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El silencio es suciedad

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis

Así, ¿ dónde está el alto el fuego?

¿Torpedearán Hamas y Jihad Islámica la retirada de Gaza?

¿Qué le está pasando a Mahmoud Abbas?

Generalmente, un alto el fuego se declara en uno de tres casos:

a) Cuando un bando golpea al otro hasta la sumisión

b) Cuando una tercera parte lo impone a los dos contendientes

c) Cuando ambos bandos están exhaustos.

En nuestro caso, ninguna de las partes ha conseguido derrotar a su antagonista. El ejército israelí no ha izado la bandera blanca, y los palestinos tampoco.

El alto el fuego no fue impuesto por una tercera parte. Los norteamericanos ejercieron una escasa y débil presión, y los egipcios, también, intentaron hacer sentir su presencia. Pero realmente no hubo presión externa.

Lo que pasó fue que ambos lados estaban cansados. La lucha había alcanzado una parada, una especie de estancamiento, y esa situación podría continuar por siempre, sin deparar nada bueno a nadie. Los palestinos han sufrido penosamente, pero su sufrimiento no los ha llevado a capitular. El ejército israelí no tenido ninguna respuesta para las descargas de mortero y proyectiles Qassam dirigidos a los habitantes de los pueblos israelíes cercanos a la frontera, que no han sido suficientes para una victoria militar. La fatiga llevó al alto el fuego.

Pero este alto el fuego fue frágil desde su inicio. Primero, porque no fue mutuo y aceptado oficialmente por ambas partes. No se llamó siquiera un «alto el fuego», por no mencionar «armisticio» (Hudna en árabe). Se llamó «calma» (Tahidiya en árabe). La Autoridad Nacional Palestina llegó a un acuerdo con las facciones armadas palestinas para contener su fuego, y Sharon indicó a través de los intermediarios que a cambio él, también, se abstendría de disparar.

Ésa es una base pobre para un alto el fuego. El acuerdo tácito no definió lo que cada lado iba a dejar de hacer exactamente. Puesto que cada lado se reservaba el derecho a «responder» si el otro lado hacia algo que, en su opinión, contradice el alto el fuego, y no hay ningún árbitro o mecanismo para el arbitraje, la situación podría irse de las manos en cualquier momento.

En la Franja de Gaza, el ejército israelí detuvo los «asesinatos selectivos» y las incursiones, pero reduplicó su campaña agresiva contra los palestinos en Cisjordania. El Muro que vierte la miseria y la pobreza a decenas de miles de familias palestinas y se incauta de las tierras de docenas de pueblos, está construyéndose con un vigor renovado. En Jerusalén, el Muro que corta la carne de la población palestina está acercándose a su finalización. Las fuerzas de seguridad abren fuego sobre los palestinos (y sobre los activistas por la paz israelíes) que se manifiestan en contra del Muro, matando a algunos, hiriendo a otros y arrestando a muchos.

Al mismo tiempo, el ejército israelí está en acción por toda Cisjordania. Las unidades del ejército llevan a cabo incursiones de día y de noche, realizan registros y búsquedas, arrestan o matan a las personas «buscadas».

¿Es esto una violación del alto el fuego? En absoluto, afirma la gente de Sharon. Según ellos, el alto el fuego se aplica solo a la Franja de Gaza. Los palestinos, por su parte, ven en esto otro esfuerzo por separar Cisjordania de la Franja de Gaza, un esfuerzo inherente al «plan de desconexión» de Sharon. Ellos objetan a esto, por supuesto, con toda su fuerza. Y ciertamente, el acuerdo de Oslo que se firmó y fue reconocido por la comunidad internacional, declara explícitamente que Cisjordania y la Franja de Gaza constituyen una unidad territorial íntegra.

Así que, ¿ quién está violando el alto el fuego? Puesto que el «acuerdo tácito» no está escrito y no entra en detalles, no puede haber ninguna respuesta definitiva a esto. Cada lado afirma que el otro es el violador y que sólo está respondiendo.

¿Que están tramando Hamas y Jihad Islámica?

Quieren, por supuesto, presentar la retirada de Israel de la Franja de Gaza y la evacuación de los asentamientos como su victoria, tal como la retirada de Israel del Líbano fue la victoria de Hezbollah. Así que el lanzamiento de proyectiles de mortero y Qassams se intensificó desde el momento que Sharon decretó el cierre de los asentamientos esta semana, convirtiendo la próxima desconexión en una certeza virtual.

La aserción no es completamente infundada. Un niño puede entender que Sharon no se retiraría de la Franja de Gaza si pudiera quedarse allí cómodamente. Uno de las razones para la decisión de Sharon de salir fue que mantener Gaza y defender los asentamientos era demasiado costoso para el ejército y la tesorería israelíes.

Las jactancias arrogantes de nuestros políticos y generales sobre el gran éxito del ejército israelí «derrotando el terrorismo» – como si la reducción drástica de los ataques palestinos no fuera el resultado del alto el fuego sino de un gran conquista militar – provocó en las organizaciones palestinas un esfuerzo por demostrar lo contrario.

Pero el motivo principal para Hamas es doméstico. La organización quiere convertir su éxito del campo de batalla en capital político. Con este fin, quiere demostrar que la Autoridad Palestina, simplemente, no puede funcionar sin ellos. Aparte de eso, Hamas, como de costumbre, está siendo arrastrada por la más extrema Jihad Islámica (como Irgun, en su tiempo, fue arrastrada por el Grupo Stern.)

Una granada de mortero que mata a un israelí está, en realidad, apuntando a Mahmoud Abbas.

¿Y qué le está pasando a Abbas?

Ningún liderazgo puede funcionar cuando sus políticas son obstruidas por facciones armadas. Cuando Mahmoud Abbas está aceptando obligaciones internacionales y las facciones armadas sobre el terreno las están violando, está claro que no es el liderazgo palestino el que puede llevar a cabo una política palestina coherente. Eso es un desastre para el pueblo palestino.

Es indudablemente del interés palestino guardar la paz mientras la retirada israelí está teniendo lugar. A pesar de lo que está pasando en Cisjordania, y a pesar de las faltas inherentes del «plan de desconexión,» vale la pena para los palestinos permitirle a Sharon desmantelar los asentamientos y reprimir el ataque de los colonos; solamente porque la evacuación de Gush Katif establezca un precedente importante. Realmente es el propio Sharon quién está interesado en tener la retirada acompañada por mucho estrago criminal que mostraría qué es muy difícil, junto, por supuesto, con los mismos colonos.

Las acciones de Hamas y Jihad en este momento juegan, por consiguiente, con las manos de los colonos. Muestran de nuevo que hay un tipo de cooperación involuntaria entre los fundamentalistas nacionalista-religiosos de ambos lados.

¿Es Abbas bastante fuerte para obligar o convencer a Hamas y a Jihad que cesen el fuego?

Una persona, por lo menos, espera que la respuesta sea negativa: Ariel Sharon.

Del momento Abbas fue elegido democráticamente, Sharon ha estado trabajando con persistencia y destreza para eliminarlo. Esto es importante, en su punto de vista, porque George Bush ha empezado a acercarse al nuevo líder palestino. El fortaleciendo de Abbas reforzaría la presión sobre Sharon para acabar la ocupación de Cisjordania. Por consiguiente, para Sharon, «el Silencio es Suciedad», en palabras de un himno escrito hace unos 80 años por Vladimir Jabotinsky que fundó el precursor del partido Likud.

Eso explica por qué Sharon está humillando a Abbas repetidamente en público, por qué no le es permitido ni siquiera el logro político más leve, por qué sus portavoces están declarando diariamente que Abbas es «débil», que él no es «ningún líder», que él es «incapaz de destruir la infraestructura terrorista.»

Sharon describió una vez a Abbas como un «pollo sin plumas.» Ésta es una auto profecía que cumple. Como Abbas no puede mostrarle ningún éxito político, en absoluto, a su público; ningún alivio de la miseria en la que ellos viven, ninguna liberación de prisionero importante alguno, ninguna detención a la construcción del Muro que los está estrangulando; el crédito concedido por su pueblo está disminuyendo por horas.

Espero que el alto el fuego se mantendrá, a pesar de todo. Tengo fe en el sentido común de los palestinos que entenderán su interés nacional en este momento. Creo que después de la retirada de Gaza se levantará una oportunidad histórica para dar un gran paso hacia finalizar la ocupación y lograr un paz israelo-palestina duradera.

Pero probablemente, justo en este momento, un colono está rezando en alguna parte para que una granada de mortero caiga en un atestado jardín de infancia israelí y acabe con la retirada; porque para los colonos, también, «el Silencio es Suciedad.»