Recomiendo:
0

El terrorismo yihadista amenaza con llevar al caos a Egipto

Fuentes: Centro de Saberes Africanos

Hoy somos muchos quienes opinamos que Egipto se encuentra a un paso de convertirse en otra Siria o Libia. Macabros intereses planean que en ese país reine el caos, que termine por sumergir a toda la región del Medio Oriente y el Norte del África en un conflicto interminable que justifique nuevas intervenciones «humanitarias» de […]

Hoy somos muchos quienes opinamos que Egipto se encuentra a un paso de convertirse en otra Siria o Libia. Macabros intereses planean que en ese país reine el caos, que termine por sumergir a toda la región del Medio Oriente y el Norte del África en un conflicto interminable que justifique nuevas intervenciones «humanitarias» de Occidente. El objetivo es harto conocido. Dividir y crear nuevas comunidades religiosas y tribales, mucho más debilitadas que las surgida tras los tratados de Sykes-Picot en 1916, para terminar por concretar aquel perverso proyecto asomado por la segunda administración de George W. Bush de «Un Nuevo Gran Medio Oriente» [1]. La consecución de este plan contempla, también, la destrucción del Estado egipcio y la partición de su territorio entre las dos comunidades religiosas mayoritarias. Un futuro Estado para los cristianos coptos y otro para los musulmanes quienes, liderados por los islamistas de la Hermandad Musulmana, tendrían nuevamente la oportunidad de fundar su propia organización administrativa inspirada en los medievales modelos del Califato, Emirato o de la corrupta monarquía saudí.

La primera parte del plan contempla imponer el terror

Luego del Golpe de Estado que derrocó al tirano islamista Mohamed Morsi, en julio de 2013, el gobierno de transición dirigido por Adli Mansur y el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas Egipcias, Gral. Abdel Fatah Al Sisi, han denunciado las intenciones de algunos movimientos islamistas liderados por la Hermandad Musulmana de sembrar el caos en Egipto para revertir la reforma Constitucional aprobada el pasado 15 de enero, que le imprimió un carácter progresista a la nueva Constitución (al incluir varios elementos positivos, sin precedentes, como la confirmación del Estado civil, el respeto a la dignidad y derechos humanos, particularmente el respeto a la libertad de expresión y comunicación, libertad religiosa, igualdad entre hombres y mujeres, y el empoderamiento de la juventud y los discapacitados) y, contiguamente, derrocar al actual gobierno. Asimismo, la prensa extranjera también ha venido especulando sobre la posibilidad de una escalada terrorista en todo el país.

El sostenido incremento de las acciones armadas de los grupos islamistas, luego del derrocamiento de Morsi, particularmente en la península del Sinaí, al igual que el atentado fallido contra el ministro del interior, Mohammed Ibrahim, en septiembre pasado, así como los disturbios que se han suscitado en varias zonas del país, en algunas universidades y barrios egipcios, permite inferir que los grupos terroristas aprovecharía cualquier momento para golpear con fuerza al gobierno y lograr algunos objetivos inmediatos.

La serie de atentados terroristas y manifestaciones que se han suscitado en los últimos meses se muestran como preludio del desastre.

El Cairo, una megalópolis superpoblada con cerca de 28 millones de habitantes, y donde coexisten grandes cordones de miseria que han sido penetrados por los grupos islamistas, la hace especialmente vulnerable a las acciones de cualquier grupo armado con una mínima preparación y disciplina.

 

El terrorismo desatado en Egipto

 

El terrorismo acecha. El día 24 de enero se produjeron cuatro explosiones en distintos lugares de El Cairo. La primera en el casco central, dirigida contra el Directorio de Seguridad del Cairo. La segunda en el distrito de Dokki, cerca del metro. La tercera contra una estación de policía en Giza, y la cuarta contra las instalaciones de un cine, también en Giza [2]. El accionar terrorista revela la existencia de un plan bien maquinado y organizado para causar anarquía en todo el país y generar una sensación de ingobernabilidad que sería aprovechada por los Estados Unidos y sus aliados Europeos.

Prontamente, las fuerzas de seguridad de ese país lograron identificar a los responsables materiales de aquella ola de ataques terroristas. El grupo islamista «Ansar Bayt al Maqdis» (Campeones de Jerusalén), vinculados a la Hermandad Musulmana (HM), que habían reivindicado la autoría del atentado fallido contra el Ministro del Interior, Mohammed Ibrahim, el 5 de Septiembre en El Cairo, también reivindicaron la autoría de las explosiones de enero pasado, así como el haber abatido un helicóptero del Ejército en la Península del Sinaí [3]. En el pasado reciente, este grupo terrorista vinculado también a Al-Qaeda, y que poseen su base de operaciones en la península del Sinaí, ya había perpetrado otros ataques terroristas contra instalaciones civiles, petroleras, militares y policiales en varias partes del país.

Tras la caída del gobierno de Mohamed Morsi, «Ansar Bayt al Maqdis» han aumentado sus acciones terroristas contra de las fuerzas de seguridad egipcias. Aunque algunos voceros de la HM (organización política declarada como «agrupación terrorista» por el gobierno interino de Egipto, en diciembre de 2013 [4]) condenaron los ataques y buscaron desvincularse de esa organización yihadista, las fuerzas de seguridad egipcias creen que su vinculación con aquella organización terrorista responde al plan concertado por derrocar al gobierno interino y revertir los últimos cambios constitucionales.

Otro evento significativo que fundamenta la posición del gobierno interino egipcio fue lo ocurrido el pasado 25 de enero. En los momentos que se celebraba el tercer aniversario de la revolución que derrocó al Presidente Hosni Mubarak, se produjeron choques entre simpatizantes y opositores al gobierno interino, así como también choques con las fuerzas de seguridad egipcias que dejaron un saldo de 49 personas fallecidas y 247 heridos [5]. Las víctimas mortales se registraron en las provincias de El Cairo, Guiza (junto a la capital), Alejandría (norte), y Minya (sur), mientras que los heridos por los enfrentamientos se produjeron en al menos ocho provincias del país. Esta situación llevó a que el Presidente interino, Adli Mansur, anunciara un adelanto de las elecciones presidenciales (que se celebrarán antes de las elecciones parlamentarias) y advirtió estar en disposición de adoptar medidas excepcionales para restaurar el orden y la seguridad.

Seguidamente, el día 28 de enero un funcionario de alto rango del Ministerio del Interior de Egipto fue asesinado en El Cairo, según un portavoz del servicio de seguridad del Ministerio. Mohamed Saeed encabezaba el departamento técnico en el Ministerio y era también ayudante del Ministro del Interior. Los agresores abrieron fuego contra Saeedd con armas automáticas en la avenida de las Pirámides, una de las principales del área de Guiza, huyendo posteriormente en una motocicleta. Ese mismo día por la noche, el grupo yihadista Ansar Bayt al Maqdis, se atribuyó la responsabilidad de la operación [6], calificando a Saeed como un «criminal pervertido» y amenazó a otros altos funcionarios de seguridad de enfrentar un destino similar. Es destacable también el ataque que este grupo terrorista cometió el día 03 de febrero contra un helicóptero de la Fuerza Aérea del Ejército de Egipto, derribándolo y matando a sus cinco tripulantes.

Es probable que la escasa participación electoral de los ciudadanos egipcios en el pasado referendo constitucional, de aproximadamente un 38% del total de los electores, haya motivado a los islamistas derrocados para arremeter con acciones terroristas bajo el propósito político de lograr algunas concesiones del gobierno y de evitar que el futuro candidato presidencial de las venideras elecciones presidenciales de ese país sea el General Abdel Fatah Al Sisi, quien posee una alta aceptación popular.

El pueblo egipcio se encuentra bajo una seria amenaza que podría provocar el caos que bien conviene a los planes de EE.UU., Europa e Israel en toda la región. El pueblo egipcio está derramando su sangre por las ambiciones de los elementos más retrógrados de su país y de la región.

 

Fuentes.

[1] http://www.voltairenet.org/article126452.html

[2] http://www.elmundo.com/movil/noticia_detalle.php?idx=230775&

[3] http://www.almanar.com.lb/spanish/adetails.php?fromval=1&cid=27&frid=27&eid=52182

[4] http://www.abc.es/internacional/20131225/abci-hermanos-musulmanes-egipto-201312251703.html

[5] http://www.elmercuriodigital.net/2014/01/egipto-sangriento-aniversario.html

[6] http://actualidad.rt.com/ultima_hora/view/118286-egipto-asesinar-funcionario-interior

 

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.