La muerte por enfermedad grave del cubano Wilfredo Soto fue aprovechada para fabricar una mentira más que dejó al desnudo la desinformación practicada por la gran prensa comercial europea, latinoamericana y estadounidense e incluso dejó mal parado al presidente Barack Obama quien se pronunció acerca de un suceso inexistente según denunció el periódico habanero «Granma». […]
La muerte por enfermedad grave del cubano Wilfredo Soto fue aprovechada para fabricar una mentira más que dejó al desnudo la desinformación practicada por la gran prensa comercial europea, latinoamericana y estadounidense e incluso dejó mal parado al presidente Barack Obama quien se pronunció acerca de un suceso inexistente según denunció el periódico habanero «Granma».
Quienes se han auto bautizados como «disidentes» propalaron la especie de que Soto, a quien le pusieron también aquel remoquete, había fallecido como efecto de golpes propinados por policías en circunstancias de que murió en un hospital por efecto de una pancreatitis aguda. Lo de la golpiza fue un deliberado invento, aunque ello no influyó en el matutino «El País» (Madrid) que tituló:»Muere un disidente cubano tras recibir una paliza de la policía castrista»(8/5/11). Su gemelo de Santiago de Chile, «El Mercurio» a su vez escribió: «Oposición cubana denuncia muerte de un disidente tras golpiza de la policía» (9/5/11)
De esa manera se pretendió reeditar lo sucedido en marzo de 2010 con el suicida Orlando Zapata que fue objeto de un festival de falacias en el que también participó el presidente de Estados Unidos. Ahora, señaló «Granma», «Con toda desvergüenza, pujaron por convertir una pancreatitis en un asesinato político.»Con seguridad la de ahora tampoco será la última inexactitud pues en los hechos la tergiversación acerca de la Revolución Cubana nació el mismo año de la victoria en 1959 y ha proseguido por medio siglo.
Colocándose en plan de vocero de los auto exiliados cubanos de Miami, Obama declaró el 24 de marzo de 2010 que pedía «la inmediata liberación e incondicional liberación de todos los presos políticos en Cuba (sic)». Con esa postura matonesca, el presidente se marginó por completo de las advertencias que en 2009 le planteó Jonathan Farrar, entonces jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, quien le informó que «La oposición cubana no era más que un grupo desconectado de la sociedad y más preocupado de conseguir dinero que en llevar sus propuestas a sectores más amplios de la sociedad».(del informe revelado por WikiLeaks)
Muy pronto pues, Obama se insertó en la ya tradicional y majadera palabrería de presidentes y aspirantes a esa jefatura practicada en Miami para lograr los votos de la gusanería. En marzo de 1992 se pudo leer en «The Miami Herald» un escrito firmado por George Bush (padre).quien sin el menor rubor por una evidente violación del derecho internacional afirmó:
«Nos proponemos seguir presionando a Cuba en el frente económico. Hace varios meses pusimos en práctica varias medidas para fortalecer el embargo y restringir aún más la capacidad de Castro de obtener divisas fuertes». Luego una joyita intervencionista: «Estamos firmemente comprometidos a proporcionar noticias imparciales y objetivas (cursivas nuestras) al pueblo cubano a través de .las emisiones de Radio y Televisión Martí».Como es sabido, esas estaciones violan los convenios internacionales sobre el espacio aéreo y el uso del espacio radioeléctrico.
Derrotado por Clinton, Bush se quedó con las ganas..
En 1996, un fracasado aspirante a la Casa Blanca , el senador republicano Robert Dole dijo con desparpajo en un discurso de Miami que si lograba la presidencia «derrocaría al gobierno cubano».Ante tal amenaza o estulticia, hubo reacción oficial al tenor de un despacho de France Presse: «Mike Curry, vocero de la Casa Blanca dijo que Dole tiene ahora que explicar cómo se propone derribar a Castro y se preguntó si pretende invadir la isla o continuar la política de Clinton»(20-5-96)
La primera o relevante mentira acerca de Cuba ocurrió a propósito del fracasado plan de invasión ocurrido en abril de 1961 y que tuvo como escenario físico a Playa Girón. Fue el debut de fantásticos inventos lanzados por las agencias internacionales de noticias, como Untes Internacional (UPI) según la cual los invasores avanzaban triunfantes ante el aplauso popular…En la realidad, los agresores casi ni pisaron tierra cubana, sus embarcaciones fueron destruidas y en menos de setenta y dos horas se rindieron más de un millar de «invasores».
La distorsión noticiosa ha sido una constante en la prensa comercial-conservadora del orbe. En los años iniciales de los años noventa del siglo pasado esta característica se recrudeció con ocasión del derrumbe del socialismo en la ex Unión Soviética y en otras naciones europeas. Entonces, desde Londres hasta Washington se aseguraba que el capitalismo-llamado eufemísticamente democracia- regresaría con toda seguridad a Cuba. En Miami, mucha gente de origen cubano hizo el ridículo planteándose fabulosos proyectos ante un eventual regreso a la isla.
Sin embargo, a partir de 1993 los oráculos sobre el derrumbe del socialismo en Cuba, escasean o son más cautos. Después de haber engañado a lectores, radioescuchas y televidentes, algunos medios tratan de explicarse algo de la realidad cubana y al efecto adoptan el mecanismo de enviados especiales al terreno. Tal es el caso del Grupo de Diarios de América (GDA), una filial de la SIP que en conjunto envían a La Habana a Leonarda Reyes.
La versión de Reyes, titulada ¿Por qué todavía no cae Fidel?, se inserta en «El Mercurio» el 9 de octubre de 1993, y hace un amago de objetividad cuando intenta entregar versiones distintas a las habituales de la «gran prensa», mas finalmente su dogmatismo y maniqueísmo, en el sentido de que sólo el capitalismo es «bueno» y el socialismo «malo» le impiden presentar un cuadro razonado de la situación. En 1993, la crisis de la economía cubana es seria y así lo dice Reyes, pero no menciona las causas básicas, léase, el bloqueo de Estados Unidos y el incumplimiento de convenios de países ex socialistas.
Pese a ello en su reportaje hay explícito reconocimiento de algunas realidades de la época, a saber:
– Nadie pudo probar ante la enviada especial que existiera represión en contra de opositores;
– Los líderes de movimientos opositores tienen escasa presencia. Pocos cubanos saben de la existencia de estos grupos que son mencionados en el extranjero. Ellos mismos no saben cuantos son porque aparecen o desaparecen, o son tan pequeños que no pasan de círculos familiares o de amistades. (sic)
Otra alza en el disparatero hacia Cuba emerge en 1996 con oportunidad de una seria enfermedad que afecta a Fidel Castro y de nuevo se distingue por el embuste. El 8/10/06 «El Mercurio» titula «Fidel Castro tendría un cáncer terminal» y atribuye la afirmación a «Informaciones de Inteligencia de Estados Unidos».Para remate, un recuadro destacado: «El gobierno de Estados Unidos se ha estado preparando para la muerte de Fidel Castro por casi medio siglo desde que en 1959 se instaló en el poder.
Esta vez , prosigue, el gobierno del presidente George W. Bush ha establecido un grupo de «emergencias» (comillas original) para coordinar las políticas una vez que el octogenario líder cubano muera».
¡Tamaña confusión entre deseos y realidades!
El mismo cotidiano insiste el 16/12/06:
Epígrafe: John Negroponte, jefe de la Inteligencia estadounidense
Título: «A Fidel sólo le quedan «meses» de vida (comillas original)
Texto: » John Negroponte afirmó al diario de Washington Post que el presidente cubano Fidel Castro está grave y cerca de morir.
Habrá percibido el lector que si algunos estaban totalmente desinformados eran justamente los sectores del espionaje norteamericano pues en 2011 nosotros y millares continuamos leyendo los excelentes escritos que casi a diario produce Fidel Castro Ruz.