Organizaciones racistas y conservadores radicales se están infiltrando hoy en el Ejército de Estados Unidos, una década después que el Pentágono proclamara una política de cero tolerancia con los grupos de odio. Comisiones de derechos civiles alertan que un precipitado proceso de reclutamiento para la guerra contra Iraq provocó que elementos neonazis y extremistas xenófobos […]
Organizaciones racistas y conservadores radicales se están infiltrando hoy en el Ejército de Estados Unidos, una década después que el Pentágono proclamara una política de cero tolerancia con los grupos de odio.
Comisiones de derechos civiles alertan que un precipitado proceso de reclutamiento para la guerra contra Iraq provocó que elementos neonazis y extremistas xenófobos penetraran como soldados en las fuerzas armadas norteamericanas.
Según la agrupación Southern Poverty Law Center (Centro de Leyes para la Pobreza en el Sur), que vigila los movimientos de milicias segregacionistas a nivel nacional, se cuentan por miles la cantidad de individuos ultraconservadores que llegaron a las filas castrenses.
Han aparecido signos nazis en muros y calles de Bagdad patrulladas por infantes de marina estadounidenses. Ese es un gran problema, subrayó un comunicado de la asociación citado por medios de prensa.
Líderes de formaciones radicales como Alianza Nacional están aconsejando a sus seguidores alistarse en el Ejército estadounidense y aprovechar los entrenamientos militares para una futura «guerra de razas».
Demasiados neonazis se han introducido en las unidades de combate como resultado del desconcierto de los reclutadores, que cada vez hallan más antipatía popular ante la guerra de Washington contra Iraq, acentúa Southern Poverty.
Scott Barfield, investigador del Pentágono, confirmó que «muchos llamados supremacistas blancos contaminan éticamente las fuerzas militares, con la anuencia de comandantes que no los separan de servicio después de identificados».
La agrupación Southern Poverty Law Center exigió al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, decretar medidas urgentes para frenar la peligrosa tendencia en el Ejército estadounidense.
El Centro de Leyes para la Pobreza en el Sur advierte que las dificultades de reclutamiento del Pentágono han provocado que se permita que «un gran número de neo-nazis y extremistas radicales violentos» se unan a las Fuerzas Armadas. El Centro afirma que este número podría ascender a varios miles de personas.
El investigador del Pentágono Scott Barfield, dice que aparecieron graffitis en defensa de las Naciones Arias, en Bagdad. Barfield dijo que los comandantes no están tomando medidas, incluso tras ser notificados de la presencia de extremistas o miembros de pandillas dentro de sus tropas. Barfield agregó: «No quieren causar una nueva conmoción por el hecho de que haya neo-nazis en las Fuerzas Armadas, porque los padres que ya están preocupados por que sus hijos se alisten y mueran en Irak, rechazarán aún más la idea de que sus hijos se listen si sienten que estarán expuestos a pandillas y personas que creen en la supremacía de la raza blanca».