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El papel de Egipto en Gaza

Fuentes: http://www.pmundial.com.ar

Desde que en enero se produjera por la fuerza el cruce de miles de palestinos del paso de Rafah para llegar a Egipto y conseguir artículos de primera necesidad con el fin de atenuar el bloqueo israelí, el gobierno de El Cairo se vio inmerso en una crisis que lo enfrenta tanto con Israel y […]

Desde que en enero se produjera por la fuerza el cruce de miles de palestinos del paso de Rafah para llegar a Egipto y conseguir artículos de primera necesidad con el fin de atenuar el bloqueo israelí, el gobierno de El Cairo se vio inmerso en una crisis que lo enfrenta tanto con Israel y los EE.UU. como con sectores islamistas dentro de su propio país.

Lo Hermanos Musulmanes, agrupación ilegal y abiertamente opuesta al gobierno del presidente de Egipto – el pro occidental Hosni Mubarak – ha apoyado la iniciativa de su rama palestina nacida en 1988 – Hamas – de permitir la marcha hacia Egipto de miles de palestinos que desde hace dos años sufren el aislamiento económico de Israel, que los priva de combustible, algunos alimentos, fondos para sueldos públicos y electricidad, entre otros bienes primarios.

El sitio a Gaza se produjo con el visto bueno de la Unión Europea y de los EE.UU., luego de que en enero de 2006 Hamas ganara las elecciones y gobernara esta minúscula porción de tierra. Israel argumenta que el asedio se va a prolongar mientras Hamas gobierne la franja y continúe disparando cohetes contra el territorio israelí.

A pesar de la censura, los Hermanos Musulmanes ejercen una influencia significativa en la población egipcia. Se les atribuye un quinto de los diputados egipcios, que se declaran independientes para evitar sanciones legales.

La presión que ejercen los islamistas egipcios sobre el gobierno se acentuó con las manifestaciones en repudio al cierre de la frontera con Gaza, luego de que permaneciera abierta por once días. Por ello, el gobierno de Mubarak intenta la pacificación entre Hamas, que controla Gaza y el partido político Al Fatah, que lidera Cisjordania y que es la única agrupación palestina que mantiene conversaciones con Israel.

Sin embargo, el intento de mediación de Mubarak parece haber llegado tarde, ya que la semana pasada los líderes de Al Fatah se reunieron en Egipto con los Hermanos Musulmanes, y serían éstos quienes podrían llegar a un acuerdo momentáneo que aplacara el temor de todos los actores en este conflicto, que sería el intento de Hamas de abrir por la fuerza los pasos de Gaza hacia Israel, provocando un éxodo masivo y una posible reacción violenta por parte de los guardias fronterizos.

El gobierno de Mubarak, que se mantiene en el poder desde 1980, debe buscar el equilibrio entre el descontento de Tel Aviv y Washington y la presión de la población egipcia que asumen el cierre del paso de Rafah como la concreción de los planes de asilamiento de los palestinos de Gaza por parte de Israel.

El endurecimiento de Egipto, luego del cierre de la frontera con Gaza se manifiesta con el anuncio de «romperles las piernas» a quienes violen los límites del país y con la construcción de un muro más sofisticado que no pueda ser derribado por los militantes de Hamas.

Pero, para contrarrestar la presión de los islamistas, Egipto abrió un canal diplomático con Irán, que estuvo interrumpido durante 29 años y aceptó la colaboración en el conflicto de las fronteras con Gaza y la cooperación en el sector de la energía nuclear con fines pacíficos. Este hecho le aporta más oxígeno al régimen iraní, que se encuentra parcialmente bloqueado por parte de los EE.UU. y Europa debido su programa nuclear.

Irán es una pieza importante en el rompecabezas de Medio Oriente, ya que existen sospechas de que Teherán financia a Hamas, por contraposición a Israel. La voluntad política de Irán de ayudar a Egipto a lograr una pacificación entre Hamas y Al Fatah podría ser una de las llaves que destrabara el conflicto, que por ahora no parece tener solución mientras Israel continúe con el bloqueo de Gaza y Hamas siga disparando cohetes y cometiendo atentados suicidas en territorio israelí, como ocurriera el jueves pasado.

Mubarak, que sostiene buenas relaciones con Israel, pretende distender a la oposición interna al intentar convertirse en mediador de los palestinos y aceptar la ayuda de Irán, aunque Wahington e Israel condenen este acercamiento, lo que podría poner en jaque la subsistencia del gobierno egipcio si Occidente le soltara la mano.

Las amenazas de Egipto de contener por la fuerza a los palestinos desesperados que podrían volver a atravesar la frontera, le proporcionan una fortaleza mayor a Hamas, que podría llevar a cabo su plan de cruzar las vallas hacia Israel, hecho que sin duda provocaría un enorme derramamiento de sangre.

Por eso, Israel tiene dos caminos, el primero consistiría en perpetuar el aislamiento de Gaza para forzar a la población a que derroque a Hamas – algo que en la práctica no ha dado resultado y que puede acentuar el conflicto – o distender el bloqueo y sentarse a negociar sin condiciones previas con Hamas, que fue elegido legítimamente por los votantes palestinos. Esta última opción puede llegar a ser viable si el gobierno de Egipto también se une a la mesa de discusión y deja de actuar conforme a las exigencias de sus aliados occidentales, lo que daría una señal positiva que pacificaría el descontento de la población egipcia y de los influyentes Hermanos Musulmanes