Traducido por Francy Pérez y revisado por Asunción Aday, del Equipo de Traductores de Rebelión y Cubadebate
Según un estudio que salió en la edición inicial del diario de la Asociación Médica Americana (AMA), «La Medicina en situaciones de desastres y preparación en materia de salud pública», el índice de mortalidad entre enero y junio de 2006 en el área metropolitana de Nueva Orleans era casi un 50% superior que antes del Katrina, debido en parte a una inadecuada infraestructura de salud pública luego del huracán Katrina, que azotó la costa del Golfo el 29 de agosto de 2005.
Los reportes del diario Times Picayune de Nueva Orleans acerca del dramático aumento en el número de muertes en el año 2006, hicieron que los funcionarios locales de salud determinaran si el control de la mortalidad podría servir como un medio alternativo válido para confirmar sospechas de exceso de mortalidad que requieran intervención y acciones preventivas inmediatas. En circunstancias normales, los índices de mortalidad se sacan a partir de los certificados de defunción registrados en una Oficina Estatal de Registros Vitales. Sin embargo, debido a diversas razones, incluida la reubicación y una reducida fuerza de trabajo luego del paso del huracán Katrina, la información no estaba disponible para una revisión y análisis oportunos.
El Letrado y Doctor en Medicina, Kevin U. Stephens padre, Director del Departamento de Salud de Nueva Orleans, de conjunto con otros colegas, utilizó las sumas mensuales del Times Picayune para obtener la frecuencia y la proporción de las defunciones desde enero hasta junio de 2006. Compararon estas cifras con el índice de mortalidad de 2002 a 2003; también compararon las cifras de mortalidad con datos del Centro Estatal de Estadísticas de la Salud en cuanto a las diez principales causas de muerte en el área metropolitana de Nueva Orleans desde 2002 hasta 2003.
Los autores reportan que «la tasa de mortalidad después de Katrina, durante los seis primeros meses de 2006 fue aproximadamente de 91,37 por cada 100 mil habitantes. Comparado con el índice de mortalidad antes de Katrina, que era de 62,17 muertes por cada 100 mil habitantes, esto representa un incremento del promedio del 47% en comparación con la mortalidad de referencia, lo cual sugiere un notable incremento (exceso) en muertes indirectas posteriores al desastre».
Añadieron que «este desastre puso en grave peligro la infraestructura de la salud pública. Se sugiere que una infraestructura de la salud pública arruinada o pobremente restablecida, que generalmente estaría en condiciones de identificar los problemas y proteger la salud de una población, ha contribuido, de hecho, a incrementar la mortalidad.»
Los avisos fúnebres publicados en el diario Times Picayune resultaron estar muy relacionados con la información de mortalidad del sistema convencional estatal de información sobre la salud en la población antes de Katrina. Los autores creen que el estudio valida esta fuente de información alternativa, y revela la urgente necesidad de que los estados adopten sistemas electrónicos de presentación de la información.
Añadieron también que «el monitoreo de la mortalidad brinda además, una información en tiempo real mucho más rápida que la información de salud estatal oficial, y estimula a los Departamentos de Salud de Luisiana a adoptar sistemas automatizados de control de defunciones que sean operables entre sí a lo largo de todo el Estado para calcular y observar rápidamente la mortalidad. De manera más específica, no existe una metodología exacta o bien coordinada para llevar un control de las defunciones en el Estado. En estos momentos, se estima que más de 150 mil residentes no han regresado a sus hogares en Nueva Orleans.
Asociación Médica Americana
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