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El pico del agua ya pasó

Fuentes: IPS

UXBRIDGE, Canadá, mar (IPS) – A menudo se habla del «pico del petróleo» para definir el momento en que el crudo empiece, irremediablemente, a escasear. Las mediciones indican que la humanidad ya pasó el pico del agua, y sin embargo sigue derrochándola. El canadiense Kevin Freedman se propone vivir este mes con sólo 25 litros […]

UXBRIDGE, Canadá, mar (IPS) – A menudo se habla del «pico del petróleo» para definir el momento en que el crudo empiece, irremediablemente, a escasear. Las mediciones indican que la humanidad ya pasó el pico del agua, y sin embargo sigue derrochándola.

El canadiense Kevin Freedman se propone vivir este mes con sólo 25 litros de agua al día para cocinar, beber y limpiar, bastante por debajo de los 330 litros que se consumen en promedio en América del Norte.

Freedman invitó a 31 personas a participar en su iniciativa «Desafío para la conservación de agua».

«En Canadá y Estados Unidos, la gente no tiene idea de lo que gasta de agua ni cuánto desperdicia», dijo a IPS.

El activista decidió dar este paso acompañando el Día Mundial del Agua, conmemorado el martes 22.

«Aunque se gaste menos, es muy difícil usar sólo 25 litros al día. No puedes bañarte ni usar el lavarropas», señaló. «Espero crear conciencia de que el agua es un recurso finito», añadió.

Casi 1.000 millones de personas carecen de agua potable, pero pueden llegar a duplicarse en una sola generación a medida que la demanda supera en 40 por ciento el suministro sostenible.

La humanidad usa más agua de la que puede usar y agota reservas no renovables, acumuladas por más de 1.000 años en acuíferos profundos.

«No se puede crear agua, sólo gestionarla», señaló la especialista Margaret Catley-Carlson, ex funcionaria canadiense y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La falta del líquido vital es un gran obstáculo para el desarrollo de muchos países y regiones, dijo a IPS. La escasez del recurso provoca carestía de alimentos, enfermedades, inestabilidad política y hasta conflictos armados.

«El gobierno cree que su papel es distribuir el líquido a la población y a la industria», señaló Catley-Carlson, directora de la Red Canadiense de Agua. «Eso tiene que cambiar para poder gestionar el recurso de forma sustentable por el bien de la sociedad y del ambiente», añadió.

Pero las autoridades no consideran que el agua sea un recurso valioso, no mantienen las cañerías y se pierden entre 20 y 50 por ciento del líquido que debe distribuirse.

Ni siquiera la cuidan los países del Sur que tienen poca agua. Su disponibilidad es responsabilidad de mujeres y pobres, que no están bien representados en el gobierno, explicó. Los pocos fondos públicos se destinan al ejército y a otras prioridades.

«Es tan frustrante», exclamó. «Podemos vivir sin petróleo, pero no sin agua», apuntó.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, urgió a los gobiernos a realizar inversiones en los países pobres en el sector de agua y saneamiento, en especial en zonas urbanas, donde hay gran necesidad y la demanda aumentó 20 por ciento en la última década.

«Hay una crisis de gobernanza, de políticas débiles y mala gestión, más que de escasez», reza la declaración de Ban.

En 2030, la demanda superará en 40 por ciento el suministro «accesible, confiable y sostenible desde el punto de vista ambiental», según la investigación realizada por los consultores McKinsey y Compañía.

Un tercio de la población, concentrada en las naciones en desarrollo, vivirá en cuencas donde el déficit hídrico será de más de 50 por ciento, concluyó el estudio «Charting Our Water Future» (Medición de nuestro futuro hídrico).

La agricultura consume aproximadamente 71 por ciento del agua utilizada en la actualidad. Hay una estrecha relación con la disposición de alimentos, según la investigación. El riego inapropiado e ineficiente es responsable del gasto.

Se plantan cultivos que requieren mucha agua, como el maíz, en lugares secos, como España. Hasta el azúcar, con bajo valor alimenticio, se cultiva con sistemas de irrigación en algunos lugares. Es «absurdo», se lamentó Catley-Carlson.

Políticas erradas, subsidios como los otorgados a los biocombustibles, acuerdos comerciales y malos hábitos son responsables de gran parte de la utilización irresponsable del agua en la producción de alimentos, explicó.

El uso doméstico sólo representa ocho por ciento del consumo.

La industria es el otro gran consumidor. Todos los productos tienen un componente hídrico, que suele llamarse «agua virtual», para describir el volumen utilizado para fabricar algo.

«Una computadora de escritorio, por ejemplo, requiere de 1,5 toneladas (1.500 litros) de agua, un par de vaqueros, más de seis toneladas, un kilogramo de avena, una tonelada, uno de pollo, entre tres y cuatro toneladas y uno de carne, de 15 a 30 toneladas», explicó Nicholas Parker, presidente de Cleantech Group, una empresa internacional que trata de acelerar el desarrollo y la adopción de tecnologías limpias.

El comercio mundial de «agua virtual» superó los 800.000 millones de toneladas, equivalente a 10 ríos Nilo.

«La gente no se da cuenta de cuánta agua hay en todo lo que hacemos y compramos, desde camisetas hasta vino», insistió Parker.

Todo el mundo puede convertirse en un mejor administrador de agua, indicó Kevin Freedman. Las lecciones aprendidas en este mes consumiendo 25 litros al día pueden aplicarse a todo el año, sostuvo.

«En América del Norte, todas las personas pueden disminuir su consumo de agua en por lo menos 25 litros. Desafío a la gente a que se comprometa a hacerlo», indicó.

Fuente:http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97839