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Siria

El ataque de EEUU sólo busca proteger sus intereses en la región

Fuentes: Periódico En lucha / Diari En lluita

La oposición del pueblo sirio al gobierno no es un hecho tan reciente como pueda parecer. Desde que en el año 2000 Bashar al Assad sucediera en el poder a su padre, Hafez, el movimiento se ha ido gestando, si bien realmente no ha tomado una gran relevancia hasta el contexto de las revoluciones árabes. […]

La oposición del pueblo sirio al gobierno no es un hecho tan reciente como pueda parecer. Desde que en el año 2000 Bashar al Assad sucediera en el poder a su padre, Hafez, el movimiento se ha ido gestando, si bien realmente no ha tomado una gran relevancia hasta el contexto de las revoluciones árabes.

Lo que viene sucediendo desde hace más de dos años en Siria -ataques a la población civil, que en un principio se manifestaba de forma pacífica contra un empobrecimiento cada vez mayor, la falta de derechos democráticos, etc. Tampoco son un hecho desconocido: desde los países árabes hasta el 15M, cuando un pueblo se manifiesta, lucha y abre las posibilidades de un verdadero cambio social, el sistema y las clases dirigentes utilizan la represión que sea necesaria para frenar las movilizaciones.

Ante este posible cambio que se está produciendo en todo el globo, que tumba dictaduras, como en Egipto, y que consigue frenar algunas políticas de austeridad, como las huelgas en Grecia, la clase dirigente debe estar alerta y reforzar su posición dominante. Es en este marco en el que Estados Unidos plantea lo que se denomina como » intervención quirúrgica » y que no es otra cosa que un pequeño toque de atención al régimen sirio por haber cruzado la línea roja de las armas químicas -que han provocado cerca de 1.500 muertes-, pero dejando algo claro: antes Asad que una revolución.

Esta intervención supondrá añadir a la ya larga cifra de miles de personas muertas, unos miles más. Su única finalidad es, por una parte, presionar para que al-Asad dimita y estrechar las relaciones con Occidente, y, por otra, hacer una exhibición de su poder para reafirmar su posición como potencia política y militar, posición que se ha visto amenazada en varias ocasiones.

Ante la intervención de EEUU en Siria o en cualquier otro lugar, tenemos que decir bien alto «no a la guerra». En este punto debemos tener claro cuáles son los papeles en la contienda: oponernos a la intervención no puede suponer nunca defender el régimen sirio ni dejar de denunciar las políticas neoliberales perpetradas por al Asad y la represión brutal que está ejerciendo contra un pueblo que se levanta. La violencia no está en la población siria que ha tomado las armas -como también está ocurriendo en otros países de Oriente Medio-, la violencia reside en un sistema que prioriza los intereses de una pequeñísima minoría frente a los de la mayoría de la población y que no tiene ningún pudor a la hora de frenar las tentativas de cambio de la manera que sea.

Por ello, debemos reactivar y refrescar las plataformas antiguerra que surgieron en 2003 en todos los países, llenarlas de análisis y de fuerza porque, como ha ocurrido con Cameron en Gran Bretaña, podemos frenar la actuación militar. Ni al Asad ni EEUU: todo el poder para el pueblo de Siria.

Luna Rodríguez es militante de En lucha / En lluita

Fuente: http://enlucha.org/site/?q=node/18949