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Entrevista a Leonard Weinglass, uno de los abogados de los Cinco cubanos presos en Estados Unidos

«El gobierno estadounidense reconoce que no puede probar sus acusaciones de espionaje contra los Cinco»

Fuentes: Democracy Now

Traducido por Yulaima Favier Horruitiner y revisado por Yanitza González Urgellés, del Equipo de Traductores de Cubadebate y Rebelión

JUAN GONZÁLEZ : Esta semana, los abogados de los Cinco expresaron ante un tribunal federal de apelaciones que los encarcelados merecen que se celebre otro juicio.
Rubén Campa (sic), René González, Gerardo Hernández, Luis Medina (sic) y Antonio Guerrero fueron arrestados en la Florida en 1998. Tres años más tarde, fueron juzgados y declarados culpables de cometer espionaje bajo las órdenes del Gobierno cubano. Sin embargo, ellos sostienen que fueron enviados a los Estados Unidos para seguir de cerca las actividades de los violentos grupos de exiliados que abogan por el derrocamiento de Fidel Castro.
En agosto de 2005, en Atlanta, un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito de los Estados Unidos pronunció su veredicto, que planteaba que los Cinco no habían tenido un juicio justo debido a la tendencia anticastrista existente en Miami. No obstante, el Onceno Circuito en pleno ratificó las condenas exactamente un año más tarde.
Ramsey Clark, ex fiscal general de los Estados Unidos, se pronunció recientemente en favor de los Cinco.
RAMSEY CLARK: Pienso que lo que hay que reconocer es que si se quiere erradicar el terrorismo, no debe perseguirse a quienes tratan de evitarlo.
AMY GOODMAN: Leonard Weinglass es uno de los abogados de los Cinco. Ahora nos acompaña en nuestro estudio ubicado en una antigua estación de bomberos. ¡Bienvenido a Democracy Now! Leonard, no tenemos mucho tiempo. ¿Podría usted explicar los argumentos que expuso en el juzgado de Miami?
LEONARD WEINGLASS : En 2006, el Onceno Circuito manifestó que no importaba que el juicio se hubiera celebrado en Miami; que lo que importaba era lo que había sucedido dentro del juzgado, en la sala del tribunal. La apelación que acabamos de exponer está relacionada con lo que sucedió durante el juicio, que se extendió a seis meses y medio. Y lo que pudimos demostrar fue que el Gobierno no pudo probar sus acusaciones ni de espionaje ni de conspiración para cometer asesinato. Además, los fiscales federales, a sabiendas de que no podían probar sus acusaciones, incurrieron en graves conductas en su alegato. Pienso que debemos ganar por ambas razones.
JUAN GONZÁLEZ : En cuanto al tema del espionaje, explique desde el punto de vista legal. Eran espías, pero no espiaban al Gobierno de los Estados Unidos. Espiaban a otros cubanos, ¿no? ¿Hasta qué punto la ley estadounidense considera eso como espionaje?
LEONARD WEINGLASS : Este fue un caso muy singular, Juan. Es la primera vez en la historia de los Estados Unidos que se juzga alguien por espionaje, por conspiración para cometer espionaje. El Gobierno reconoció que no podía probar las acusaciones de espionaje. Pero ni siquiera puede probar las de conspiración para cometer espionaje, pues no hubo ni una página de ningún documento clasificado que tuviera que ver con este caso. Eso nunca había pasado. Por otra parte, la defensa pudo llamar a declarar al General Atkinson, al General Wilhelm y al Almirante Carol, asesor del Presidente de los Estados Unidos para asuntos relacionados con Cuba, todos en calidad de testigos de la defensa. Eso nunca había sucedido en un caso de espionaje.
AMY GOODMAN: ¿Quiénes son estos hombres? Explique por qué vinieron a los Estados Unidos.
LEONARD WEINGLASS: Son cinco cubanos que eran empleados del Gobierno cubano. A principios de los años noventa se produjo una serie de atentados con explosivos en Cuba: pusieron una bomba en un hotel cuya explosión causó la muerte de un turista italiano, pusieron una bomba en el aeropuerto, pusieron bombas en ómnibus de turismo. Cuba condenó todos estos actos, pero los Estados Unidos no hicieron nada. Entonces Cuba invitó al FBI a ir a La Habana y, de hecho, fue una delegación. El Gobierno cubano le dio nombres, lugares e información sobre personas implicadas en este tipo de actos de violencia. El Gobierno de los Estados Unidos tampoco hizo nada. Entonces Cuba envió a los Cinco para que se infiltraran en estos grupos, siguieran de cerca sus actividades y alertaran a Cuba.
JUAN GONZÁLEZ: Y cuando alertaron al Gobierno, eso fue durante el gobierno de Clinton, ¿no?
LEONARD WEINGLASS: Fue durante el gobierno de Clinton.
JUAN GONZÁLEZ: Y el Gobierno no hizo nada al respecto.
LEONARD WEINGLASS: No hizo nada.
AMY GOODMAN: ¿Y en qué grupos se infiltraron?
LEONARD WEINGLASS: Bueno, hay un grupo que se llama Hermanos al Rescate, otro que se llama Democracia, otro que se llama Alfa 66, otro que se llama F4. Todos los miembros de estos grupos son ex militares que pertenecieron, y quizás aún pertenecen, a la CIA; que estaban bien entrenados; que integraban la Guardia Nacional en la Florida. Tenían preparación militar y conocían sobre explosivos. Conocían sobre armas. Se acercaron a la costa de La Habana en embarcaciones y dispararon con cañones contra los hoteles. Y, como dije, colocaron bombas. Es decir, ellos sabían que eran personas muy peligrosas.
AMY GOODMAN : Eso lo hicieron los grupos. Los grupos colocaron las bombas.
LEONARD WEINGLASS : Sí, lo hicieron los grupos.
AMY GOODMAN: Entonces (los Cinco) obtenían información sobre ellos y la enviaban a Cuba. ¿Fueron detenidos, juzgados, declarados culpables y condenados a…?
LEONARD WEINGLASS: Tres de ellos fueron condenados a cadena perpetua. Fueron declarados culpables de espionaje, de conspiración para cometer espionaje.
AMY GOODMAN: Sin embargo, un tribunal revocó la decisión.
LEONARD WEINGLASS: Todas las condenas fueron revocadas. Desafortunadamente, el fiscal general Gonzales ordenó al fiscal federal de la Florida interponer un recurso de apelación ante los 12 jueces del Onceno Circuito. Ellos revocaron las condenas (el tribunal que revocó y ratificó las condenas). Y lo que ahora expusimos, el lunes pasado, fue la tercera apelación. No es muy usual que se presenten tres apelaciones para un solo caso. Al sistema le está costando trabajo digerir esta injusticia en particular.
JUAN GONZÁLEZ : Compare el modo en que se ha tratado a estos hombres con el caso de Luis Posada Carriles.
LEONARD WEINGLASS: Bueno, Posada Carriles, quien estaba acusado -y las pruebas indican su culpabilidad- de haber derribado un avión civil en 1976, acto que causó la muerte de 73 personas, fue liberado y ahora se pasea libremente por Miami. Los Cinco, que vinieron a Miami, al sur de la Florida, para poner fin a las actividades en las que personas como Carriles estaban implicadas, han sido condenados a cadena perpetua.
AMY GOODMAN: ¿Usted cree que cumplan cadena perpetua aquí?
LEONARD WEINGLASS: Si eso llega a suceder, sería una atroz injusticia. Bajo el sistema federal actual, los condenados a cadena perpetua pasan el resto de sus vidas en prisión. No se les otorga la libertad condicional. Mueren sin haber sido liberados. En el caso de hombres que no habían obtenido ningún secreto perteneciente a los Estados Unidos en el momento de su detención, el Departamento de Justicia y el Pentágono hicieron pública una declaración en la cual afirmaban que la seguridad nacional nunca estuvo en peligro. Los Cinco no conocían ningún secreto de los Estados Unidos; sin embargo, están cumpliendo la misma condena que Aldrich Ames, Robert Hanson y John Walker, los espías más tristemente célebres de la historia.
AMY GOODMAN: ¿Cuándo cree usted que se de a conocer el veredicto?
LEONARD WEINGLASS: Es difícil saberlo. La última vez que discutimos el caso ante el panel tomó dieciséis meses. No creo que vaya a tomar otros dieciséis meses, pero la decisión no se sabrá en pocas semanas.
AMY GOODMAN: Quiero darle muchas gracias por haber estado con nosotros, Leonard Weinglass, abogado de los Cinco.