Ahí vienen los rusos («The Russians Are Coming»)
Lamentablemente, en ocasiones los medios de comunicación solo sirven como voceros de los grandes apostadores en este casino que es el mundo. Ahora, todos invocan al fantasma que se ha liberado, la más reciente (y quizá no tan reciente) creación de la propaganda: la intervención de los servicios de inteligencia rusos para que Donald Trump ganara en las recientes elecciones presidenciales, de acuerdo con filtraciones anónimas de funcionarios de los órganos de inteligencia estadounidenses (en especial, la CIA) a The Washington Post y el New York Times, publicadas el viernes, 9 de diciembre en la noche (las dos el mismo día), sin mostrar evidencia alguna. Sean o no ciertas las revelaciones, el periodista Glenn Greenwald califica adecuadamente estos reportajes como un ejemplo del clásico y oscuro periodismo estadounidense del peor tipo.
Según la información revelada, los funcionarios de la CIA habrían comunicado sus conclusiones a algunos senadores la semana pasada en una reunión a puerta cerrada. Por su parte, Trump ha vuelto a descartar la supuesta intervención de Rusia en su más reciente entrevista para la revista Time, y posteriormente le dijo a Chris Wallace de Fox News: «No estoy seguro que la CIA haya hecho esto público, fue el Partido Demócrata». La guerra de fuerzas continúa.
Mientras tanto, el presidente Barack Obama ya ordenó que se le entregue un informe antes de que finalice su mandato. De igual manera, los legisladores en la Cámara de Representantes y el Senado han informado que realizarán sus propias indagatorias para conocer la gravedad del caso. El ataque político es evidente. El objetivo, como lo reconoce Trump, es deslegitimarlo como presidente electo. La pregunta es… ¿qué tanto lo que se ha revelado es verdad?
Para darnos una idea, reproducimos algunos fragmentos de una carta pública que aproximadamente cuarenta miembros del Colegio Electoral estadounidense han firmado y le enviaron el lunes al Director de Inteligencia Nacional, James Clapper:
«La comunidad de inteligencia de Estados Unidos ha concluido con seguridad que una potencia extranjera, a saber, Rusia, actuó encubiertamente para interferir en la campaña presidencial con la intención de promover la candidatura de Donald Trump.
«[…] Las denuncias de que Donald Trump estaba recibiendo asistencia de una potencia extranjera hostil para ganar la elección se dieron durante los meses previos al día de las elecciones. Cuando se le presentó información de que el gobierno ruso estaba interfiriendo en la elección, Donald Trump lo rechazó, se negó a condenarlo, tanto en reuniones privadas como en declaraciones públicas, y continuó aceptando su ayuda.
«La actitud de Trump de no tener en cuenta las conclusiones hechas por la comunidad de inteligencia, así como su continua defensa de Rusia y el presidente ruso, Vladimir Putin, exigen un escrutinio y deliberación estrechos del Colegio Electoral.
«Además de la negativa del Sr. Trump a aceptar la participación de Rusia en las elecciones, la comunicación que hubo entre miembros del equipo de campaña de Trump y las personas asociadas con dicha interferencia electoral causan serias preocupaciones que deben abordadas antes de que emitamos nuestros votos. El hombre de confianza de Trump, Roger Stone, confirmó durante la campaña que estaba en comunicación extraoficial con el fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien es responsable de publicar gran parte de las comunicaciones demócratas, e indicó que era consciente del contenido que se había hackeado, incluso antes de su lanzamiento. El consejero de política exterior de Trump, Carter Page, habría visitado Moscú en julio de este año, justo antes de que se dieran a conocer las comunicaciones hackeadas del Comité Nacional Demócrata (DNC), se cree también que se reunió con el asesor de Putin que estaría a cargo de la inteligencia rusa que ha intervenido en las elecciones estadounidenses. Page regresó a Moscú esta semana, y afirmó haberse reunido con empresarios y otros líderes rusos.
«Además del comportamiento de Donald Trump y sus asesores, las revelaciones sobre su participación con el gobierno ruso durante el curso de la campaña exigen una investigación más profunda, y que se revelen las conclusiones de todas las investigaciones anteriores o en curso:
» – Funcionarios del gobierno ruso revelaron que habían mantenido contacto con los miembros de campaña de Trump durante las elecciones y declararon que conocían a la mayoría de las individuos asociados con el Sr. Trump.
» – Funcionarios de inteligencia estadounidenses informaron que investigaban al consejero de política exterior de Trump, Carter Page, en lo que respecta al viaje a Moscú durante la campaña.
» – El FBI inició una investigación sobre los socios de Trump, después de que se informó de una relación comercial multimillonaria que tenía con empresarios que favorecían a Putin en Ucrania y Rusia, al tiempo que se informaba de un esfuerzo para influir en la opinión pública estadounidense respecto del gobierno ucraniano, que favorece a Putin.
» – Michael Flynn, asesor de la campaña de Trump y próximo Asesor de Seguridad Nacional, viajó a Rusia en diciembre de 2015 para participar en un evento de gala celebrado por RT [Russia Today], una red de propaganda controlada por el estado, en la que estuvo sentado junto al presidente ruso Vladimir Putin.
«Los miembros del Colegio Electoral necesitan saber si hay investigaciones en curso sobre los vínculos entre Donald Trump, los miembros de su campaña o asociados, y la interferencia del gobierno ruso en la elección, el alcance de esas investigaciones, hasta qué punto han llegado y quién está involucrado en las mismas. Exigimos además una sesión informativa sobre sus conclusiones, ya que estos asuntos afectan directamente nuestras deliberaciones acerca de si el Sr. Trump es apto para servir como Presidente de los Estados Unidos.
«[…] Esperamos que la información y las acciones descritas en esta carta se proporcionen de manera expedita, de manera que podamos cumplir con nuestro deber constitucional como electores.
La carta no tiene desperdicio. Los miembros del Colegio Electoral deben votar el próximo lunes, 19 de diciembre. Las acusaciones, por supuesto, son graves y no deben tomarse a la ligera… en caso de que se muestre evidencia, todo lo cual podría llevar a un escalada internacional entre los dos países. El hecho, sin embargo, es que hay una línea dura en todos los niveles del gobierno estadounidense que planea mantener la confrontación con Rusia, independientemente de la postura que tenga el próxima administración de Donald Trump. Algunos de ellos provienen del mismo Partido Republicano (fuego amigo), como el senador por Arizona y ex-candidato presidencial, John McCain, y el también senador por South Carolina, con una retórica verdaderamente inflamante, Lindsey Graham.
Lo más sencillo, como lo proponen los periodistas Jeremy Scahill y Jon Schwarz, sería que el presidente Obama desclasificara toda la información que tiene de las posibles intervenciones de agentes rusos y se discutieran los hechos públicamente, pero no olvide, estimado lector, que esta guerra es también por mantener desinformada a la mayoría de la población de las cuestiones realmente trascendentes. El problema es que se trata de una guerra del siglo XXI y por eso, sitios como The Intercept promueven la filtración anónima de cualquier información relacionada a través de sus servidores. Ahora, la guerra es un juego de muchos.
Finalmente, habrá que recordar que el gobierno de EU ha intervenido en elecciones alrededor el mundo, especialmente en América Latina, desde mediados del siglo pasado. El tiempo los alcanzó y ahora, prueba de su debilidad global en la actualidad, les toca que un gobierno extranjero meta las manos en sus propias elecciones. Vaya ironías de la vida.
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