Los republicanos preocupados por la posición de su partido entre los electores hispanos han lanzado una campaña para mejorar la imagen del problema inmigratorio de su partido. El senador Marco Rubio de la Florida, hijo de inmigrantes cubanos, está trabajando conjuntamente con los senadores de otros estados con gran presencia de inmigrantes, Jon Kyl de […]
Los republicanos preocupados por la posición de su partido entre los electores hispanos han lanzado una campaña para mejorar la imagen del problema inmigratorio de su partido.
El senador Marco Rubio de la Florida, hijo de inmigrantes cubanos, está trabajando conjuntamente con los senadores de otros estados con gran presencia de inmigrantes, Jon Kyl de Arizona y Kay Bailey Hutchinson de Texas. Ellos quieren crear su propia versión de la Ley DREAM para ayudar a los niños indocumentados. Kyl y Hutchinson han realizado varias reuniones a puertas cerradas con un importante demócrata para ver si obtienen apoyo bipartidista a un plan de compromiso. Los republicanos también exploran cambios en las regulaciones de visado para atraer a turistas y a trabajadores altamente calificados.
Pero por encima de todo, los republicanos están a favor de un cambio de retórica y presionan a Mitt Romney para que aleje su táctica de los comentarios estridentes que hizo durante la temporada de primarias, con la intención de convencer a los electores hispanos de que los republicanos darán a los inmigrantes un trato justo.
«Él va a tener que trabajar en eso y aumentarlas», dijo el senador Saxby Chambliss (republicano por Georgia) acerca de las cifras de encuestas de Romney entre los latinos. «Creo que necesitamos una manera de comunicarnos con la comunidad hispana de una forma en que ahora no lo estamos haciendo».
Mientras que los republicanos dicen que no van a adoptar una «amnistía» para los inmigrantes indocumentados, las ideas que se analizan en el Capitolio significan que el partido necesita parecer más amistoso hacia ese poderoso bloque de votos del país.
«No se puede ganar si a uno no le va bien entre los electores hispanos, y no creo que sea un secreto que la primaria no nos ayudó, en particular desde el punto de vista del tono», dijo el senador texano John Cornyn, quien está al frente de los esfuerzos republicanos por recuperar el control del Senado. «Creo que por nuestra parte hay una conciencia de que necesitamos aparecer con un enfoque responsable, que si no definimos cuál es ese enfoque otra gente se va a alegrar de aprovechar el vacío para tratar de definirnos».
El lado positivo a corto plazo es evidente para los republicanos. El voto hispano en 2012 parece que será grande en estados definitorios como la Florida, Nuevo México y Nevada, donde el partido tiene tasas muy pobres de aprobación entre los hispanos. La perspectiva a más largo plazo es igualmente crítica: los hispanos son un grupo demográfico en rápido crecimiento en el país y uno de los más jóvenes, y los republicanos necesitan convencer de sus políticas a la próxima generación de electores norteamericanos.
Pero también significa un riesgo: forzar medidas para complacer a los latinos podría dividir la base del partido que es muy firme en cuanto a la seguridad de la frontera y observancia de la ley.
Para los republicanos, la perspectiva de las encuestas entre los hispanos en estos momentos es negra.
En noviembre, casi 22 millones de hispanos tendrán derecho a votar, la mayor cifra y un incremento de 2 millones desde 2008, según el Centro Hispano Pew, un grupo no partidista. En esas elecciones, el senador John McCain obtuvo el apoyo de un 31 por ciento de los electores hispanos, una baja de dos dígitos desde 2004, cuando George W. Bush ganó las elecciones con un estimado de 40 a 44 por ciento de los electores hispanos.
Una encuesta Pew a fines de diciembre arrojó que solo 23 por ciento apoyaba a Romney en un enfrentamiento con Obama. Y una encuesta de Noticias Fox entre latinos publicada anteriormente este mes, arrojó que solo 14 por ciento de los electores apoyarían a Romney sobre Obama.
José Fuentes, quien copreside el comité de atención a hispanos calificó la encuesta de Noticias Fox como una mentira de alguien ajeno.
«No estoy diciendo que estamos haciendo grandes avances entre los electores hispanos, pero no estamos en 14 por ciento «·, dijo. «Lo que vemos en la calle es algo muy diferente».
Fuentes señaló que en la primaria de la Florida, Romney ganó más del 50 por ciento del voto latino, y la presencia de 14 por ciento fue de 4 puntos más que en la primaria republicana de 2008. Citando encuestas, señaló que entre los latinos la inmigración es como el quinto tema en importancia, superado por el de los empleos, la economía, la atención médica y la educación.
Y dijo que Obama ha estado obteniendo buenos resultados entre los latinos después de dedicar los últimos tres años al grupo, un esfuerzo que él dijo sería replicado tanto por el Comité Nacional Republicano como por la campaña de Romney.
Fuentes pronosticó que Romney necesitaría como 38 por ciento del voto latino en el otoño, una cifra, dijo él, que podría lograrse con el mensaje del ex gobernador de Massachusetts acerca de los empleos y el fracaso del presidente por cumplir su promesa acerca de la reforma inmigratoria.
Pero es evidente que la primaria ha dañado seriamente a Romney ante muchos latinos. Él vilipendió a Rick Perry por apoyar una política en Texas que concedía matrícula gratuita en el estado a los hijos de inmigrantes ilegales. Y atacó a Newt Gingrich por ser débil ante la inmigración, lo cual hizo que el expresidente de la Cámara de Representantes acusara a Romney durante la primaria de la Florida de ser «antiinmigrante». Romney también calificó a la dura ley inmigratoria de Arizona como un «modelo» nacional y ha sido muy crítico de Sonia Sotomayor, la primera jueza latina del Tribunal Supremo, nominada por Obama.
Romney ha dicho que vetaría la Ley DREAM en su redacción actual, a pesar del amplio apoyo que tiene en la comunidad latina. Pero señaló que sería receptivo a una propuesta más limitada dedicada a los que quieran servir en las fuerzas armadas.