Las terribles imágenes de la ciudad de New Orleans, sumergida tras la falla de los diques que la protegían del Lago Pontchartrain, muestran a una gran mayoría de personas negras y pobres atrapadas entre el hambre y la desesperación. Antes que Katrina llegara a Louisiana y Mississippi, las autoridades federales, estatales y municipales, así como […]
Las terribles imágenes de la ciudad de New Orleans, sumergida tras la falla de los diques que la protegían del Lago Pontchartrain, muestran a una gran mayoría de personas negras y pobres atrapadas entre el hambre y la desesperación. Antes que Katrina llegara a Louisiana y Mississippi, las autoridades federales, estatales y municipales, así como los principales medios de comunicación, concentraron sus esfuerzos en la clase media y alta que evacuaba New Orleans, pero nadie se preocupó por el destino de los ciudadanos negros y pobres que no tenían medios disponibles para abandonar la ciudad y que terminaron hacinados en un estadio de fútbol americano para tan solo 20 mil personas.
Así como nadie se preocupó por el destino de los negros y pobres de New Orleans, la administración Bush tampoco tuvo ningún tipo de inconveniente para darle la espalda a los problemas de desarrollo urbano que enfrentaba la ciudad y sus habitantes, y destinar recursos que debían ser invertidos en la seguridad de la ciudad al financiamiento de su agenda neoimperialista en Irak y Afganistán, además que la lógica neoliberal por la que se rige Washington jamás hubiera permitido sustraer recursos del mercado financiero para invertirlos en la gente y su medio ambiente.
En efecto, el 8 de Junio de 2004 aparecieron en el diario Orleans Times-Picayune las declaraciones de Walter Maestri, jefe de la administración de emergencia de la ciudad de New Orleans, en donde manifestaba que el presupuesto de $430 millones que esperaba New Orleans para el mantenimiento y mejoramiento de los diques y la puesta en marcha de nuevos proyectos de infraestructura para proteger la ciudad de huracanes e inundaciones, fue reducido por el presidente Bush a menos del 20% para financiar la guerra en Irak. Según Maestri, el presidente Bush había movilizado dinero del presupuesto de la ciudad para la oficina de seguridad nacional y la guerra en Irak, evitando así que las diques que rodean la ciudad hubieran podido ser culminados. En aquella oportunidad, Maestri afirmó que el trabajo en los diques era un asunto de seguridad para los habitantes de New Orleans. Asimismo, el New York Times (1 de Septiembre de 2005) señala que la merma en el presupuesto de New Orleans realizado por la administración Bush, había forzado un retrazo en el mantenimiento y mejorías a los diques de la ciudad. De los $496 millones solicitados desde 2001, solo fueron aprobados $166, y para los diques solo fueron aprobados $22 millones de los $99 presupuestados, aunque gracias al congreso, se logró finalmente conseguir $42.5 millones.
Indudablemente que de haber contado con estos recursos, New Orleans hubiera tenido diques mas grandes y fuertes para recibir al huracán Katrina. Sin embargo, el dinero fue utilizado para financiar la «guerra contra el terrorismo» que además se ha tragado a mas del 50% de los soldados de Louisiana y Mississippi que debieron haber estado rescatando y atendiendo a su propio pueblo.