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«El americano»: entre España, Argentina y el fusilamiento

Fuentes: Rebelión [Imagen: Manuel Arenas Guerrero]

Manuel Arenas Guerrero, apodado “El Americano” vivió durante dos décadas en Argentina hasta retornar a su tierra natal en Cádiz, Andalucía. Militante republicano y alcalde de Ubrique, su pueblo, fue fusilado y confiscados sus bienes por los franquistas.

Nació en 1888 en Ubrique, en la zona serrana de la provincia de Cádiz. Llegó en 1908 a Buenos Aires y luego se trasladó a Rosario.  

El padre, nacido en 1856 y de oficio viticultor, fue jefe del partido republicano local, concejal por esta minoría en el ayuntamiento y destacado miembro de la masonería. Tras conectar con la tradición republicana y anticlerical que desde la segunda mitad del siglo XIX existía en Ubrique, se inició en la logia local “América” en 1890 adoptando el nombre simbólico de “Proudhon”.

La institución masónica y el republicanismo representaban ideales de modernización y progreso, extendidos entre sectores liberales y propensos al anticlericalismo de la pequeña y media burguesía y las capas medias urbanas.

Fue motivo de la venida de Manuel a América que su familia se hallaba perseguida, por sus vínculos con la masonería, a través de una logia gaditana. También contribuyó que Manuel estaba a punto de ser llamado a filas para el servicio militar, lo que derivaría en un destino africano más que penoso. Existía el precedente de su hermano José, muy maltratado durante su prestación militar. A los 19 años ya había ingresado en la logia local, lo que lo colocaba entre los réprobos para las autoridades, al ratificar el legado familiar.

Una vez en Argentina Ingresó a una logia dependiente del Grande Oriente Español. Tras su residencia inicial en Rosario volvió a Buenos Aires, donde se convirtió en un próspero empresario de indumentaria, primero como comerciante con varias sucursales, a lo que luego agregó la propiedad de una fábrica de camisas.

De vuelta a España.

En 1925 emprendió un primer regreso a España, beneficiándose de un indulto otorgado por la dictadura de Miguel Primo de Rivera, que cancelaba la irregularidad de su situación militar. Luego de adquirir un molino, se instaló en su ciudad natal a principios de la década de 1930, con su esposa y su hijo, este último nacido en nuestro país.

En algún esbozo biográfico se lo caracteriza como un prototípico burgués ilustrado, partidario de una democracia avanzada. En su pueblo se convirtió en empresario panadero, y a través de su molino impuso una rebaja sustancial del precio del pan. También facilitaba pan y aceite gratis de su producción a las familias más pobres. Ésos eran el alimento básico de los pobres del sur de España, por lo que esa ayuda era vital.

Estas actitudes le granjearon enemistades de empresarios rivales. En cambio la medida era celebrada por las clases populares en la calle. Durante las fiestas de carnaval de 1932 era uno de los asuntos que sacaban las murgas en su repertorio, para festejar de esta manera la iniciativa de aquel “indiano” que había regresado a su pueblo.

Por su trayectoria de migrante enriquecido al otro lado del Atlántico y retornado a la península se lo empezó a conocer como “El Americano”.

Firme en sus convicciones, en 1934 se convirtió en presidente de Izquierda Republicana de la localidad de su residencia.

Fue designado concejal (miembro de la comisión gestora municipal) por su partido en febrero de 1936 y se ocupó de temas de hacienda. Su gestión en el ayuntamiento se orientó también a efectuar mejoras en las escuelas públicas y aumentar el presupuesto de Educación.

También se dedicó a recuperar la simbología republicana. Ésto se tradujo en el cambio de nombre de calles y otros lugares públicos, dándole denominaciones que homenajeaban a personas y acontecimientos de sentido liberal progresista y republicano.

También se encaminó a profundizar en la medidas tendientes a hacer efectiva la separación entre Iglesia y Estado encauzando de esta forma los sentimientos anticlericales de una parte de la población.

En esa línea “El Americano” intervino para apoyar una iniciativa tendiente a exigir la retirada de los símbolos religiosos de cualquier edificio de la vía pública. Asimismo proponía que el ayuntamiento no se hiciera cargo de las luces que no fuesen destinadas al alumbrado público, en clara referencia a los edificios religiosos. Además, los gestores de Izquierda Republicana conseguían que se solicitara al Estado la cesión gratuita de una ermita de la localidad considerada en ruinas para su demolición y aprovechamiento por el municipio.

El mandato de esa corporación estuvo muy condicionado precisamente por la problemática anticlerical, que derivó en el mes de abril en la destrucción de obras religiosas y del mobiliario de los templos de la localidad. El ayuntamiento se encontró desbordado por estos acontecimientos y en esa coyuntura se recurrió a la figura integradora de Arenas Guerrero, que fue nombrado alcalde el 10 de julio de 1936. Sólo unos días después estallaba el golpe.

Producido el alzamiento, se constituyó un comité de defensa, en el que Arenas no tomó parte. Tras una resistencia inicial exitosa, Ubrique cayó el 27 de julio en manos de los sublevados, que desataron una dura represión.

“El Americano” fue apresado junto su familia. Fue encarcelado y torturado en los calabozos municipales. Lo fusilaron el 15 de agosto en el cementerio de la vecina localidad de Benaocaz, junto con otras 17 personas. Fue enterrado allí mismo en una fosa común.

Su hijo de 19 años también iba a ser fusilado, y marchaba atado camino a su ejecución, pero los vecinos reclamaron que poseía la ciudadanía argentina y fue liberado ese mismo día.

 Desde entonces El Americano, ejecutado  sin formación de causa y enterrado sin el procedimiento judicial de levantamiento de cadáver, será oficialmente un desaparecido. A su trágica muerte siguió el silencio y el olvido.

Los sobrevivientes, de nuevo en Buenos Aires.

En 1938 el cónsul argentino le solicitaba al nuevo alcalde de Ubrique información sobre el paradero de Arenas Guerrero, sin recibir respuesta. Todos sus bienes fueron incautados por un edicto de octubre de 1936. Su hijo y su esposa pudieron retornar a Argentina.

La viuda y el hijo de El Americano, tras llegar a Buenos Aires, emprendieron una nueva vida. Decididos a no volver jamás a un país que se había mostrado tan ingrato, liquidaron las últimas propiedades que habían conservado en España, rompiendo de esta forma los últimos lazos que le quedaban en Ubrique. Por lo que su rastro se perdió, incluso para sus propios familiares españoles, durante setenta años.

Hasta que por fin, en octubre de 2006, familiares de un lado y otro del Atlántico consiguieron reanudar los contactos que la guerra interrumpió.

Tras este reencuentro intentan reconstruir su historia. Hoy sabemos que el hijo de “El Americano”, Manuel Arenas Dufour, se casó en 1941 en Argentina con una española de origen gallego, Lourdes Sánchez Castro, y tuvo un hijo. Vivieron en la localidad de Banfield, a unos 20 kilómetros de Buenos Aires en una casa que había adquirido años atrás “El Americano”. Trabajó durante algún tiempo en la empresa General Electric y posteriormente tuvo un comercio en su propio domicilio, dedicado a la venta de materiales eléctricos y reparación de radios y televisores.

Y aunque nunca llegó a cursar la carrera de ingeniero industrial, que tenía previsto iniciar en 1936, se preocupó durante toda su vida de formarse y aprender cosas nuevas. Sabemos también que pese al tiempo y la distancia, no olvidó nunca el entorno ubriqueño puesto que, según cuentan sus descendientes, solía acudir todos los años a las sierras cordobesas cuyos paisajes le recordaban los de la serranía gaditana que siempre conservó en su retina. Murió en Banfield el 29 de agosto de 1987. La viuda de “El Americano”, María Dufour, que siempre vivió con su hijo, había fallecido en la misma ciudad once años antes, en agosto de 1976.

Un descendiente del alcalde sentenciado, Antonio Morales Benítez, historiador, ha escrito una completa y rigurosa narración de su recorrido existencial.

Reparación tardía pero indispensable.

Durante 2016 y en cumplimiento de los lineamientos previstos en la Ley de Memoria Histórica, en el ayuntamiento de Ubrique se votó la proposición de:

  • Declaración oficial del Ayuntamiento de Ubrique, de reconocimiento a los ediles de la Segunda República de esta corporación que sufrieron represalias tras el golpe militar contra el régimen constitucional.
  • Reconocimiento de estos ediles ofrecido a sus familiares descendientes en un acto institucional.
  • Colocación de una placa en un lugar destacado de las dependencias municipales con los nombres de los ediles represaliados y un texto de reconocimiento.
  • Conmemorar anualmente el presente reconocimiento en la forma en que se determine.
  • Conferencia de Antonio Morales Benítez, doctor en Historia y descendiente del último alcalde republicano de Ubrique, Manuel Arenas Guerrero “El Americano”.

Se genera así una acción reparatoria que comprende a “El Americano” dentro de un conjunto de legisladores locales republicanos que sufrieron diferentes represalias a manos de los sublevados contra la República.

Fuentes:

Jerónimo Borágina. Diccionario de voluntarios de Argentina en la guerra civil española. Ediciones Bonaerenses 2023.

Entrada correspondiente del sitio web de la “Casa de la memoria de la Sauceda”, institución de memoria histórica de la zona conocida como “Campo de Gibraltar.” Disponible en casamemorialasauceda.es/2019/12/06/manuel-arenas-guerrero-de-la-emigracion-en-argentina-a-la-actividad-masonica-y-republicana-en-andalucia-donde-fue-fusilado-por-los-golpistas/

Entrada correspondiente del sitio web de la Real Academia de la Historia. https://dbe.rah.es/biografias/74713/manuel-arenas-guerrero

Antonio Morales Benítez. “Último alcalde republicano de Ubrique, Manuel Arenas Guerrero ‘El Americano’” en Santiago Moreno Tello (ed.) La destrucción de la democracia. Vida y muerte de los alcaldes del Frente Popular en la provincia de Cádiz. Vol. 1.  Junta de AndalucíaDirección General de Administración Local, 2012. Disponible en https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/libro_alcaldes_cadiz_volumen_ii.pdf

Esta nota es resultado de la preparación de la columna del autor en el programa Memoria en rojo, amarillo y morado, a emitirse por Radio Caput el 18/04/2024.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.