARIJ publicado el pasado año tras llevar a cabo una investigación.

 

El documental mostraba que las Brigadas Abu Al-Abbas, un grupo salafí en Taiz respaldado por los Emiratos, cuyo líder se encuentra ahora en la lista de terroristas de EE. UU., recibieron tres vehículos blindados Oshkosh M-ATV de fabricación estadounidense en noviembre de 2015.

También se vio la bandera del sur del Yemen ondeando en otro vehículo de este tipo, el MRAP de Caiman de BAE, que suelen utilizar las milicias yemeníes respaldadas por los E.A.U. Abu Dabi afirma haber entrenado a unos 25.000 soldados yemeníes.

Participación interminable

Más allá de las armas, el entrenamiento y la ayuda técnica, es imposible medir el alcance total de la participación estadounidense en Yemen en la guerra y en la lucha contra el terrorismo.

EE. UU. ha proporcionado a la coalición apoyo de inteligencia y asesoramiento militar, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso. Y mientras Washington ayudaba anteriormente a los aviones saudíes con reabastecimientos en vuelo, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos decía que había puesto fin a ese programa en noviembre.

 

En Sanaa, tras un ataque aéreo en noviembre de 2017 (AFP)

Pero en medio de las actuales presiones para poner fin a toda la ayuda prestada a la coalición liderada por los saudíes, el gobierno de Trump insistió en que los yemeníes estarían en peor situación (y que la cifra de víctimas civiles sería mucho mayor) sin su participación en la guerra.

También sostienen que la amenaza de Irán justifica la continuación de las ventas de armas estadounidenses a la coalición liderada por Arabia Saudita.

«Si de verdad les importan las vidas yemeníes», dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, en una reciente conferencia de prensa, «apoyarían el esfuerzo liderado por los saudíes para evitar que el Yemen se convierta en un Estado-títere de la corrupta y brutal República Islámica de Irán».

Los altos funcionarios de la administración Trump han insistido también en que están asegurándose de que las armas no se utilicen para cometer violaciones de los derechos humanos.

«No vamos a proporcionar armas donde creamos que van a utilizarse para perpetrar graves violaciones de los derechos humanos», dijo Tina Kaidanow, que había trabajado en la venta de armas para el Departamento de Estado de EE. UU., en una conferencia de prensa del pasado año.

Un funcionario del Departamento de Estado, que habló desde un segundo plano, dijo que las ventas de la defensa de EE. UU. al Golfo son parte de un compromiso con la estabilidad regional, y que las muertes de civiles probablemente aumentarán si no fuera por la presión estadounidense sobre los saudíes.

Sin embargo, el Departamento de Defensa dijo que no hace un seguimiento de los aviones de la coalición, sus objetivos o del éxito de sus misiones tras el reabastecimiento de combustible.

Esta afirmación ha sido refutada por un antiguo asesor del Departamento de Estado que trabajó con la coalición hasta 2017, y que le dijo al New York Times que los oficiales estadounidenses tenían acceso a una base de datos que detallaba cada ataque aéreo.

«En la cuestión de los ataques aéreos, el Pentágono ha estado mintiendo acerca de lo que sabe y conoce», dijo Hartung.

Al mismo tiempo, la nueva política de transferencia de armas bajo Trump, que alienta a los comerciantes de armas a ser más proactivos y alivia las restricciones a las manufacturas, persigue aumentar la competitividad de EE. UU. en el mercado mundial de armas y crear más empleos.

«Bajo esta administración, no habrá un defensor más activo de las ventas de EE. UU. que su propio gobierno», dijo Kaidanow.

Mientras tanto, los futuros acuerdos de armas para la coalición liderada por Arabia Saudí se harán cada vez más a través del canal comercial a medida que aumente la presión sobre EE. UU. para que ponga fin a su papel en la guerra, dijo Arabia.

El acuerdo más reciente de 195,5 millones de dólares con Arabia Saudí para tareas relacionadas con el sistema de defensa aérea Patriot, agregó, «probablemente se habría parado en el Congreso» si se hubiera tratado de un acuerdo a nivel de gobiernos.

Raytheon se negó a responder a las preguntas sobre la consideración de los derechos humanos y cualquier responsabilidad que puedan tener por las muertes de civiles en el Yemen. «No creo que tengamos nada para usted sobre eso», dijo un portavoz en respuesta a una llamada telefónica.

Lockheed Martin no respondió a varias solicitudes de comentarios sobre las mismas preguntas.

«Una alianza tácita»

La gran cantidad de armas y entrenamientos que EE. UU. proporciona a la coalición significa que tanto Arabia Saudí como los Emiratos Árabes Unidos dependen en gran medida de los estadounidenses para su esfuerzo de guerra en Yemen. Esto es especialmente cierto en el caso de los saudíes.

«Llevaría décadas», escribió Hartung en un informe reciente, «que el reino ‘se desenganchara’ de la dependencia del equipo, capacitación y apoyo de Estados Unidos».

Según el mismo informe , más de dos tercios de toda la flota lista para el combate saudí provienen de EE. UU. En noviembre de 2015, EE. UU. consiguió 1.290 millones de dólares en acuerdos para bombas, ojivas y kits de colas con guía láser porque los suministros saudíes estaban «agotados».

Estados Unidos también suministra la parte del león de las armas utilizadas por los Emiratos Árabes Unidos y ha entrenado a miles de sus soldados. Según Hartung, 78 de los 138 aviones de combate de los E.A.U. provienen de EE. UU.

Hartung dijo que cree que la retirada de todos los canales de apoyo militar a Arabia Saudí y a los E.A.U. «paralizaría su capacidad para librar la guerra en el Yemen [y] particularmente la guerra aérea indiscriminada».

En cambio, Hartung acusó a la administración de «poner [un] sello de aprobación sobre lo que están haciendo estos países» en el Yemen, donde en estos momentos cerca de 24 millones de personas necesitan asistencia humanitaria , miles han muerto de desnutrición relacionada con la guerra y más de 67.000 civiles y combatientes ha sido asesinados .

«Es esencialmente una alianza tácita», dijo.

Frank Andrews es un periodista de investigación integrado en Arab Reporters for Investigative Journalism (ARIJ). Sus trabajos han aparecido publicados en CNN International, Prospect Magazine y Lonely Planet. En la actualidad vive en Ammán, Jordania.  

Fuente:

http://www.middleeasteye.net/news/revealed-full-extent-us-arms-deals-saudi-arabia-and-uae

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.