Muchos nos hemos preguntado, siendo que la crisis financiera y de las hipotecas que arrancó por allá por el 2008, nació en EEUU, por qué este país no se ha visto afectado por la crisis de la misma manera o peor que Europa. Por supuesto que la respuesta no es una sola, pero hay un […]
Muchos nos hemos preguntado, siendo que la crisis financiera y de las hipotecas que arrancó por allá por el 2008, nació en EEUU, por qué este país no se ha visto afectado por la crisis de la misma manera o peor que Europa.
Por supuesto que la respuesta no es una sola, pero hay un dato importante dentro de tal cuestión y es la incidencia que tiene en la economía norteamericana y en el nivel de empleo de la industria armamentista. Los puestos de trabajo que directa o indirectamente están relacionados con dicha industria en EEUU son escalofriantes, por cada mil millones de dólares en ¿inversión? en la industria armamentista se calcula que se crean 76.000 puestos de trabajo.
Si tenemos en cuenta que, aproximadamente, el presupuesto en defensa de los EEUU, en forma anual es de doscientos cincuenta mil millones de dólares, la creación de empleos, en forma directa, sin contar todo los puestos de trabajo que se crean a partir de dicha industria en forma indirecta, es de 19.000.000.
Esto implica que, en forma directa, el 13 % de la PEA de los EEUU está compuesta por trabajadores que tiene empleos en el sector armamentístico, en forma directa. Pero se calcula además que por cada militar activo, hay cuatro civiles dedicados a satisfacer sus necesidades (ropa, comida, pertrechos, artefactos armas, etc).
Es muy cierto que si ese presupuesto estuviera al servicio de la demanda social, la creación de empleo crecería geométricamente, sin embargo esta es una pregunta que ni la sociedad, ni el propio gobierno de los EEUU se hacen o quieren hacerse. Son pocas las investigaciones destinadas a hacer este relevamiento, pero lo perverso de esta cuestión es que, si tomamos las fuentes de trabajo directas con más las indirectas y a ello le agregamos lo que genera, lo que sería la industria armamentística doméstica, el impacto en la PEA alcanza entre el 20 y el 22% del total. Por lo tanto el imperialismo y la vocación «interventora mundial» que tiene «El gran país del Norte» – ¿alguna relación con el slogan «El gran diario argentino»? – sirven como «excusa» y de rehén social de una gran cantidad de trabajadores que se encuentran inmersos en la industria armamentista.
En este sentido, una de las «políticas de empleo» más importante en EEUU está dada, precisamente, por la carrera armamentista. Con cada intervención, se pone en marcha una aceleración de la industria y el impacto en el empleo estadounidense se acrecienta. Cuando normalmente ello repercute entre el 20 y el 22 % en la PEA, como ya refiriéramos, cuando se produce el hecho bélico o se pone en marcha su promoción dicho impacto se eleva y llega como mínimo al 25 % y en los picos a casi el 30 %. La perversidad que conlleva es tremenda, porque la carrera armamentista sirve como excusa para la «generación» de empleo, de ahí que en forma – con la ayuda además del aparato de propaganda comunicacional – consciente o inconsciente la sociedad norteamericana apoya y justifica, por lo menos al principio, cualquier intervención en tierras extranjeras.
Sin perjuicio de esto es dable destacar que ese GASTO armamentístico es superior a los presupuestos en salud, educación y asistencia social en su conjunto y si, tenemos en cuenta que desde la visión social cada mil millones de dólares se crean 120.000 puestos de trabajo directo, la derivación de ello a la demanda social tendría como resultado la eliminación del desempleo en los EEUU.
El imperialismo norteamericano ha creado un «círculo vicioso» siniestro donde le ha generado a la sociedad norteamericana la necesidad de la carrera armamentista como referencia social y económica de la política norteamericana. Círculo que como tal se retroalimenta, porque para ponerlo en marcha se necesitan combustibles, hidrocarburos, materias primas como el cobre, zinc, titanio, acero, entre otros y el desarrollo de la industria química.
No en vano los países que se invaden son ricos en alguno de estos elementos que estoy nombrando.Hasta que la sociedad norteamericana no genere un debate que ponga al descubierto estas cuestiones, el Imperialismo también será una excusa para la «generación» y «mantenimiento» de las fuentes de trabajo del «pueblo» norteamericano. ¡Realmente siniestro!