Traducción libre para Rebelión de Susana Merino
El gobernador de Wisconsin ganó en su decisión de despojar a los trabajadores públicos de casi todos sus derechos laborales colectivos. Fue el martes luego de tres semanas en las que miles de manifestantes permanecieran protestando frente al Capitolio.
La nueva legislación representa el mayor retroceso para las organizaciones de trabajadores, pero la guerra política de los empleados públicos y sus derechos continuará, y no solo en Madison.
La asamblea del Estado aprobó la propuesta de Walkers al día siguiente de que 14 senadores demócratas se ausentaran de Wisconsin para no dar el quórum necesario para aprobar el presupuesto, porque pudieron aprobarla con la sola presencia de los republicanos.
A pesar de haber perdido la batalla en Wisconsin los líderes sindicales consideran que la decisión tendrá amplia repercusión en todo el país.
«Nada está terminado. Esta ha sido una batalla que ganó el gobernador pero estamos aquí para recorrer un largo camino» dijo Lee A. Saunders, tesorero de la Federación Americana de empleados estatales, condales y municipales que es el mayor sindicato de trabajadores de la Unión.
Wisconsin era por varias razones un lugar poco apto para esa conflagración política. El Estado fue el primero en conceder derechos de negociación colectiva a los empleados públicos, en 1959. Sólo la mitad de los Estados permiten a los empleados públicos la negociación colectiva.
Además Wisconsin ha sido tradicionalmente liberal y conservador, «a menudo el discurso es mucho más civil y deliberativo, aún cuando existan diferencias en la política pública» dijo Dennis L.Dresang, el fundador de la Escuela de Asuntos Públicos La Follette en la Universidad de Wisconsin en Madison. «Si esto sucede en Wisconsin, puede suceder también en cualquier otra parte»
Muchas encuestas señalaban que aunque los votantes de Wisconsin apoyan a Walker en el recorte de gastos, se oponen en cambio a eliminar el derecho a negociar de los sindicatos.
Los empleados públicos resistieron inicialmente la propuesta del gobernador de incrementar las contribuciones que hacen los trabajadores para sus jubilaciones y el cuidado de la salud. Pero el mes pasado dijeron que tendrían que considerar la propuesta, cambiando el foco de la lucha y ampliándola al tema de la negociación de los derechos colectivos.
Walker argumentó que los gobiernos locales y los distritos escolares deben ser capaces de lidiar con los sindicatos si necesitan realizar recortes en las ayudas estatales.»
«Los gobiernos locales no pueden lograr los presupuestos sobre la base de la esperanza y la oración» escribió el gobernador, el martes, en el opositor Wall Street Journal. «Equilibrando nuestros presupuestos, las reformas darán a las escuelas, como también al Estado y a los gobiernos locales, las herramientas para recompensar a los trabajadores activos y mejorar sus operaciones. Nuestras propuestas enfrentan las barreras de la negociación colectiva que actualmente bloquea nuestras innovaciones y reformas»
Lo que queda por ver es de qué manera la saga de Wisconsin generará similares batallas épicas en otros Estados, o se transforma en una lección de prudencia. «Constituye una pequeña inspiración para otros gobernadores pero también ellos están previendo una derrota» dice el consultor político Mike Murphy .
Aunque Walker haya ganado este round habrá muchos otros. Los sindicatos y sus aliados han dicho que emprenderán nuevas campañas contra los senadores estatales republicanos: los conservadores han desafiado hacer lo mismo contra los demócratas que se ausentaron de Wisconsin.
A esta altura, solo ocho senadores de cada uno de los partidos pueden ser reelegidos ya que la ley del Estado exige pasar un año desde la elección oficial para destituirlos.
Ningún otro gobernador se ha enfrentado a los sindicatos como Walker, algo similar se está jugando en otras partes.
En muchos de ellos, como en Wisconsin, son gobernadores republicanos que accedieron al poder en las últimas elecciones prometiendo disciplina fiscal. Como enfrentan masivos déficit presupuestarios esos gobernadores argumentan que no pueden resolver sus problemas fiscales sin reducir el poder de los sindicatos del sector público.
El senado de Ohio aprobó la ley, impulsada por el gobernador John Kasich (R) que limitará las negociaciones colectivas de los trabajadores públicos. La ley está aguardando la decisión del ejecutivo.
En Michigan, el senado en la sesión del miércoles aprobó la propuesta del gobernador Rick Snyder que le otorgará la posibilidad de dejar sin efecto los contratos de las escuelas y las ciudades en casos de emergencia.
«El gobernador Walker de Wisconsin ha hecho hincapié en la cancelación de los derechos de los trabajadores, pero no se ha equivocado, «Todos ustedes están a la expectativa para hacer lo mismo», dijo el líder de la minoría del senado de Michigan en un debate antes de la votación.
En otros Estados los gobernadores están proponiendo que el Estado y los trabajadores locales contribuyan más a sus beneficios. Pero algunos de ellos como el nuevo gobernador republicano de Florida Rich Scott ha dicho que no tratará de quitar los derechos de negociación de sus trabajadores.
Los sindicatos y sus aliados han dicho que la muestra de Wisconsin ha galvanizado y energizado las bases, que estaban gravemente enfermas, desde que los demócratas fueron derrotados en las últimas elecciones del año,.
Walkers «ha ganado una batalla a través de fuerzas no comprometidas pero está perdiendo la guerra», dijo el encuestador demócrático Mark Mellman
«Existe un esfuerzo coordinado en el terreno de las batallas estatales que trata de reducir la fuerza y disminuir el poder del sector de los sindicatos de empleados públicos porque nos anteponemos en su camino» dijo Saunders.
La conducción oficial de los sindicatos dijo que no es mera coincidencia que los esfuerzos anti-sindicatos estén teniendo lugar en Estados que deberían ser ganados por los demócratas en el 2012. Si nos ignoran el partido demócrata perderá gran parte de sus bases operativas»
Colaboró el periodista Michael A. Fletcher del «The Washington Post»
rCR