Interrogatorios a Saddam Hussein y documentos oficiales incautados descartaron nexos entre el derrocado presidente iraquí y la red Al Qaeda, según nuevos elementos de un informe del Pentágono divulgado ayer, que echó por tierra uno de los argumentos utilizados por Estados Unidos para invadir la nación árabe, en donde la violencia dejó al menos 27 […]
Interrogatorios a Saddam Hussein y documentos oficiales incautados descartaron nexos entre el derrocado presidente iraquí y la red Al Qaeda, según nuevos elementos de un informe del Pentágono divulgado ayer, que echó por tierra uno de los argumentos utilizados por Estados Unidos para invadir la nación árabe, en donde la violencia dejó al menos 27 muertos tras un ataque con un camión cargado con explosivos y cloro.
Un resumen de dos páginas del informe fue publicado en febrero anterior, pero el Pentágono desclasificó el texto completo de 120 páginas a petición del presidente de la Comisión para las Fuerzas Armadas del Senado estadunidense, el demócrata Carl Levin.
Por su parte, el portavoz del Pentágono, Bryan Whitman, afirmó que «son informaciones viejas. El resumen (del informe) salió hace dos meses».
Según el inspector general del Departamento de Defensa estadunidense, la información obtenida tras la caída de Saddam Hussein confirmó la posición previa a la guerra de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la inteligencia del Pentágono respecto de que Bagdad no tenía contactos directos con Al Qaeda.
El informe señaló que tanto los interrogatorios a Hussein y a otros altos funcionarios del régimen iraquí, como el análisis de los documentos incautados en Irak, «confirmaron todos» que «Irak y Al Qaeda no cooperaban».
Este texto contradice un argumento de peso del gobierno del presidente George W. Bush, para justificar la invasión a Irak: la supuesta relación de trabajo entre Bagdad y Al Qaeda.
La red fundamentalista, con base en Afganistán y dirigida por Osama Bin Laden, estuvo detrás de los atentados de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que dejaron casi 3 mil muertos.
El informe subrayó que la oficina del entonces subsecretario de Defensa, Douglas Feith, uno de los principales defensores de la invasión a Irak tras los ataques de 2001, había ignorado la postura de la CIA y el informe de inteligencia del Pentágono.
Feith había calificado la supuesta relación de Al Qaeda con Irak de «madura» y «simbiótica» en un informe entregado al jefe de gabinete del vicepresidente Richard Cheney.
El reporte de Feith nombró la supuesta cooperación en 10 áreas entre Bagdad y la red de Bin Laden, incluyendo entrenamiento, financiación y logística.
Pero el nuevo reporte indicó que los servicios de inteligencia estadunidenses concluyeron, en aquel momento, que no había «señales determinantes» de los nexos entre el gobierno de Irak y Al Qaeda, y que la «cooperación directa no fue establecida».
Antes de la guerra hubo poco debate público en Estados Unidos sobre las afirmaciones del gobierno de Bush de la relación entre Irak y el grupo de Bin Laden.
Pero luego de la invasión de la coalición liderada por Estados Unidos en 2003, varios funcionarios de los servicios de inteligencia afirmaron que la Casa Blanca y sus partidarios ignoraron las informaciones que les brindaron y seleccionaron a su conveniencia los hechos que apoyaban sus argumentos para ir a la guerra y derrocar a Hussein.
«Es importante para el público ver por qué el inspector general del Pentágono concluyó que los servicios del secretario Feith ‘desarrollaron, produjeron y a continuación divulgaron análisis sobre la relación entre Irak y Al Qaeda’ que tenían ‘conclusiones contradictorias con el consenso de la comunidad de inteligencia’, y por qué el inspector general concluyó que estas maniobras fueron inapropiadas», dijo Carl Levin en un comunicado.
Cheney insistió en una entrevista radial, el miércoles, en la existencia de nexos entre Irak y Al Qaeda antes de 2003, al aseverar que la agrupación trabajaba en Irak «inclusive antes de que nosotros entráramos en escena».
«Como lo digo, estaban presentes antes de que invadiéramos Irak», dijo Cheney en el programa de radio del ultraconservador Rush Limbaugh.
La Casa Blanca reaccionó en febrero anterior al señalar que el presidente Bush reconoció «desde hace tiempo que los informes de inteligencia que condujeron a la guerra en Irak eran inexactos» y que había tomado «medidas espectaculares para reformar la comunidad de inteligencia».
Golpe de la resistencia
Al menos 27 personas murieron este viernes en Ramadi, foco de la insurrección sunita en Irak, en un atentado suicida perpetrado con un camión cargado de cloro y explosivos, lo que representa el mayor ataque químico desde la invasión liderada por Estados Unidos al país árabe, en 2003.
El conductor del vehículo se abalanzó contra un puesto policial, pero se hizo estallar «a 200 metros del lugar, cerca de la zona residencial de Al Tamin», donde hay un mercado e inmuebles habitados, explicó un agente.
Hace tres semanas se produjo otro atentado con un camión que transportaba cloro en Ramadi y otros dos ataques similares se produjeron el mismo día en Fallujah, con saldo de varios muertos y 350 heridos o intoxicados.
Ramadi y Fallujah son las principales ciudades de la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad, el mayor foco de la insurrección sunita en el país.
Desde enero pasado, la insurgencia empleó productos químicos para acciones perpetradas en Bagdad y en Al Anbar, mientras que las fuerzas de seguridad descubrieron varios escondites con cloro o ácido nítrico.
Por otro lado, fuerzas iraquíes y estadunidenses se enfrentaron con la milicia chiíta leal al clérigo Moqtada Sadr, durante un importante operativo para devolver al gobierno el control de la caótica ciudad de Diwaniya.
Las tropas de Irak y de Estados Unidos se enfrentaron a militantes en los distritos del sudeste de Diwaniya, bastión del Ejército de Mehdi, de Sadr, acusado por el gobierno de Estados Unidos de empujar al país árabe hacia la guerra civil mediante ataques a musulmanes sunitas.
El portavoz militar estadunidense Scott Bleichwehl dijo que entre tres y seis «combatientes enemigos» habían muerto, cinco resultaron heridos y 17 fueron capturados. Agregó que las fuerzas iraquíes y estadunidenses no sufrieron bajas.