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El congresista Connie Mack tiene historial de vínculos con la red de Posada Carriles

Fuentes: Rebelión

El congresista norteamericano Cornelius McGillicuddy alias «Connie Mack IV» que hace poco instaba a asesinar al Presidente venezolano Hugo Chávez, y que ahora dice tener como meta incluir a Venezuela en la lista de países terroristas del Departamento de Estado, tiene un largo historial de relaciones con los círculos extremistas cubanoamericanos asociados al terrorista internacional […]

El congresista norteamericano Cornelius McGillicuddy alias «Connie Mack IV» que hace poco instaba a asesinar al Presidente venezolano Hugo Chávez, y que ahora dice tener como meta incluir a Venezuela en la lista de países terroristas del Departamento de Estado, tiene un largo historial de relaciones con los círculos extremistas cubanoamericanos asociados al terrorista internacional Luis Posada Carriles.

En 1989, el propio padre del representante para el distrito 14 de la Florida, el Senador Connie Mack III (McGillicuddy), y la entonces candidata al congreso Ileana Ros-Lehtinen fueron los políticos que llevaron la campaña para la liberación en EE.UU. del terrorista Orlando Bosch, el jefe de la organización terrorista internacional CORU.

Bosch y Posada Carriles fueron quienes ordenaron, organizaron y financiaron en Caracas, en 1976 la destrucción en pleno vuelo de un avión civil cubano, provocando la muerte de sus 73 ocupantes.

Ros-Lehtinen, entonces senadora estatal de la Florida que buscaba ser elegida al puesto del fallecido representante federal Claude Pepper, encabezó con Mack la operación a favor de Bosch al lado de Jeb Bush que luego será Gobernador de la Florida.

Lo hizo junto también con Raúl Cantero, abogado de Bosch y nieto del dictador cubano Fulgencio Batista que Jeb nombró más tarde juez de la Corte suprema de la Florida.

Y hasta con una visita de apoyo en Miami del Presidente George Bush padre que caucionó la maniobra,

Mack padre y Ros-Lehtinen fueron hasta calificar públicamente de «héroe» al Jefe de la CORU, la organización terrorista cubanoamericana que más daños causó en el último siglo de guerra sucia de EE.UU. contra Cuba.

EJECUTÓ LAS ORDENES DE LA FNCA TERRORISTA CONTRA CUBA

Orientado por Jorge Mas Canosa, el propio jefe CIA de la Fundación Nacional Cubano Americana, (FNCA) cuyas actividades terroristas se revelarán en los años siguientes, Connie Mack III propuso al Senado de Estados Unidos, el 20 de julio de 1989, una «iniciativa» que resultó aprobada, que prohibía a las compañías subsidiarias de firmas norteamericanas comerciar con Cuba. Esta enmienda extraterritorial fue anulada por el Departamento de Estado meses más tarde, por protestas de los socios comerciales de Estados Unidos. La idea de la enmienda Mack luego se transformó en la Ley Torricelli, que va más allá, afecta hasta los buques que toquen puertos cubanos, y en la Ley Helms-Burton, que completa un marco legal genocida que sigue afectando cruelmente la economía cubana y la existencia de los 11 millones d habitantes de la Isla.

El 4 de junio de 1991, Mack III, en conferencia de prensa junto a Mas Canosa, instó al presidente George Bush padre a presionar a la Union Soviética para que no se construye en Cuba un central nuclear.

En 1996, Mack integra el Comité para la Transición en Cuba del Instituto Republicano Internacional, que dirigía entonces Jeb Bush, al lado del agente CIA Frank Calzón, Pepe Cárdenas (de la FNCA ), Elliot Abrams, Lincoln Díaz-Balart, Daniel Fisk, Jeanne Kirkpatrick, Otto Reich, Roger Noriega. Peter «CIA» Goss y Adolfo Franco (hasta el fraude, director de USAID). Todos individuos que tienen un pasado vinculado de una forma u otra a los servicios secretos de EE.UU.

En el 2000, «papa» Mack tuvo una nueva oportunidad de exhibir la extensión de sus lazos con la mafia cubanoamericana cuando manejo otra «iniciativa», a nombre de la FNCA, esta vez para para despojar en el Congreso al padre del niño Elian Gónzalez su derecho a hablar sobre asuntos migratorios a nombre del menor de 6 años.

Se sabe hoy como la FNCA, en este mismo periodo, estuvo patrocinando al terrorista Luis Posada Carriles quién dirigió en 1997 la campaña de atentados de La Habana y luego fue arrestado, en noviembre del 2000, en Panamá mientras conspiraba, otra vez, un intento de magnicidio del presidente cubano Fidel Castro. Arrestado y condenado, fue indultado por la presidenta mafiosa Mireya Moscoso, otro miembro de la misma fauna.

DE TAL PALO, TAL ASTILLA

Fue con el mismo furor derechista que el hijo del senador, Connie Mack IV (el cuarto del nombre) entró a la Cámara de Representantes en 2005. Recogió el escaño de Fort Myers, Florida, cuando el anterior representante Porter Goss fue nombrado jefe de la CIA. En 2010, fue reelegido por un margen microscópico.

Ahora designado formalmente como Presidente de la subcomisión para el hemisferio occidental de la Cámara Baja, por la propia Ros-Lehtinen, solicita la inclusión de Venezuela en la «lista negra» de «patrocinadores del terrorismo».

El propósito es por supuesto provocar sanciones contra Venezuela y castigar económicamente a un país que se niega a someterse al dominio imperial de Estados Unidos.

No se trata de la primera crisis de histeria de Mack contra Venezuela: se opuso hasta a la existencia de Telesur (agosto de 2005) que considera una «amenaza» para Estados Unidos, e incluso logró conseguir apropiaciones presupuestarias para financiar otra televisora destinada a contrarrestarla y sobornar a periodistas. Hoy es el padrino de una «iniciativa» similar PARA crear una «Radio Marti» venezolana apoyada sobre la «falta de libertad de expresión» en Venezuela, tema vehiculado por la ultra derecha.

25 MIL DOLARES PARA IR AL SOCORRO DE MICHELETTI

En 2009, en un show extremo de convicciones ultraderechistas, Mack, Ros Lehtinen y otros dos legisladores conservadores -Brian P. Bilbray (California) y Dana Rohrabacher (California) que aprovechó para atender sus negocios- se gastaron 25 mil dólares de los contribuyentes estadounidenses extenuados, en viajes a Honduras para apoyar al régimen de Roberto Micheletti.

Inmediatamente, tras arribar a Tegucigalpa, Mack se entrevistó sin escrupuo alguno con Micheletti, la vicecanciller Martha Lorena Alvarado y la diputada Marcia Facussé de Villena, prima donna del régimen.

El encuentro cuyo contenido quedó secreto, duró unas cuatro horas.

En este apoyo altamente mediático a la dictadura policiaca-militar hondureña, Connie Mack fue hasta pedir que se recorte los fondos estadounidense que representan más del 60% del presupuesto regular de la OEA aún a pesar de los esfuerzos de su secretario general para dar cierta legitimidad a Micheletti. Para el congresista, la OEA era una «peligrosa organización» que se puso «del lado del populismo del presidente Hugo Chávez para socavar la democracia» en el hemisferio.

Mack, siendo el republicano de más alta categoría en el Subcomité del Hemisferio Occidental, instó entonces a la OEA «respetar la Constitución hondureña y la autoridad de la ley».

Insistió para atacar a Venezuela y a su líder: «Es claro que la OEA y el secretario general José Insulza reciben órdenes de Hugo Chávez. Chávez no descansará hasta que su amigo y discípulo, Manuel Zelaya, sea impuesto de nuevo y a la fuerza en el poder. El líder venezolano sigue usando la OEA como un instrumento para invalidar el deseo general del pueblo hondureño».

Comparando al régimen de Micheletti al sistema político norteamericano, afirmó que «los hondureños quieren vivir en la libertad, y ellos buscan los mismos ideales que nosotros tenemos: libertad, seguridad y prosperidad. Los Estados Unidos deben estar de pie con los hondureños mientras ellos trabajan para alcanzar este objetivo».

EN LA CUMBRE FASCISTA DEL CAPITOLIO, AMENAZA DE MUERTE A CHAVEZ

El 17 de noviembre último, cuando tuvo lugar en pleno Capitolio de Washington un seminario preparatorio de la nueva ofensiva desestabilizadora ultraderechista en América Latina, Mack aparecía entre los anfitriones al lado de Ileana Ros-Lehtinen (hoy presidenta del Fondo de Defensa de Luis Posada Carriles, creado estos últimos días en el restaurante Versailles de Miami).

En esta singular reunión de ultraderechisttas estadounidenses y latinoamericanos se congregaron personas que han tenido vínculos con el terrorismo y en muchos casos con golpes de Estado e intentos de magnicidio ocurridos en América Latina. En su intervención, sentado al lado de Otto Reich, Roger Noriega y varios otras «personalidades» de extrema derecha, Mack sugirió expresamente atentar contra el mandatario venezolano. «Yo diría, este congresista (Mack), ya es un asesino confeso o un conspirador confeso del hermano presidente de Venezuela, Hugo Chavez, si algo pasa con la vida de Hugo Chávez, el único responsable será este congresista de Estados Unidos», comentó luego el Presidente boliviano Evo Morales al enterarse de las amenazas de Mack.

La arenga de Mack es paralela a varias incitaciones y alusiones al asesinato del líder cubano Fidel Castro que sí fue víctima de numerosos intentos de magnicidio, todos urdidos desde Miami con la complicidad de la CIA, y cuyos actores, tales como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Guillermo Novo Sampol, Pedro Remón, Gaspar Jiménez, Armando Valladares y muchos más apoyan hoy activamente a conspiradores de los países atacados y difamados en la cumbre fascista.

Con el asesinato de John F. Kennedy hasta el intento de magnicidio contra Evo Morales en Santa Cruz, en el 2009, y el intento de golpe de Estado contra Rafael Correa en el 2010, siempre la mafia cubanoamericana asociada a la CIA es parte del guiòn de la conspiraciòn.

En el Congreso, Mack es el aliado más firme del grupo de congresistas FNCA-Posada integrado por los representantes Ileana Ros Lehtinen, Mario Díaz Balart, Albio Sires y David Rivera y los senadores Robert (Bob) Menéndez y Marco Rubio. El grupo promueve en la Cámara de Representantes y en el Senado la agresión militar y económica contra Cuba y Venezuela y ataca con furia a los países latinoamericanos que se resisten al dominio norteamericano.

Un detalle más: el sitio web cubadebate.cu reporta como hace unos días, cuando se presentó en Miami, en «La peña de El Versalles», frente al restaurante del mismo nombre en la Calle 8, un acto para crear un Fondo Legal Luis Posada Carriles, se anunció en presencia del terrorista, que la «madrina» de Connie Mack en el Congreso, Ileana Ros-Lehtinen aceptó ser la Presidenta de Honor de esta «iniciativa» a favor del viejo asesino.

Cubadebate da acceso al video de la reunión mafiosa donde se oye, en el minuto 5:52, a Luis Conte Agüero, presentador del «Fondo» anunciar con alegría: «Presten atención a quienes integran nuestra cuerpo de directores: Senador Marco Rubio, Congresista David Rivera…» y luego en el minuto 7:09: «Y la Presidenta de Honor, que aceptó el cargo en una ceremonia, Ileana Ros-Lehtinen…»

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.