Si usted viaja a EEUU este verano y lee los rotativos más importantes del país como el New York Times, el Washington Post o Los Angeles Times, o ve las cadenas de televisión más vistas como CBS, ABC o NBC, verá que el gran tema que indigna al establishment político-mediático del país son las interferencias […]
Si usted viaja a EEUU este verano y lee los rotativos más importantes del país como el New York Times, el Washington Post o Los Angeles Times, o ve las cadenas de televisión más vistas como CBS, ABC o NBC, verá que el gran tema que indigna al establishment político-mediático del país son las interferencias del gobierno ruso presidido por el Sr. Putin o de agencias próximas a él en las últimas elecciones presidenciales de EEUU, mediante las cuales supuestamente proveyeron toda la información posible, conseguida ilegalmente (a través del hackeo de las instituciones del Partido Demócrata), a los miembros del equipo electoral del candidato Trump, facilitando su victoria sobre la candidata demócrata, la Sra. Hillary Clinton. Dicho establishment está escandalizado porque un país extranjero estuviera influenciando las elecciones estadounidenses, práctica que denuncian intensamente, acusando al gobierno ruso de todo tipo de comportamientos, llamándole de todo. En realidad, están intentando reavivar la Guerra Fría entre EEUU y la Unión Soviética (ahora Rusia).
Quisiera aclarar de entrada que mi simpatía por el gobierno Putin y por el gobierno Trump es nula. Ahora bien, considero de una enorme hipocresía que tal establishment político-mediático (que constantemente presenta la política exterior de su país como «la máxima fuerza promotora de la democracia en el mundo», tal como la definió el viceministro de Asuntos Exteriores durante la administración Obama, el Sr. Tom Malinowski) se escandalice por lo que hace el gobierno Putin, a la vez que ha apoyado todo tipo de intervenciones del gobierno federal estadounidense en otros países para cambiar gobiernos, convirtiéndolo en el Estado más intervencionista conocido, utilizando todo tipo de acciones, desde asesinatos políticos e intervenciones militares, a financiación de partidos y movimientos políticos y sociales. Melvin Goodman ha provisto una lista de estas supuestas intervenciones para defender y promover la democracia en el último número de Counterpunch (27.07.17), una de las revistas progresistas de mayor difusión en aquel país. Paso a resumir algunas de las mayores intervenciones del gobierno estadounidense en el exterior:
- En 1953, EEUU y el Reino Unido intervinieron en Irán para expulsar al gobierno democráticamente elegido de Mohammed Mossadegh.
- En 1954 el gobierno de EEUU apoyó un golpe militar en Guatemala que instauró una de las dictaduras más crueles de las que han existido en Centroamérica. Esto ocurrió durante la presidencia del general Eisenhower.
- El mismo gobierno presidido por Eisenhower apoyó la campaña para asesinar a Patrice Lumumba en el Congo, dando pie al establecimiento de una de las dictaduras más brutales en la historia de África, la dictadura de Sese Seku Mobutu.
- El gobierno del presidente Kennedy apoyó la invasión de la Bahía de los Cochinos en Cuba, financiada por la CIA.
- El gobierno del presidente Nixon apoyó el golpe militar del general Pinochet en contra del gobierno democráticamente elegido del presidente Allende, argumentando, en boca de su ministro de Asuntos Exteriores, el Sr. Henry Kissinger, que «EEUU no podía permitir que Chile fuera tan estúpido como para escoger a un gobierno comunista«.
- El gobierno estadounidense ha intentado asesinar a los presidentes de Cuba, República Dominicana y Vietnam, asesinatos programados por la CIA, que al descubrirse crearon un rechazo popular que forzó a que el Congreso apoyara una ley prohibiendo la participación del Estado de EEUU en tal tipo de intervenciones a mediados de los 70.
- Dicha ley, sin embargo, ha dejado de respetarse en muchísimas ocasiones, como lo fue en el caso del asesinato y golpe militar contra el coronel Gadafi en Libia, promocionado por la ministra de Asuntos Exteriores de EEUU, la Sra. Clinton, que orgullosamente utilizó la famosa frase «fuimos a ver qué pasaba y en consecuencia él murió«. Desde entonces, Libia se ha sumido en el caos, convirtiéndose en uno de los centros del yihadismo.
- El gobierno Bush invadió Irak para expulsar a Saddam Hussein, argumentando que tenía armas de destrucción masiva (lo cual el gobierno sabía que no era cierto). Es importante señalar que fue el mismo gobierno de EEUU el que ayudó en el golpe en contra del coronel Abdul Kassem, que facilitó el establecimiento de Saddam Hussein.
Intervenciones en Europa
- En Europa, el gobierno estadounidense intervino en múltiples ocasiones para desestabilizar Polonia en los años 80, Georgia en los años 90 y más recientemente Ucrania.
- Su intervención en Italia fue una constante, apoyando al gobierno cristianodemócrata, temeroso del poder del Partido Comunista Italiano.
- Y en España, los gobiernos estadounidenses, que en su día habían jugado un papel clave (bajo la administración Eisenhower) en promover a uno de los regímenes dictatoriales más sangrientos que haya habido en Europa, la España de Franco, intervinieron activamente durante la transición, muy temerosos de que la Revolución de los Claveles contagiara a la oposición democrática española.
¿Por qué tanta sensibilidad ante el tema ruso?
Las causas de la enorme sensibilidad mediática ante el supuesto intervencionismo ruso en las elecciones estadounidenses son múltiples, como por ejemplo el deseo por parte del complejo político-militar de EEUU de reavivar la Guerra Fría, necesaria para continuar el enorme gasto militar que alimenta a dicho complejo. Tal complejo, enormemente influyente en EEUU, necesita un enemigo, y Rusia cumple esa función.
Pero otra causa es el deseo de expulsar al presidente Trump del poder. Es conocido que el hombre de negocios Trump, uno de los titanes del capital especulativo inmobiliario, hizo grandes negocios en Rusia, en colaboración con la oligarquía rusa, dirigida por el Sr. Putin. Y es más que seguro que estas conexiones incluyan gran cantidad de trabajos sucios, característicos de la actividad económica empresarial y muy en especial de la financiera y de la inmobiliaria. Y es ahí donde el establishment del Partido Demócrata y un número creciente de figuras del establishment político-mediático estadounidense, alarmados por lo que ellos consideran incompetencia y la manera errática de comportarse característica hoy de la rama ejecutiva del Estado federal (ver mi artículo El capitalismo de amiguetes: Coca-Cola y el presidente Trump, Público, 27.07.17), están intentando hurgar para poder expulsarlo del poder. Pero es improbable que el impeachment de Trump ocurra, pues el Congreso está controlado por el Partido Republicano, hoy controlado por la ultraderecha libertaria. La única posibilidad es que este partido pierda el control del Congreso en las próximas elecciones a dicha institución, lo cual es también improbable, ya que el Partido Demócrata no ha entendido lo que ha ocurrido en EEUU (ver mi artículo «Es sorprendente que se considere sorprendente la victoria de Trump», Público, 11.11.16), y Trump continúa ganando elecciones. El futuro es muy oscuro en EEUU.