El periodista John Carlin, que ha tenido un gran éxito con su libro El factor humano, ha dado con una barrera. No para el libro ni para la película, que, con el título de Invictus, está dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman. El filme se basa en la extraordinaria historia deNelson Mandela, […]
El periodista John Carlin, que ha tenido un gran éxito con su libro El factor humano, ha dado con una barrera. No para el libro ni para la película, que, con el título de Invictus, está dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman. El filme se basa en la extraordinaria historia deNelson Mandela, vinculada en este caso a la repercusión social que tuvo el triunfo de la selección de Suráfrica en la final del Mundial de rugby de 1995.
La barrera es política, y no precisamente surafricana, sino española. Carlin, colaborador de El País y autor de reportajes publicados en The New York Times y The Observer, había pactado hacerle una entrevista a Arnaldo Otegi en la cárcel. La idea era muy buena, y más teniendo en cuenta que Carlin no es precisamente aberzale. El resultado de la entrevista, si pensamos en la categoría del periodista, habría sido un documento magnífico y penetrante sobre la apuesta que la izquierda aberzale ha hecho, públicamente, para utilizar exclusivamente vías pacíficas. Así lo declaró el líder vasco ante el juez.
Pero el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba ha dicho que no. Ha puesto una barrera a la aproximación de un periodista de prestigio a un mundo tan discutido como poco -o mal- conocido. No dudo de que tiene razones para imponer la prohibición. Lo que dudo es que la prohibición sea un acierto. Sería interesante y aleccionador conocer el factor humano que explica la existencia y la posición política de Otegi y los suyos.
Nos sobran discursos oficiales y el miedo a saber. Nos faltan informaciones directas. Carlin es un informador responsable. Lástima que le hayan dicho que no.