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Una guerra civil en marcha

Elecciones en EE.UU., dónde estamos hoy

Fuentes: Asia Times - El Correo de la Diáspora

Un recuento de votos sería absolutamente necesario en los seis estados en disputa: Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia , Nevada y Arizona. Esa decisión la debe tomar el Departamento de Justicia. Pero no lo hará.

La gigantesca operación psicológica está en marcha. Cualquiera que esté familiarizado con el Transition Integrity Project (TIP) sabe cómo funcionaría. Preferí, diplomáticamente, enmarcarlo como el ejercicio de un grupo de expertos en mi artículo «Banana Follies» («Locuras bananeras»), que tiene un gran éxito en los Estados Unidos. Este es un ejercicio en vivo. Aún así, nadie sabe exactamente cómo terminará.

Todo el mundo en los servicios de inteligencia de EE.UU. conocen los casos, y bien documentados, de fraude electoral. El actor clave es el Estado profundo, que decide qué sucede a continuación. Sopesaron los pros y los contras de tener un neoconservador senil, en estado 2 de demencia, neoconservador belicista extorsionador (con su hijo) como «líder del mundo libre». La óptica es quizás un poco terrible, pero aún no lo suficiente para anular una elección amañada.

El Partido Republicano (GOP) está en una posición muy cómoda. Conservó el Senado y pudo ocupar hasta 12 escaños en la Cámara de Diputados. También saben que cualquier intento de Biden-Harris de legislar a través de decretos estará condenado al fracaso.

El punto de vista de Fox News/NY Post es esencial. ¿Por qué de repente apoyan a Corpse (Cadáver)? Porque Ruppert Murdoch ha dejado en claro que tiene todo tipo de expedientes comprometedores sobre la familia Biden. Entonces harán lo que él quiere. Murdoch ya no necesita más a Trump.

Al igual que el Partido Republicano, en teoría. Hay serios chanchullos en back stage entre los miembros del Partido Republicano y la pandilla Biden-Harris. Muchos compromisos. Dar la vuelta a Trump, a quien la mayoría de los republicanos odian con vehemencia. El hombre más importante en Washington será en realidad el líder del Senado Republicano, Mitch McConnell.

No obstante, un recuento de votos sería absolutamente necesario en los seis estados en disputa: Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia , Nevada y Arizona. Por conteo manual; uno por uno. El Departamento de Justicia (DoJ) debe actuar sobre este punto de inmediato. Eso no sucederá. Los recuentos cuestan una enorme cantidad de dinero. No hay evidencia de que el Equipo Trump, además de contar con fondos y personal insuficientes, pueda convencer al agente de Papa Bush, William Barr, de que lo haga.

Los principales medios de comunicación y las Big Tech han declarado un «ganador », mientras demonizan a Trump por difundir «un torrente de desinformación» e « intentar socavar la legitimidad de las elecciones estadounidenses ». Solo las personas con muerte cerebral terminal se tragan este tipo de escenario.

Lo que REALMENTE importa es la letra de la ley. LAS LEGISLATURAS ESTATALES deciden cuales electores van al Colegio Electoral para nombrar al Presidente. Aquí está – Artículo II, Sección 1, Cláusula 2 : Cada estado designa a los electores « de la manera que la legislatura estatal pueda ordenarlo ».

Entonces no tiene nada que ver con los gobernadores. Corresponde a las legislaturas de los estados republicanos actuar en consecuencia. El drama puede prolongarse durante semanas. Y podría ser que el Congreso deba certificarla y tomar la decisión final en enero.

Mientras tanto, las discusiones sobre una nueva resistencia se expandieron como un reguero de pólvora.

El trumpismo, con más de 71 millones de votos, se consolida como un movimiento de masas. Nadie en el Partido Republicano tiene este tipo de atractivo popular. Dejando a un lado el trumpismo, el Partido Republicano cometeria un seppuku (hara-kiri).

Mi querido amigo Alastair Crooke, siempre indispensable, da en el clavo en un poderoso texto: « Punto muerto: Biden puede ganar o no, pero Trump sigue siendo el «Presidente» de la América Roja».

Dependiendo de la secuencia de los eventos, los deplorables se convertirá en los incontrolables.

Alastair se refiere a un paralelo crucial mencionado por el historiador Mike Vlahos en su artículo :« Tres cuestiones a considerar en la inminente elección. Primera pregunta: ¿Somos Roma ?  » [en inglés].

Vlahos señala que la actual saga estadounidense se refleja bien la antigua Roma en el último siglo de la República, enfrentando a la élite romana contra los populares , que hoy es la América Roja (trumpista) :

«Era un mundo nuevo, en el que los grandes terratenientes con sus latifundios [fuente de riqueza de las tierras esclavizadas], que habían sido los «grandes» al frente de las distintas facciones durante las guerras civiles, se convirtieron en arcontes senatoriales que dominaron la vida romana durante los siguientes cinco siglos, mientras que el pueblo, los populares, se redujeron a un elemento pasivo -no impotente- pero generalmente dependiente y no participante del gobierno romano: esto socavó la vida creativa de Roma y finalmente condujo a su desintegración.»

¿Qué hará el gran Capital Imperial ?

Occidente en su conjunto está al borde de un doble precipicio: la peor depresión económica de la historia, junto con estallidos inminentes, incontables e incontrolables de rabia social.

Por lo tanto, el Estado profundo cree que con Corpse – o, más temprano que tarde, la Comandante Kamala – el camino se suavizará hacia El Gran Reinicio de Davos, mientras se mantiene el Plan B en modo «¿Preparados, listos ? ¡Ya !» : un estallido global para satisfacer al complejo militar-industrial, que eligió a Corpse en primer lugar porque es sólo una figura de cartón.

Pepe Escobar es un periodista brasileño del periódico Asia Times Online y de Al-Jazeera. Pepe Escobar es también autor de : « Globalistan : How the Globalized World is Dissolving into Liquid War » (Nimble Books, 2007) ; « Red Zone Blues : a snapshot of Baghdad during the surge » ; « Obama does Globalistan  » (Nimble Books, 2009), Empire of Chaos (Nimble Books, 2014. Se lo puede seguir también en inglés por Facebook y 2030

Traducido del español por Carlos Debiasi para El Correo de la Diáspora.