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El proyecto Transaqua y la guerra del agua en la República Democrática del Congo

Fuentes: Umoya

El proyecto Transaqua, podría provocar profundos cambios geopolíticos en el continente africano en los próximos años. Se trata de un plan con aspecto de «complot internacional» que tiene como objetivo transferir las aguas del río Congo a la cuenca del lago Chad, en peligro de desecación. En efecto, se habla de «complot» ya que el […]

El proyecto Transaqua, podría provocar profundos cambios geopolíticos en el continente africano en los próximos años. Se trata de un plan con aspecto de «complot internacional» que tiene como objetivo transferir las aguas del río Congo a la cuenca del lago Chad, en peligro de desecación. En efecto, se habla de «complot» ya que el proyecto se encuentra en una fase muy avanzada de una serie de discusiones entre varios países, empresas y expertos internacionales en las que ya hace varios años que la República Democrática del Congo (RDC) no participa. Es como si usted fuera un ganadero y se enterara por casualidad de que la gente de su barrio ha organizado una fiesta y lo que se va a comer es una de sus cabras. En ningún momento los organizadores de la fiesta le han preguntado si ofrece o no el animal. Simplemente se pasarán para cogerlo y llevárselo a la mesa, pues la barbacoa y los invitados ya están listos.

Las personas que están detrás del proyecto Transaqua actúan como si el pueblo congoleño no existiera, o, en caso contrario, como si no necesitara agua en su país o directamente como si el río Congo no fuera de nadie. Pues bien, se ha demostrado que la puesta en marcha de este proyecto tendría un profundo impacto tanto en el medioambiente, como en la biodiversidad y la economía congoleña. En lo que respecta a las consecuencias en la población, este plan se ha calificado incluso de «mortífero«. Abordaremos de nuevo este tema más adelante.

La RDC en el menú de Abuya como África en Berlín en 1885

Del 26 al 28 de febrero de 2018 tuvo lugar en Abuya, la capital de Nigeria, una reunión entre un grupo de países y expertos para discutir sobre la transferencia de aguas del río Congo al lago Chad [1]. En la lista de las delegaciones encontramos la de Nigeria, Camerún, Chad, Níger, Italia, China… pero ni rastro de la delegación de la RDC. Situación similar a la de la Conferencia de Berlín celebrada en 1885, en la que los europeos decidieron dividir África en pedazos sin invitar a ningún representante del continente negro, como si los africanos no existieran.

De esta manera, el espectáculo de Abuya, en el que sorprendentemente tomó parte la UNESCO, dio a entender que los congoleños, como pueblo y conjunto de seres humanos, no existen. E incluso si existieran, todo se desarrolló como si estas aguas tan codiciadas no les pertenecieran; como si se pudiera decidir a millones de kilómetros si se bombean o no sin tener en cuenta su opinión. Sin embargo, los congoleños se han pronunciado al respecto con mucha claridad y apoyados en datos totalmente científicos.

Las consecuencias del proyecto Transaqua en la RDC y en la población congoleña

El investigador congoleño Sinaseli Tshibwabwa, experto en biodiversidad de peces de agua dulce de África y en tecnología ambiental de aguas continentales, ha demostrado en varios estudios que si el proyecto Transaqua se lleva a cabo en las condiciones actuales, las consecuencias económicas, ecológicas e incluso sociales, serán especialmente graves [2]. En la página web del partido Solidaridad y Progreso, encabezado por Jacques Cheminade, antiguo candidato a las elecciones presidenciales francesas y uno de los principales artífices de este proyecto, ha propuesto una extracción de 50.000 millones de metros cúbicos de agua del río Congo. A este volumen hay que añadir el agua que el proyecto Oubangui planea extraer y enviar también al lago Chad. Esto hace un total de 100.000 millones metros cúbicos por año. Si se extrae tanta cantidad río arriba, no habrá suficiente agua para alimentar a las turbinas de la presa hidroeléctrica de Inga, la principal fuente de electricidad de la RDC. El proyecto Inga III, destinado a suministrar electricidad a la mitad del continente, se deberá abandonar. En efecto, la estabilidad del caudal del río Congo, rico en nutrientes, se verá afectada.

En el plano económico, la escasez de agua en el cauce del río repercutirá seriamente en el tráfico fluvial entre las ciudades de Kinshasa y Kisangani, tramo que enlaza el oeste y el este del país. Por otro lado, el proyecto Oubangui causará un grave impacto en el bosque con suelo hidromórfico de la cuenca central, muy rico en especies acuáticas de gran valor económico. Además, la drástica disminución o desaparición de especies afectará en gran medida a la pesca, actividad que da de comer a decenas de millones de congoleños. En cuanto a Transaqua, el proyecto supondrá la desaparición de todas las regiones, junto a su biodiversidad, situadas por debajo de la intercepción de las subcuencas de la orilla derecha del río Congo [3]. Para acabar, las comunidades que viven próximas al río puede que se vean inmersas en cruentos conflictos para competir por los escasos recursos residuales, reducidos tanto en agua como en fauna. Cabe recordar que el mismo tipo de conflicto (sobre los derechos de pesca), enfrentó en 2009 a las comunidades de Enyele y Monzaya, estableciendo en la antigua provincia de Ecuador, en el noroeste del país, un clima muy violento. Pero este peligro no es nada en comparación con lo que se conoce ya como «la guerra del agua a las puertas del Congo»[4].

¿Los «benefactores del desastre»?

Los inversores que están detrás de este proyecto proponen discursos de buenas intenciones: «salvar las poblaciones ribereñas del lago Chad», pero, ¿y salvar África? Un discurso humanista que malamente consigue esconder una avaricia mortal. Una simple vista atrás a la historia de los «elefantes blancos» [5] en África basta para hacernos ver que el amor por las poblaciones ribereñas del lago Chad es la menor de las preocupaciones de los inversores del proyecto Transaqua. Como cualquier capitalista, lo que les motiva son los contratos de construcción, la contratación de expertos y demás ingenieros de sus países de origen y los descomunales beneficios que obtendrían de estas aguas congoleñas «saqueadas» a cambio de «nada» en nombre de la solidaridad entre países. El escenario es previsible. Tras haber sobornado a políticos corruptos de Kinshasa, haber financiado falsos trabajos de investigación cuyas conclusiones se predefinieron en universidades para comprar su complicidad y después de comprar a generales sin escrúpulos, estos «generosos inversores» y países implicados en el «complot» no aceptarán que las poblaciones locales entorpezcan su proyecto. De esta manera, el plan se pondrá en marcha por la fuerza bruta. Se enviarán hordas de militares, milicias y mercenarios para que ocupen militarmente las zonas de la cuenca del río, persigan y masacren a las poblaciones que intenten organizarse para oponerse al proyecto, algo que se ha convertido en una práctica común [6]. Así está ocurriendo en las zonas de saqueo salvaje de minerales estratégicos y de madera de lujo.

Sin embargo, existen otras alternativas. Los expertos congoleños proponen estas tres soluciones:

  • En primer lugar: extraer mediante tuberías las aguas del río Congo que estén más abajo de la presa de Inga, a las costas de la ciudad de Boma, para evitar el estiaje río arriba [7] [8] y enviarlas al lago Chad;
  • En segundo lugar, extraer determinada cantidad de agua de los ríos situados en los países ribereños del lago Chad y encaminarla mediante canales a dicho lago;
  • En tercer lugar, gracias a las tecnologías actuales, desalar las aguas del Océano Atlántico de las costas de Douala y enviarlas al lago Chad. La central Gran Inga proporcionará la energía necesaria para realizar estas infraestructuras (8 fases).

Pero para ello, ¡todavía tienen que oírse las voces de los expertos congoleños!

Boniface Musavuli, analista político y autor de obras como Les Génocides des Congolais – De Léopold II à Paul Kagame y Les Massacres de Beni – Kabila, le Rwanda et les faux islamistes.

Notas:

[1] L’avenir du lac Tchad au cœur d’une conférence internationale au Nigeria. Par RFI Publié le 26-02-2018 Modifié le 26-02-2018 à 22:52.

[2] Sinaseli Tshibwabwa, «Après le pillage des minerais, bientôt le pillage de l’eau douce de la RDC, or bleu de ce siècle» («Después del saqueo de minerales, poco falta para el saqueo de agua dulce de la RDC, el oro azul de nuestro siglo») en Le

[3] Sinaseli Tshibwabwa. Conferencia del 30 de septiembre de 2017 en Toronto (Canadá).

[4] «La guerre de l’eau aux portes de la RDC» («La guerra del agua a las puertas de la RDC»), en http://www.lephareonline.net, 17 de abril de 2014: «Guerre de l’eau – Tout le monde doit savoir» («La guerra del agua – Todo el mundo tiene que saberlo»), en www.lecongolais.cd , 7 de junio de 2014.

[5] La expresión «elefante blanco» se refiere a un megaproyecto, a menudo una infraestructura, que supone más costes que beneficios para las poblaciones de un país. Se trata de un proyecto desmedido, mal concebido, mal ejecutado, que no corresponde con las necesidades de la población y que sumerge al país en la espiral de la deuda. La metáfora del elefante blanco procede de la tradición de los príncipes indios que consistía en ofrecer este animal como suntuoso regalo. Pero el regalo estaba envenenado, ya que no solo salía bastante caro sino que les iba a suponer mucho trabajo. Se suele usar esta expresión para referirse a megaproyectos desarrollados en países del hemisferio sur.

[6] Cabe preguntarse si, con el proyecto Transaqua, los congoleños no estarían a las puertas del tercer genocidio de su pueblo: «el genocidio del agua», después del «genocidio del coltán» (6 millones de muertos) y del «genocidio del caucho rojo» (10 millones de muertos).

[7] Sinaseli Tshibwabwa. Ver el vídeo de la Conferencia del 30 de septiembre del 2017 en Toronto (Canadá) en www.desc-wondo.org

[8] Propuesta del profesor Fweley Diangitukwa. Cf. B. Musavuli, Les Génocides des Congolais – De Léopold II à Paul Kagame, Vevey, 2016, Monde Nouveau/Afrique Nouvelle, p. 289.

FUENTE: DESC-WONDO, Le projet Transaqua et la guerre de l’eau au Congo – B. Musavuli, publicado el 5 de marzo de 2018.

Traducido para UMOYA por María Martín-Luquero Rodríguez (USAL).

Fuente: https://umoya.org/2018/04/23/el-proyecto-transaqua-y-la-guerra-del-agua-en-la-republica-democratica-del-congo/