EEUU ha entrado en un periodo de crisis irreversible. Ha fracasado. La falta de garantías democráticas y la virtual inutilidad de las libertades civiles que, aunque existen, no se emplean para nada bueno, hacen necesario un cambio de rumbo. Se está creando así una peligrosa onda mística, una matriz de opinión secular, que puede desestabilizar […]
EEUU ha entrado en un periodo de crisis irreversible. Ha fracasado.
La falta de garantías democráticas y la virtual inutilidad de las libertades civiles que, aunque existen, no se emplean para nada bueno, hacen necesario un cambio de rumbo.
Se está creando así una peligrosa onda mística, una matriz de opinión secular, que puede desestabilizar los mercados y crear graves riesgos a los inversores extranjeros en EEUU. Resultaría útil que ante esta coyuntura, -ante el expolio que está sufriendo el pueblo estadounidense y que le está haciendo regresar a cifras de pobreza similares a las de la década de los sesenta- la comunidad internacional tomase cartas en el asunto. La opinión pública mundial lo exige. No debemos fallar. Europa, en un nuevo compromiso ante Dios y ante el mundo, debe prevalecer e imponer, por la fuerza si es preciso, su reino unilateral de paz, democracia y prosperidad económica. Patria y fuerza, unión y honor. Por la democracia hacia Dios y por Dios hacia la democracia.
Ante estos incontestables argumentos, no nos queda otra opción que proponer:
-Que se formen grupos de análisis de la ONU y de expertos de la Unión Europea para lograr encontrar un equilibrio presupuestario que permita la gobernabilidad y la estabilidad en el territorio de los Estados Unidos de América, el más precario de los estados del primer mundo. La agenda de reuniones con los mandatarios cristianos radicales estadounidenses deberá consensuarse de forma multilateral entre representantes europeos de la ONU y la Unión Europea.
-Que se imponga un bloqueo comercial a EEUU para castigar a los fanáticos ultraliberales neofascistas que se han apropiado del poder. Sólo mediante el sabotaje de su economía se podrá revertir el proceso de involución democrática en el que se encuentra sumido el país. Creemos que valdrá la pena la situación en la que se verán los millones de trabajadores que perderán sus empleos como consecuencia del bloqueo y, aunque contemplamos la eventualidad de que haya escasez de medicamentos importados, estamos seguros que los gobernantes de EEUU preferirán abandonar el poder antes de ver a sus niños morir por simples catarros.
-Proponemos asimismo enviar múltiples observadores internacionales a las próximas elecciones, tras las numerosas evidencias que demuestran que hubo un fraude en las pasadas elecciones de 2000. También sería conveniente que la OEA y la Fundación para la Democracia Felipe González supervisasen el proceso electoral ante la poca fiabilidad que ofrecen los fácilmente manipulables medios informáticos empleados con anterioridad.
-Estimamos necesario por último el envío de un contingente militar con fines humanitarios para garantizar la estabilidad de Norteamérica a ante la perspectiva de que los republicanos puritanos radicales intenten un golpe de estado. Queremos asegurar una transición democrática pacífica. Se plantea, como iniciativa piloto, entrar por las playas de Texas y Carolina del Sur e ir ocupando progresivamente el centro, norte y oeste del país. Creemos que con una pequeña fuerza internacional de 1.900.000 soldados puede afrontarse esta misión humanitaria. Ante el descontento popular del pueblo norteamericano por lo despótico y antidemocrático de su gobierno, esperamos una calurosa y atenta bienvenida.
En los albores del siglo XXI, no podemos permitir que naciones fracasadas como EEUU decidan actuar soberanamente sobre su propio territorio descuidando los intereses de Europa. Son un peligro para ellos mismo y para los demás. Es por ello que debemos optar por actuar multilateralmente cuando sea posible pero unilateralmente todas las demás veces, como ahora. Y quienes argumentan que Europa debe quedarse parada esperando a ver como EEUU nos ataca con sus armas nucleares, lo dicen porque son débiles. No merecen nuestra consideración. Está claro que EEUU nos envidia por nuestra libertad, por nuestra democracia, por nuestra superior experiencia en colonialismo, por nuestra democracia, por nuestra autodeterminación y por nuestra cultura democrática de tolerancia y superioridad racial.
Y por nuestra democracia también, claro.